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ОглавлениеLa muerte de Franco y el postfranquismo. 20 de noviembre de 1975
El 23 de octubre de 1975 los diarios nacionales anunciaron que la «Marcha Verde» avanzaba lenta y desordenadamente en dirección a la frontera norte del Sahara Español con el propósito de traspasar la frontera entre el 3 y el 4 de noviembre. El gobierno, previniendo acontecimientos, había recomendado el día anterior a la población civil el abandono de El Aaiún.
Mientras tanto, en la península todo comentario político se hacía en función del estado físico de Franco que se deterioraba cada día más. El 25 de octubre, la generalidad de los titulares informativos decían algo así como: «Se acentúa la gravedad de Franco»; dos días después se anunciaba una ligera mejoría dentro de la gravedad para decaer al día siguiente con la persistencia de la gravedad a causa de diversas hemorragias.
Entre el 29 y el 30 de octubre, el conflicto en el Sahara Español volvió a la palestra informativa, dando la impresión de que el gobierno había tirado la toalla. Ya no se hablaba de autodeterminación del pueblo saharaui y, mientras existía el toque de queda en la zona, las reuniones diplomáticas en Madrid se acentuaban con la posibilidad de llegar a un acuerdo favorable a las tesis marroquíes. El mismo día 30, coincidiendo con la detención en Guernica de dos comandos de ETA y de veinte presuntos terroristas, los medios de comunicación ya anunciaban la desaparición del último vestigio colonial español con la evacuación de la zona prevista en tres fases.
Sin duda, se vivieron momentos desalentadores y el desánimo era generalizado cuando se supo que las fuerzas españolas iban abandonando sigilosamente los puestos fronterizos. Mientras tanto, en Madrid, en medio de unas aceleradas negociaciones, el príncipe Juan Carlos volvía a la Jefatura del Estado en funciones, presidiendo definitivamente el Consejo de Ministros462.
En Cataluña, la Asamblea presentó el 29 de octubre una declaración contundente denominada «Per una Catalunya Democrática» en la que se afirmaba, en vista del relevo inminente e irreversible, que Juan Carlos no era la solución:
«Solo el rechazo del continuismo juan carlista y la revocación de las Leyes Fundamentales del franquismo y de todos los órganos e instituciones que la han configurado, o que intenten perpetuarlo, es decir, solo la ruptura democrática, puede ser el inicio del camino para satisfacer las exigencias populares y nacionales.»463
Comenzó así un relato continuo de noticias basado en la crónica de una muerte anunciada que concluiría tres semanas después con el comunicado de la muerte del Generalísimo.
El primer día de noviembre la salud del dictador aún se calificó como estacionaria, mientras el conflicto africano se ralentizaba con la salida del contingente español. El día 3, en una visita sorprendente, el príncipe Juan Carlos tomó el té en El Aaiún anunciando que «España cumplirá sus compromisos y tratará de mantener la paz (…) Se hará cuanto sea necesario para que nuestro ejército conserve intacto su prestigio y el honor»464.
El día 5 se contabilizaron los primeros muertos en el Sahara por enfrentamientos entre el Frente Polisario y los marroquíes, al haber cruzado alguno de ellos la frontera. Mientras tanto, el monarca alauita seguía inflexible en sus intenciones viendo que, conforme pasaba el tiempo, la coyuntura internacional le era favorable, desoyendo así las peticiones que le llegaron de la ONU. Esta presión sobre el gobierno español continuó hasta el día 10, cuando unilateralmente el rey de Marruecos ordenó el fin de la Marcha Verde, especulándose un pacto secreto entre Madrid y Rabat, aunque los desmentidos eran continuos.
