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La convocatoria frustrada de la I Sesión de la Asamblea de Cataluña

La Comisión Preparatoria de la Asamblea de Cataluña decidió convocar la I Sesión de la Asamblea de Cataluña la mañana del domingo 23 de mayo de 1971 en la parroquia barcelonesa de Cristo Rey situada en la plaza de los Jardines de Elche. Francesc Vila-Abadal, en su condición de canónigo, era el encargado de buscar un lugar adecuado para la reunión, mientras que Vicenç Ligüerre y Arturo Fernández fueron los responsables de seguridad del acto214. Todo parecía preparado para el gran acontecimiento, el día tan deseado había llegado y, sin embargo, nadie podía imaginar el desenlace tan infortunado que tendría aquella reunión.

A pesar de la dudosa fuente sobre el origen de la información, parece ser que la policía y también la Falange conocían de antemano el lugar de la convocatoria, probablemente mediante confidentes, que consiguieron información a través de algunos de los principales activistas de la Asamblea: Juan Colominas Puig, Josep Andreu Abelló, Joan Reventós, Mariano Vila-Abadal y Antonio Gutiérrez Díaz, ya que estos, a su vez, estaban siendo vigilados desde hacía tiempo en su lugar de reuniones sita en la calle Balmes, n.º 349215; no obstante, el plan siguió adelante.

En la reunión asamblearia estaba previsto el primer encuentro de representantes de todos los sectores políticos y sociales adheridos a la plataforma, efectuándose la convocatoria a través de la difusión de diez mil octavillas por toda Cataluña; sin embargo, debido a las causas antes mencionadas, el primer intento resultó fallido al presentarse la policía216. Según el atestado de la Brigada de Investigación Social (BIS), la convocatoria oficial fue en la Plaza Sanllehí, a las doce y cuarto del mediodía. Los convocados iban acudiendo con el número extraordinario dedicado a China de la revista Agermanament donde cada uno llevaba una contraseña personal. En la plaza de los Jardines de Elche, la policía detectó al abogado Agustí de Semir junto con los clérigos Jordi Llimona y Josep Mª Vidal Aunós, lo que aseguró a las fuerzas del orden el lugar del encuentro. Ante la sorpresa y estupor, los allí reunidos, al menos los que pudieron, se dispersaron rápidamente sin plantear resistencia, dejando un nuevo intento para más adelante. No obstante, tres personas tuvieron que quedarse escondidas durante seis horas, rodeadas por la policía, en la parroquia de Cristo Rey, según comentó Xirinachs, y solo cuando desapareció el peligro pudieron salir tranquilamente.

Otras versiones sobre lo acontecido lo amplían más al detalle los propios participantes del encuentro. Así, por ejemplo, Antonio Gutiérrez, que estuvo presente en el acto, nos explica:

«En el intento de la Primera Asamblea que se habría de hacer en la parroquia de Cristo Rey (Sant Andreu-Meridiana), aquí nos ayudó mucho el futuro obispo auxiliar, Mossén Joan Carrera Planas, ya que yo tenía una hernia discal e iba cojo. No me detuvieron por suerte porque el rector me escondió en su casa cuando la policía nos rodeaba.»217

Sin embargo, la versión de Francesc de Borja Aragay arroja algunas dudas sobre los hechos:

«A las 7:45 horas de la mañana del 25 de mayo de 1971 se encontraban en la gasolinera de la Meridiana, al otro lado de la iglesia de Cristo Rey, Antoni Gutiérrez Díaz y Francesc de B. Aragay (pienso que decía la verdad: hasta aquel momento, únicos conocedores del lugar) para enviar desde allí los que iban a los lugares de contactos previos de los convocados. También estuvieron dos miembros de UDC, Albert Vila y otra vez Aragay los que a las 13:30 recogieron, previa cita, en un bar de la Plaza de la Sagrada Familia los siete miembros de Justicia Democrática que habían de asistir al acto, jueces, fiscales, secretarios de juzgado que por el alto riesgo de ser reconocidos entrarían últimos en la reunión y saldrían los primeros. El propio fiscal de guardia de aquel domingo, José María Mena Álvarez, abandonó su servicio para asistir a la constitución de la asamblea. Que infortunio tuvieron al aparcar unos coches de la policía a su lado en el lugar donde los habían dejado para comprobar que incidencia dificultaba el paso según los sistemas preestablecidos.»218

El socialista de la FSC-PSOE, Francisco Parras, complementa la información añadiendo:

