Читать книгу Preparación y cata de vinos y otras bebidas alcohólicas. HOTR0209 - Cristina Pulido Lería - Страница 20

4.2. Disponibilidad de otros formatos

Оглавление

El formato de las bebidas alcohólicas es muy importante desde el punto de vista de la imagen comercial y, en algunos casos, también de la conservación del producto.

Media botella o mágnum en el caso del vino

El volumen de la botella afecta a la evolución del vino. Esta evolución será más rápida cuanto más pequeña sea la botella. En el sector del vino, el tamaño más empleado es el de 0,75 cl, que es el volumen mínimo para la crianza. Pero cada vez se impone más el embotellado en formatos de tamaño superior para la restauración. En botellas de mayor tamaño, al ser la evolución más lenta, pueden notarse diferencias organolépticas positivas. Cuanto mayor sea la botella, más lenta y pausada será la evolución del vino, pues la relación entre el líquido existente y el oxígeno existente es menor. Una lenta y pequeña entrada de oxígeno por el tapón de corcho permite que el vino madure, pero un exceso de oxígeno lo llevará a su declive.

Aunque el precio de botellas de mayor tamaño es algo más elevado proporcionalmente que el de la clásica botella de 0,75 cl, otro dato a tener en cuenta en hostelería es que, para un grupo grande de comensales, la botella grande permite garantizar que todos vayan a degustar el mismo vino minimizando el número de botellas que necesitarán abrirse. El formato tipo mágnum es el más extendido después de la clásica botella de 0,75 cl. A continuación, se muestran los distintos tamaños de botellas de vino, los cuáles cada vez son más utilizados en restauración.


Se indica el número de botellas de 0,75 cl al que corresponde cada una de ellas


Aplicación práctica

Indique cómo vendería a un gran grupo de comensales un vino gran reserva en una botella de tipo mágnum en vez de en una botella de 0,75 cl, aunque, proporcionalmente, sea más cara.

SOLUCIÓN

Lo justificaría afirmando que un vino gran reserva necesita, como mínimo, cinco años de maduración entre los dieciocho meses que pasa en barrica y la maduración en la botella. La botella tipo mágnum permite que se haya dado una maduración más lenta del vino, que crea un buqué especial. Esto se debe a que la cantidad de oxígeno existente dentro de la botella a lo largo de sus años de crianza ha sido menor con respecto al volumen de líquido que contiene. Además de esto, la capacidad de 1,5 l de la botella mágnum frente a la botella clásica de 0,75 cl permite que tengan que abrir la mitad de botellas, lo que posibilita que, probablemente, todos los comensales prueben el mismo vino.

De otro tipo en las otras bebidas alcohólicas

La comercialización de cervezas, al contrario que ocurre con el vino, no sigue unos patrones estandarizados, por lo que existen muchos tamaños y formas. El formato más extendido es la botella de vidrio de 0,33 cl y la de 0,50 cl para las cervezas alemanas. La cerveza también se comercializa en lata y no por ello es de peor calidad, es el caso de los cerveceros estadounidenses que apuestan por este formato para sus elaboraciones más novedosas. Pero sí existe un acercamiento al sector del vino con el uso cada día más elevado por parte de los elaboradores de la botella de 0,75 cl para sus creaciones más exclusivas, por una cuestión de beneficios en la conservación.

Con respecto a la sidra, el formato no es algo a lo que se preste tanta atención como en otras bebidas y se emplea habitualmente la botella de vidrio verdoso de 0,75 cl.

Si hay que destacar variedad y elaboración en los formatos, este es el caso de las bebidas espirituosas, en el que los diseños labrados se imponen como seña de productos añejos de gran calidad.


Ejemplos de formatos de bebidas destiladas

Preparación y cata de vinos y otras bebidas alcohólicas. HOTR0209

Подняться наверх