El propio jefe de las Fuerzas españolas en el Sahara, Federico Gómez de Salazar, comentó: «La Marcha terminará en la frontera. Si vienen, dispararemos», repitiendo dos días después que el Sahara no había sido invadido465. No obstante, en vista de lo que estaba ocurriendo, la prensa reaccionó ante la falta de consideración, expresando su malestar por la desinformación y los problemas que se creaban a los periodistas y a las agencias de prensa para poder acceder a las zonas de conflicto, incluso la misma Asociación de Prensa emitió un comunicado protestando por la falta de información.
Lo mismo ocurría con el estado de salud de Franco, donde lo único que se sabía es que resistía transfusión tras transfusión. Sin embargo, esta situación de incertidumbre en el alto nivel de la política nacional no afectó en lo más mínimo a la acción represora de las fuerzas de seguridad del Estado, que continuaron efectuando detenciones. El día 4 de noviembre fue desarticulado un comando del PC (m-l), siendo militantes del PSAN los detenidos al día siguiente. Una semana después también fueron detenidos en Navarra algunos militantes de la rama político-militar de ETA (V Asamblea) y 37 miembros de la Joven Guardia Roja y Bandera Roja, demostrando así la plena actividad de un régimen dando sus últimos coletazos ante la caída del dictador.
Por otro lado, en aquellos días se publicó en el Boletín Oficial del Estado el decreto sobre el uso de las lenguas regionales, por el que se podía hablar en catalán en los plenos municipales, excepto cuando se tratase de propuestas que motivaran acuerdos a constar en el acta.
Sin duda, ya era innegable que un ciclo que había durado cuatro décadas se acercaba a su fin. Incluso empezaron a notarse los primeros indicios de cambio. Véanse como ejemplo el incremento de las publicaciones de nuevos periódicos y revistas de carácter político que aparecieron de repente ante la inminente llegada de la democracia. De esta forma salieron a la luz diarios tan emblemáticos como El País, El Periódico de Cataluña y Diario 16. Por el contrario, no ocurrió lo mismo con la prensa del Movimiento que, a falta de apoyos, decaía bajo un nuevo organismo denominado Medios de Comunicación Social del Estado (MCSE).
El 17 de octubre, el gobierno aprobó la inscripción del Grupo Prisa en el Registro de Empresas Periodísticas, siendo José Ortega Spottorno, Carlos Mendo y Darío Valcárcel los socios fundadores. El periodista y escritor, Juan Luis Cebrián, con experiencia en el diario Pueblo, TVE e Informaciones, fue elegido director del diario El País el 16 de noviembre de 1975. A partir de aquel momento, la importancia de los medios de comunicación fuera de los órganos del Movimiento tuvo una valoración muy superior a la anterior etapa franquista, ya que, a falta de partidos, la prensa protagonizaba las diferentes corrientes de opinión crítica que empezaban a resurgir en España.
El mes de noviembre de 1975 también resultó complicado en cuanto a conflictos laborales se refiere. En el Baix Llobregat, el día 14 se realizaron 22 despidos en una de las empresas que, por su resistencia al sistema, sería muy popular por esas fechas. Se trataba del conflicto en la empresa Laforsa en Cornellá de Llobregat, llegando a su punto más álgido con el despido total de su plantilla y el consecuente agravamiento de la situación social en la zona.
El día 15, Franco resistió una tercera operación quirúrgica sin éxito, ya que tres días después fue hibernado para controlar sus constantes hemorragias. Y mientras la agonía se alargaba artificialmente, al otro lado del Atlántico, el embajador Jaime de Piniés anunciaba desde la ONU una administración tripartita en el Sahara Español entre Marruecos, Mauritania y La Yemaa, anunciando que España se retiraría el 28 de febrero del año siguiente.
La oposición, ante el inminente fallecimiento del dictador, incrementó sus acciones de protesta, aunque algunos ya preparaban la nueva etapa sin Franco ampliando sus relaciones internas tanto como externas. Alfonso Guerra relata en sus memorias como cinco días antes del fallecimiento del Caudillo, fueron invitados al congreso del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) celebrado en la ciudad de Manheim por expreso interés de Willy Brandt, dado el trágico momento político que se vivía en España. Lo extraño del caso fue que tanto Felipe González como él solicitaron sendos pasaportes, siendo concedidos para solo un viaje y un país, la República Federal Alemana466.