«La mayoría de los convocados fueron alertados de esa eventualidad, entrando en el Canódromo de la Meridiana, soportando más de una sesión de carreras de galgos hasta ver el horizonte policial despejado (al parecer otros tuvieron la misma idea, entre ellos Miquel Sellarés). La reunión estaba prevista hacerla en la parroquia de Cristo Rey de San Andrés-Meridiana, local que había facilitado el hoy obispo Joan Carrera Planas.»219

Para otro socialista, Joan Reventós, representante de CSC, el acto fallido se debió a una falta de valoración rigurosa por la utilización de un local muy frecuentado por los movimientos obreros, hecho que había sido presentado por los socialistas como rechazo al lugar del encuentro. Al darse la orden de dispersión, fue quemada toda la documentación disponible en el local de la iglesia; después, poco a poco, y cada uno por su lado, se fue reuniendo el núcleo central de la Comisión Preparatoria en el restaurante de la Font de les Orenetes (dels Ocellets según Batista) en Pedralbes, donde se comentaron los hechos.

Las represalias habituales no se hicieron esperar, pues el 29 de mayo fueron detenidos: Claudi Martí Plá, Josep Casanovas Guitart, Lluís Mª Sunyer Vilar, Josep Mª Anglada d’Abadal y Carles Caussa, todos ellos en la plaza de Narcís Oller; y al poco tiempo corrieron la misma suerte Isabel Saló, Evaristo Manzano Pérez, José Ríos Conejero, José Espar Ticó, Marià Vila-Abadal y su hermano Francesc, Joan Colominas Puig y Josep Andreu i Abelló. Esta vez los detenidos tuvieron suerte y, tras un breve espacio de tiempo, todos fueron puestos en libertad excepto Evaristo Manzano. Lo curioso del caso fue que, entre los que pudieron escapar de la convocatoria, se encontraba José Mª Mena, representante de Justicia Democrática, que como fiscal de guardia, tendría que haber efectuado las primeras diligencias sobre los anteriores detenidos220.

Pasado algún tiempo, la Comisión Preparatoria se reunió de nuevo con ánimos renovados y con una serie de cambios producidos en la organización, participando esta vez representantes de la CCFPC, CC.OO., Taula Rodona, Representantes de Ambientes Cristianos, intelectuales, estudiantes, Comisión de Solidaridad, Comunidades Cristianas, PSAN, Bandera Roja (BR), que expresó sus reservas sobre el contenido ideológico del programa, la Federación Socialista de Cataluña-PSOE (FSC-PSOE) y otras organizaciones profesionales, médicos, ingenieros, licenciados, abogados, profesores numerarios de la Universidad; también estuvieron presentes algunos representantes de la payesía, Comisiones de Barrio de Barcelona, completándose la asistencia con hombres y mujeres del ámbito regional catalán, de Lérida, de Tortosa, Reus, Tarragona, Manresa, Garraf, Alto Panadés, Mataró, Sabadell y del Vallés Oriental.

La reunión transcurrió con normalidad y, tras un intenso debate se acordó por unanimidad dar prioridad de nuevo a la realización de la I Sesión de la Asamblea, ya que, dada la situación política, se aconsejaba su aceleración en vista a la estructuración de un proceso unitario amplio que permitiera intensificar las acciones contra la represión mediante la solidaridad y el trabajo responsable, de esta forma la cuenta atrás se ponía en marcha aunque las precauciones y la vigilancia no fuera la misma.

Por otro lado, la actividad política antifranquista había continuado en los meses sucesivos con un ritmo acelerado, llevando la Comisión Coordinadora en cierta manera la iniciativa reivindicativa basada en aquellos días sobre las próximas elecciones a Cortes. A tal efecto, la Comisión propuso la abstención a los comicios mediante un eslogan al efecto, «Abstenció. No voteu», con la esperanza de que el silencio popular aislara al régimen. A decir verdad, el gobierno no sentía la mínima preocupación y siguiendo la rutina estival ya se había concedido el merecido descanso, paralizando su actividad política, incluso la represora, hasta la llegada del otoño.