Por su parte, la Asamblea también amplió su presencia mediática mediante propuestas como que por la tarde de ese día nadie cogiera el autobús en Barcelona; el eslogan decía así: «¡El divendres, día 7 de novembre, NO PUGES ALS AUTOBUSOS!»467, complementándolo con grupos de personas informando por la calle, llamadas de teléfono, reuniones, asambleas, pancartas, carteles y movimientos estratégicos preparando nuevas movilizaciones.
Por otro lado, se propuso una jornada de lucha para el 11 de diciembre en petición de amnistía y libertad, en contra de las nuevas disposiciones presentadas por el primer gobierno de la monarquía que planteaba entre otras cosas la congelación de salarios. Los paros en las empresas instaladas en la periferia metropolitana pasaban del centenar, con más de treinta y dos mil trabajadores en huelga en las zonas del Baix Llobregat y Cerdañola-Ripollet que se alternaban con manifestaciones estudiantiles y concentraciones frente a la cárcel Modelo en Barcelona.
La madrugada del 20 de noviembre de 1975, Franco expiró, y ese mismo día se dio a conocer su testamento político donde a grandes rasgos pedía al pueblo español lealtad y afecto a Juan Carlos de Borbón. Inmediatamente, el Consejo de Regencia se reunió en Las Cortes y, dos días después, Juan Carlos I fue proclamado rey de España.
Desde la oposición, las críticas al nuevo jefe del Estado no se hicieron esperar; lo mismo que desde la Iglesia que, a través del diario de referencia católica YA, se pedía que la nueva monarquía no fuese un franquismo sin Franco, aunque pudiera. El cardenal Tarancón, con la frase: «Os pido que seáis el rey de todos los españoles», no pudo ser más explícito. También el periodista José Vidal Beneyto repasa en sus reflexiones la importancia del papel de la Iglesia en aquellos momentos confusos, rompiendo en cierta manera con el pasado:
«La Iglesia católica ha tenido una función constante y decisiva en la historia del franquismo. En un primer momento, la Iglesia fue agente principal de la legitimación política del franquismo, al transformar en Santa Cruzada un levantamiento militar seguido de una cruel guerra civil. Luego la Iglesia confirió al régimen franquista la respetabilidad que necesitaba tanto en el interior como en el exterior (...) Posteriormente, Franco encontraría en los tecnócratas del Opus Dei un recambio útil no solo de personas y de equipos, sino sobre todo de modos y de imagen de marca, para rejuvenecer el perfil, por lo demás inmutable, de su política. Hoy, la Iglesia católica ha modificado vertebralmente su posición, y si bien es cierto que una parte de la jerarquía sigue todavía afincada en el franquismo, la verdad es que la inmensa mayoría del catolicismo hispano milita en la oposición y se ha convertido en uno de sus principales vectores.»468
Por su parte, los llamados Captaires de la Pau publicaron un panfleto, coincidiendo con la muerte del dictador, exigiendo el premio de la democracia para el pueblo mediante un «salto pacífico a la democracia»469.
Aún no había finalizado el mes de noviembre, cuando la Asamblea publicaba el primer documento crítico contra el nuevo jefe del Estado que llevaba por título «Contra el continuismo»:
«Franco ha muerto, el tirano ha desaparecido, pero no la tiranía. Esta, los herederos del franquismo intentarán perpetuarla con la maniobra continuista de Juan Carlos (…) Ciudadanos: Esta es una hora histórica, una hora trascendental. Es la hora de demostrar que nuestro pueblo es capaz de restablecer por vía pacífica la democracia y las libertades nacionales y sindicales (…) La Asamblea, declara que es posible establecer por vía pacífica un régimen democrático en Cataluña y en todos los pueblos del Estado español. El pueblo de Cataluña llama a preparar la gran movilización popular pacífica que ha de hacerlo posible, bajo la consigna de ¡POR LA CONQUISTA DE LA DEMOCRACIA!»470
La reacción internacional ante el primer discurso del rey fue positiva. Tanto fue así, que acto seguido, desde el día 25 se recibieron telegramas de adhesión junto con peticiones de amnistía, sospechándose en los medios informativos que ya existía un borrador con el decreto de indulto. Finalmente, aunque no resultó lo esperado, el día 26 de noviembre se decretó el primer indulto real, donde todas las penas de muerte fueron conmutadas, llegando la gracia a la extinción total de las condenas de hasta tres años y parcialmente las superiores.
Ante este nuevo aire de apertura, el comunicado oficial proveniente de las Cortes franquistas ponía cada cosa en su sitio, dando a entender las dificultades que se habrían de superar: «No se inicia un nuevo régimen, sino una nueva etapa bajo la Monarquía»471.
Los conflictos laborales y universitarios continuaban su curso ascendente en toda España como un síntoma inequívoco de que el cambio político no afectaba, al menos a corto plazo, a los problemas económicos del país. En Santander, una semana después de la muerte del Caudillo, cuatro mil trabajadores de la empresa General Española del Caucho, seguían encerrados472. Y, mientras tanto, la crisis del Sahara Español iba entrando en la fase terminal. En efecto, el 28 de noviembre las tropas marroquíes entraron en la ciudad de Smara precipitando la ocupación, y el 12 de diciembre ya estaban en El Aaiún. El general Gómez de Salazar, responsabilizando en cierta forma al Frente Polisario, pronunció una de sus últimas frases gloriosas: «España tiene la conciencia tranquila»473.
Después de la proclamación del rey, tanto la política oficial y de oposición aceleraron sus procesos. El 3 de diciembre Torcuato Fernández Miranda fue nombrado presidente de Las Cortes mientras la rumorología acostumbrada proponía nuevos candidatos al primer gobierno del rey. Este se decidió por la continuidad y Carlos Arias Navarro fue confirmado como jefe del gobierno. Sin embargo, antes de la publicación del nuevo gabinete, ya se anunciaba el nuevo síntoma de freno a la evolución democrática, indicando que no habría reforma administrativa. El día 12 se presentó la lista de los nuevos ministros. Estos eran: Carlos Arias Navarro (presidente); teniente general Fernando de Santiago y Díaz de Mendíbil (vicepresidente para Asuntos de la Defensa); Manuel Fraga Iribarne (vicepresidente, Interior y Gobernación); Juan Miguel Villar Mir (Economía y Hacienda); José Mª Areilza (Asuntos Exteriores); Antonio Garrigues y Díaz Cañabate (Justicia); teniente general Félix Álvarez-Arenas y Pacheco (Ejército); almirante Gabriel Pita Da Veiga (Marina); Antonio Valdés González Roldán (Obras Públicas); Carlos Robles Piquer (Educación); José Solís Ruiz (Trabajo); Carlos Pérez de Bricio (Industria); Virgilio Oñate Gil (Agricultura); teniente general Carlos Franco Iribarnegaray (Aire); Leopoldo Calvo Sotelo y Bustelo (Comercio); Adolfo Martín Gamero (Turismo); Francisco Lozano Vicente (Vivienda); Alfonso Osorio García (Presidencia); Rodolfo Martín Villa (Relaciones Sindicales) y Adolfo Suárez (Secretaria General del Movimiento)474.
Las primeras declaraciones del nuevo gobierno hablaban del objetivo de llegar a la libertad sin ruptura bajo el perfeccionamiento constante del sistema institucional, de la convivencia con las tendencias que aceptasen un orden democrático justo y del reconocimiento institucional de las regiones y de las autonomías locales.