A comienzos del verano de 1971, la victoria del Barcelona ante el Valencia por cuatro goles a tres en la final de la Copa del Generalísimo, junto con el multitudinario concierto del cantante Raimon en Barcelona, que llenó el aforo con casi dos mil personas, acaparaba la actualidad lúdica del momento, pasando a un segundo plano informativo el paro y las huelgas laborales efectuadas por ochocientos trabajadores de la construcción, la mayoría de la empresa Huarte y Cía., sucesos que indicaban una realidad social más cercana, la de la calle, aunque estuviera censurada informativamente y por lo tanto fuera del alcance público. Sin embargo, fueron las correrías del famoso atracador Eleuterio Sánchez, «el Lute», que fue visto en una gasolinera el 3 de agosto de 1971, o la breve estancia del Conde de Barcelona, Don Juan de Borbón, en el Aeropuerto del Prat, camino de sus vacaciones en Palma de Mallorca, o la muerte de tres cosmonautas soviéticos de la nave Soyuz 11, lo que animó el cotilleo veraniego.

Contrariamente a la lógica de este país, la oposición antifranquista no estaba precisamente de vacaciones en aquellos días, sino que se esforzaba en concretar en las distintas propuestas políticas manifestadas por los representantes de la Comisión Preparatoria. En una de esas reuniones, efectuada en la localidad barcelonesa de Sant Just Desvern, Raimon Obiols, representante del Moviment Socialista de Catalunya (MSC), rebatió el derrotismo latente en la organización, impulsando de nuevo el proyecto asambleario. Fue apoyado también por el comunista Antoni Gutiérrez que participaba de la misma idea, como así lo expuso en otra reunión en casa de Montserrat Esteve, cerca de la plaza Molina, donde asistieron Obiols y «Quico» Vila Abadal entre otros; así pues, a lo largo de todo el verano se celebraron numerosas reuniones políticas de carácter variado, algunas con representantes universitarios, como la efectuada en la iglesia de Sant Elías, situada en la calle Brusi en Barcelona, donde nuevamente Antoni Gutiérrez hizo una fervorosa defensa al derecho de hablar en la reunión en catalán ante la petición de uno de los asistentes de hablar en castellano. De este modo, tras varios encuentros, se puso en circulación un documento resumiendo el trabajo efectuado en todo ese periodo, conteniendo el análisis de la situación política y la propuesta de conseguir una fórmula que diera una alternativa a la situación de crisis social y política. También se concretó que la dimensión geográfica de la nueva organización sería la del Principado de Cataluña, sin prejuzgar el futuro de ella, y se exigió a todos sus componentes su aportación a la acción unitaria para una alternativa democrática necesaria y la constitución de una Comisión Permanente complementada por un Secretariado con los objetivos centrados en el cumplimiento de los acuerdos de la Asamblea; en mantener el espíritu de puerta abierta con que fue convocada esta donde solo faltasen los que no pudieran o no quisieran venir; en la concreción de formas de articulación y coordinación flexibles que permitiesen aumentar la eficacia de las luchas de todos juntos; en establecer las bases de una II Sesión de esta Asamblea, cuando lo exigiesen las necesidades de acción y no más tarde de ocho meses, de manera que la sesión pudiera ser aún más amplia y representativa y de constituir aquellas comisiones de trabajo que el desarrollo de la acción hiciera ver necesaria221.

El análisis político iba dirigido a la crisis creciente de las instituciones estatales que se agudizaba a medida que el sistema se manifestaba anacrónico, dando como resultado el cinismo y la corrupción bajo dos actitudes contrapuestas; una era la incapacidad por comprender la necesidad de cambio, y la otra, tratar de asegurar la supervivencia del régimen, dando falsas expectativas mediante una liberalización disfrazada.

Por el contrario, el gobierno seguía en pleno inmovilismo y la represión guiaba su acción de control, recurriendo enseguida a los estados de excepción y la supresión del artículo 18 del Fuero de los Españoles, que limitaba aún más las garantías individuales. No obstante, frente a esta política gubernamental, iban a reaccionar el movimiento obrero, sectores de la payesía, estudiantes, intelectuales, artistas y profesionales, estos últimos con su Assemblea Permanent constituida en Montserrat contra el consejo de guerra de Burgos, y también la nueva Iglesia catalana que cada vez más se situaba al margen de la dictadura. A continuación, y según se analizaba el documento a la Asamblea de Cataluña, se indicaba:

«Los catalanes, en tanto que ciudadanos españoles, eran expoliados de los derechos más elementales. La lengua autóctona era aún perseguida, seguía de hecho ausente de la escuela, de la Universidad, de los medios de comunicación, de la administración y de la vida pública. De esta situación tremenda en tanto que nación negada y perseguida y en tanto que pueblo doblemente oprimido, hemos de conseguir nuestra liberación para ser así dignos. Así acabó el análisis político preasambleario.»222