La valoración del nuevo gabinete por la Asamblea no fue positiva, criticando de antemano la insuficiencia en el indulto proclamado por el rey, pese a que se abrían ciertos canales de esperanza dada la tolerancia del régimen con arbitrarias discriminaciones. Por otro lado, la pretensión de saldar la cuestión catalana, que venía respaldada por la implantación del Estatut de 1932, con un régimen especial para las cuatro provincias catalanas, daba una impresión de democracia controlada y limitada.
El 27 de diciembre de 1975, tuvo lugar la XII reunión de la CPAC. Esta, fue distinta a las demás, pues por primera vez se presentó la Asamblea al público mediante ruedas de prensa y comentarios de todo tipo en los diarios principales. Los acuerdos llegados en la reunión fueron dados a conocer a los medios de comunicación por los principales representantes de la Permanente: Jordi Carbonell, Josep Benet, Vicenç Ligüerre, Pere Portabella, Rafael Ribó y Miquel Sellarés. En líneas generales, el comunicado anunciaba el inicio del diálogo con el Consell de Forces Polítiques de Catalunya (CFPC) constituido en aquellos días, e invitarlo a incorporarse como tal a la Asamblea; continuar trabajando para asumir un movimiento unitario con todas las fuerzas políticas e instancias del Estado español, especialmente del País valenciano y de las Islas Baleares; y mantener el contacto con el presidente de la Generalitat de Cataluña en el exilio, Josep Tarradellas, en la futura perspectiva de constitución de un gobierno provisional475.
La protesta y el clamor en la calle ante la nueva situación política era cada vez más intenso, exigiendo libertad y amnistía. El 28 de noviembre en una manifestación proamnistía en Madrid fueron detenidos actores famosos de la televisión de aquella época: Aurora Bautista, Juan Diego y María Luisa San José, entre otros. Al día siguiente en Barcelona, en cumplimiento del indulto limitado, 158 presos salieron de la cárcel Modelo. El 1º de diciembre, Marcelino Camacho y los que quedaban del Proceso 1001, junto a otros presos como Vilá Reyes, también quedaron en libertad, aunque por poco tiempo, ya que Camacho fue nuevamente detenido siete días después en una manifestación donde se efectuaron más de cien detenciones.
Lo cierto fue que no hubo día en todo el mes de diciembre donde los periódicos dejaran de anunciar conflictos laborales de todo tipo, desde la construcción, metal, sector del automóvil, taxista, red ferroviaria, etc., finalizando el último día del mes con el paro de mil doscientos mineros en HUNOSA. Mientras tanto, el nuevo gobierno, en su esfuerzo de cambiar su imagen, continuaba con los indultos, siendo esta vez los afectados los antiguos funcionarios del Estado separados de la Administración Pública por cuestiones políticas impuestas por la Ley de 10 de febrero de 1939.
En Cataluña, la apuesta de Xirinachs por la amnistía y las libertades seguía protagonizando la lucha de oposición. Después de habérsele prohibido el 8 de noviembre una conferencia en Orense, dos días después volvió de nuevo al protagonismo informativo con la huelga de hambre que llevaba a cabo desde el 30 de noviembre en Montserrat, apuntándose a la huelga un quinto recluido en el monasterio. El día 11, en Sabadell se presentó un manifiesto democrático firmado por 95 jóvenes. Desde Francia, la Generalitat en el exilio también hizo sentir su voz, dirigiendo el primer día de diciembre un mensaje al pueblo catalán, señalando el camino para llegar a la democracia basado en la amnistía, el restablecimiento de la Generalitat de Cataluña y sus instituciones, y las elecciones a Cortes Constituyentes por sufragio universal.
También en Montserrat, como símbolo del catalanismo histórico, el día 7 hubo una concentración de más de dos mil quinientas personas476. Bajo la lluvia se realizaron manifestaciones y cánticos hasta el mediodía, y posteriormente se desplegó la bandera catalana y un cartel que pedía amnistía. La Guardia Civil detuvo a una persona por lanzar octavillas mientras la manifestación acababa con un mitin por representantes de la Asamblea; Xirinachs, que estaba de vigilia, no apareció.
Ese mismo día, Jordi Pujol, el político de las terceras vías, pronunció una conferencia en la Aliança del Poble Nou, en la cual dijo:
«El nacionalismo catalán se fundamenta en el sentido personalista de la explicación de la persona y de su tierra. El nuestro no es un nacionalismo de dominio sino de afirmación, es decir, algo capaz de crear (…) Su leitmotiv es que la nación es siempre más permanente que la clase social, que es más estable (…) Sobre todo está mucho más dotada de cara a la conquista de su propia identidad.»477
Apoyándose en Pierre Vilar, Pujol habló del «fet català» haciendo propia la tesis del historiador francés: «Un movimiento nacional no puede triunfar si en sus reivindicaciones no participa el que en el país es, en un momento determinado, su clase dirigente»478.
El 17 de diciembre, Marcelino Camacho, acompañado de Nicolás Sartorius y Simón Sánchez Montero, visitaron a Xirinachs en Montserrat, justo cuando en Barcelona se constituía el Consell de Forces Polítiques de Catalunya (CFPC). El informativo Solidaridad Nacional recogió la noticia a través de la agencia de noticias Pyresa (cadena del Movimiento), anunciándose su constitución por los siguientes protagonistas: Partido Carlista, PSUC, Grup D’Acció Catalá, ERC, Reagrupament Socialista de Catalunya, PSAN, FNC, Esquerra Democrática de Catalunya (con Ramon Trías Fargas y Jaume Casanovas), PPC y UDC de Anton Canyellas. También se realizaron contactos con el presidente de la Generalitat en el exilio, Josep Tarradellas.
La muerte de Franco y la exaltación al poder de Juan Carlos I significó para los partidos de oposición el pistoletazo de salida hacia el reencuentro con la democracia, de manera que los actos y movimientos públicos fueron sucediéndose como un torbellino. Sean McBride, secretario adjunto de la ONU y premio Nóbel de la Paz en 1974, se desplazó a Barcelona invitado por la asociación Amigos de las Naciones Unidas y por el Moviment de la Pau i el Agermanament con motivo del XXVII aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos. Entre otras cosas, dijo:
«Es necesario que España dé ejemplo de respeto hacia los Pactos internacionales de Derechos Humanos, pues su tradición cultural se lo exige (…) es necesaria la liberación de todos los presos políticos sin excepción, la libertad de expresión, la libertad de reunión y asociación político sindical como puntos esenciales para una verdadera democracia. Y por último el sufragio universal como único sistema electoral básico para poder integrarse en el Parlamento Europeo.»479
Posteriormente a su intervención se dirigió a Montserrat a visitar a Xirinachs, que seguía en su huelga de hambre en busca de la amnistía total de los presos. Cabe decir que por aquel entonces a cualquier visitante que recibiera Xirinachs en la abadía, se le retenía el carné de identidad para su control hasta el día siguiente, teniendo que ir a recogerlo al cuartel de la localidad de Monistrol, próximo al monasterio. También se publicaron los Memorial Xirinachs otorgados por la sección catalana de Pax Christi con ocasión de la campaña de apoyo a Xirinachs por el Nóbel de la Paz. Los premios fueron concedidos entre otros al cardenal Giacomo Lercaro (Italia) y al sacerdote escocés, Desmond Wilson por sus actuaciones en pro de la paz. Otros comunicados en ese sentido fueron publicados por Justicia i Pau.