Con la llegada del otoño dio comienzo el nuevo ciclo político oficial en España, aunque la oposición, como ya hemos visto, no había cerrado por vacaciones. En Cataluña, los actos de protesta preparatorios en conmemoración de la Diada Nacional, junto con la exagerada alarma social fomentada por el PSUC sobre una posible epidemia de cólera en el Principado, fijaron la atención prioritaria desde la oposición o al menos así lo destacaba Treball en sus crónicas, subrayando también la importancia de la preparación de la futura Asamblea de Cataluña bajo el impulso de la Comisión Coordinadora223. Esta organización había reiterado de nuevo la necesidad de ampliar una alternativa democrática capaz de aglutinar al pueblo en un amplio frente de lucha sobre todo ante el intento de Franco de confundir al pueblo maniobrando con la imposición de la monarquía continuista del príncipe Juan Carlos con menosprecio de la voluntad popular224.

Por aquellos días, justo una semana después de la Diada, tuvo lugar en Canet de Mar, un pequeño pueblo del Maresme Norte, el primer Festival de la Canço Catalana, actuando entre otros cantantes: Llorens Torres, Toni Llovet, Araceli Banyuls, Josep Bisbal, Teresa Rebull, Ovidi Montllor, Joan Baptista Humet, Falsterdo 3, Cinc Barbat y Maria del Mar Bonet.

La asistencia al concierto fue un éxito rotundo y a partir de aquel momento, este acto sería un referente como símbolo de identificación catalanista y de canción protesta muy extendida en aquellos momentos en España. Sin embargo, a nadie sorprendió que la prensa nacional no estuviera por la labor de dedicar la mínima importancia a esos actos de exaltación identitaria, atendiendo, eso sí, todo su interés a las noticias de carácter generalista y mundial. De esta forma veíamos que noticias como la muerte de Kruschov225, la admisión de la República Popular de China en la ONU con la consecuente expulsión de Taiwán del mismo organismo, los festejos de los dos mil quinientos años de la fundación del Imperio Persa celebrados en Persépolis y el ingreso del Reino Unido en el Mercado Común, siempre tenían cabida en las páginas principales de los periódicos de gran difusión.

Mientras tanto, Cataluña seguía bajo un panorama de huelgas y manifestaciones ignoradas por la opinión pública, dada la fuerte censura informativa, con los despidos de más de mil trabajadores de Cubiertas y Tejados (CYT) y la huelga en la empresa Roca Radiadores, situada en Gavá. También el comienzo del nuevo curso escolar universitario estuvo marcado por la provisionalidad asistencial y conflictiva, completado con los acostumbrados secuestros de revistas. En este caso le tocó a Sábado Gráfico por alusiones contra el clero, a pesar de que el gobierno se esforzaba por dar una imagen democrática de la situación social aparentando una normalidad virtual ante las elecciones a Procuradores en Cortes, donde los adictos al sistema Juan Antonio Samaranch226 y Eduardo Tarragona fueron reelegidos en sus cargos el 30 de septiembre de 1971 en competencia con Joan Oriol Barenys, Xavier Cassasas y José Torras Trías.

En Madrid, se convocó para el 1º de octubre una manifestación de adhesión a Franco por su XXXV aniversario en la Jefatura del Estado. En su discurso, por si había alguna duda, afirmó con su acostumbrada retórica continuista ligada a su persona, que mientras Dios le diera vida y claridad de juicio, seguiría empuñando el timón del Estado.

De nuevo, en Barcelona el lunes 18 de octubre se reprodujeron movimientos obreros de importancia debido a la huelga en la empresa de automóviles SEAT, ocupando los trabajadores la factoría durante más de doce horas en protesta por la readmisión de los despedidos. Por su parte, la CCFPC distribuyó un comunicado en apoyo de los trabajadores implicándoles para el viernes 29 de octubre a una jornada de acción generalizada227. El resultado de todas estas movilizaciones tuvo consecuencias trágicas con la muerte el día 3 del mes siguiente del obrero Antonio Ruiz Villalba, herido en los sucesos relacionados con los conflictos laborales continuos producidos en SEAT, la Papelera de El Prat de Llobregat y de nuevo en la Roca Radiadores de Gavá. Este joven testigo de Jehová murió al cabo de dos semanas de un tiro en el estómago en el desalojo de la factoría SEAT, cuando catorce enlaces sindicales, que habían sido despedidos cuatro meses antes, entraron en la fábrica y convocaron una asamblea provocando el cierre de la empresa el 18 de octubre de 1971. Esta muerte también casi coincidió con la del trabajador Pedro Patiño en Madrid el mes anterior por disparos de la Guardia Civil. CC.OO., en el camino de la huelga general, convocó una manifestación multitudinaria el 29 de octubre228.

El PSUC, a través de su órgano de comunicación oficial, Treball, fue muy explícito al afirmar:

«No es casual que huelgas como la de la SEAT y la Roca, junto con otras no menos combativas, y la acción centralizada del día 29 de octubre en solidaridad con los valientes obreros de la SEAT, hayan precedido y coincidido con la Asamblea. La clase obrera y sus Comisiones Obreras, luchando unidas y con decisión ejemplar por sus legítimos derechos económicos y políticos, han estimulado e impulsado la corriente unitaria propiciando la incorporación a la acción de sectores y fuerzas amplísimas de la oposición catalana. Estas luchas, junto con las de los estudiantes, profesionales y amplias masas del pueblo catalán, han efectuado una llamada de atención por la unidad de todas las fuerzas interesadas en presentar una alternativa democrática a la actual situación.»229

Según declaraciones de Antoni Gutiérrez parece ser que este conflicto aceleró la decisión de celebrar días después la I Sesión de la Asamblea de Cataluña, demostrando la influencia del movimiento obrero en la Asamblea: «Aquel era un momento político importante porque unía a la huelga de SEAT una expresión política unitaria del pueblo de Cataluña (…).»230

Efectivamente, el jueves 4 de noviembre de 1971 se reunió la Comisión Preparatoria de la Asamblea con un representante del comité de empresa de SEAT en el domicilio de Pere Fages, justificando la ligazón de esta organización con los movimientos obreros. Allí también se ofreció formar parte de la Presidencia de la I Sesión a Agustí de Semir, rechazándola este debido a su pasado franquista.

En esas fechas, también tuvo cierto alcance la polémica creada por los dirigentes de UDC y la CCFPC, donde se exigía a los primeros por escrito, mejorar la relación con los representantes preasamblearios en el marco del no-enfrentamiento231.

214. Mientras Batista afirma en su libro que fue el domingo 23 de mayo de 1971, en BATISTA, Antoni, op. cit., p. 92. Colomer afirma erróneamente ser el 25 de mayo, en COLOMER, Josep Mª, op. cit., p. 37.

215. AHGCB, «Notas informativas catalanismo», Caja 188, Carpeta 1564 II. También en «Notas sobre situación político social de Cataluña», 1969-73, Caja 189.

216. BATISTA, Antoni, op. cit., p. 93.

217. ARROYO, Francesc, «Antoni Gutiérrez Díaz: L’Assemblea en el record», L’Avenç, n.º 208, 1996, p. 7.

218. ARAGAY, Francesc de Borja, «UDC i l’Assemblea de Catalunya», L’Avenç, n.º 208, 1996, p. 13.

219. PARRAS, Francisco, entrevista realizada sobre la Asamblea de Cataluña, mayo del 2005.

220. BATISTA, Antoni, op. cit., p. 95.

221. MHC, ASSEMBLEA, op. cit., p. 23.

222. MHC, ASSEMBLEA, op. cit., pp. 20-24.

223. Treball, agosto-septiembre 1971.

224. FRC, AJR, «Comisión Coordinadora de Forces Polítiques de Catalunya», Carpeta 104/28, 1-9-1971. Ver también Treball, «Pel camí de L’Assemblea de Catalunya»,octubre 1971..

225. Nikita Sergeevic Kruschov, primer secretario de la Unión Soviética (1953) y jefe del gobierno en (1958). En 1964 fue destituido de todos sus cargos.

226. Samaranch Torelló, Juan Antonio, presidente del COI (1980- 2001)

227. FRC, AJR, «Comissió Coordinadora de Forces Polítiques de Catalunya», Carpeta 104/29, 1-10-1971.

228. COLOMER, Josep Mª, op. cit., p. 40. Balfour propone el 1 de noviembre como la fecha del fallecimiento del trabajador Antonio Ruiz, en BALFOUR, Sebastián, op. cit., p. 191.

229. Treball, diciembre de 1971.

230. GUTIÉRREZ DÍAZ, Antoni, «La fundació de L’Assemblea de Catalunya», L’Avenç, n.º 43, 1981, p. 34.

231. FRC, AJR, «Comissió Coordinadora de Forces Polítiques de Catalunya», Carpeta 104/30, 25-10-1971.

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