El 22 de diciembre se celebró en el Parc de les Aigües en Cornellá de Llobregat la «Festa Democrática» por el Congrés de Cultura Catalana asistiendo unas cuatro mil personas, entre los que se encontraban: Anton Canyellas, Miquel Roca Yunyent, Jordi Solé Tura, José Miguel Abad, presidente del Colegio de Aparejadores y el doctor Joan Colominas. En el acto, se cantaron tres simbólicas canciones, entre ellas el Cant de la Senyera, actuando también Alejandro Rojas Marcos que representaba al movimiento andaluz. Por las mismas fechas se celebró en Granollers un festival de la Canço con actuaciones de Ovidi Montllor, Mª del Mar Bonet y Pi de la Serra, pero sin Lluís Llach, que había sido censurado por el gobierno, cantándose L’Estaca en su nombre.
Sorprendentemente, y visto todo este aluvión de acontecimientos, causaba sorpresa que el ambiente social no respondía a las expectativas. A este respecto, una crónica del 24 de diciembre lo interpretaba así:
«Mientras tanto, la calle está extraordinariamente tranquila. Proliferan en auténtico alud las peticiones de amnistía, usando todos los métodos imaginables. Pero nadie puede decir que se produzcan más perturbaciones que las normales de un país europeo: huelga de taxistas, manifestación pacífica proamnistía, etc. Los subterráneos del país están más maduros de lo que pueda pensar alguien.»480
Ese mismo día, Xirinachs dio por finalizada la huelga de hambre de tres semanas, o sea, desde que el rey promulgó el indulto, junto con los captaires de la pau que le acompañaron.
En la Nochebuena de 1975, el rey y su familia aparecieron en la pantalla del televisor ante los españoles. Fue un mensaje sin abordar temas políticos, avanzando lo que en el futuro sería su papel constitucional y moderador, semejante al resto de las monarquías europeas. La prensa extranjera subrayó, sin embargo, el homenaje al Generalísimo y la llamada a la unidad con ausencia o alusión a una posible amnistía para los presos políticos. Desde ese mismo día, el captaire de la pau, Xirinachs, permaneció frente a la cárcel Modelo en espera de la concesión de amnistía, enviando comunicados como este desde Sant Llorens de Terrassa:
«Estaré cada día delante de la prisión, mientras me dejen estar, de sol a sol (…) Solo me harán mover si me arrastran o me llevan en brazos y si me dejasen en libertad, volvería a ocupar mi puesto (…) Quiero que salgan los presos políticos o que me metan a mí.»481
462. Tele/eXpres, 20/31-10-1975.
463. COLOMER, Josep Mª, op. cit., p. 77.
464. Tele/eXpres, 3-11-1975.
465. Tele/eXpres, 6-11-1975.
466. GUERRA, Alfonso, Cuando el tiempo nos alcanza. Memorias (1940-1982), Pozuelo de Alarcón (Madrid), Espasa Calpe, 2007, p. 195.
467. FRC, AJR, «Comissió Coordinadora de Forces Politiques de Catalunya», Carpeta 105/63, 27-9-1975.
468. VIDAL BENEYTO, José, Del franquismo a una democracia de clase, Madrid, Akal, 1977, p. 32
469. FRC, AJR, «Captaires de la Pau», Carpeta 71, 20-11-1975.
470. COLOMER, Josep Mª, op. cit., p. 78.
471. Tele/eXpres, 26-11-1975.
472. VIDAL BENEYTO, José, op. cit., p. 161.
473. Tele/eXpres, 16-12-1975.
474. Tele/eXpres, 12/16-12-1975.
475. El comunicado de la XII Permanente llegó puntualmente a todas las Asambleas Democráticas, incluso a las del exterior como la de Venezuela según consta en documento original dirigido a los catalanes y también entre los amigos españoles y venezolanos, en FRC, AJR, «Assemblea de Catalunya de Veneçuela», Carpeta 53/2, 1-12-1975.
476. COLOMER, Josep Mª, op. cit., p. 78. El autor sostiene que fue el 14 de diciembre.
477. Tele/eXpres, 7-12-1975.
478. Tele/eXpres, 7-12-1975.
479. Tele/eXpres, 19-12-1975.
480. Tele/eXpres, 24-12-1975.
481. Tele/eXpres, 30-12-1975.