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ОглавлениеEl exilio. Contactos y relación con la Asamblea de Cataluña
En junio de 1972, el SCPAC hizo un llamamiento bajo el lema «Per Catalunya i per les llibertats democràtiques» a favor de los presos y exiliados, recordando que el primer punto programático de la Asamblea hacía referencia a la consecución de la amnistía general para presos y exiliados políticos. A tal efecto se enviaron dos documentos al colectivo de exiliados en Europa y América con la voluntad del retorno de todos aquellos que seguían siendo las victimas principales de la implantación de la dictadura, recordándoles su fidelidad a los principios democráticos que les daba un lugar destacado entre los catalanes que «viuen i treballen per Catalunya». Acto seguido se les animó a que no dejasen el trabajo ya iniciado en busca de la convergencia fundamental de todos los catalanes y extender el mensaje donde fuera posible del comunicado de la I Sesión de la Asamblea de Cataluña que ella misma quería promover. Finalmente, se les alentó en la labor de expandir la campaña en apoyo del Estatuto de 1932 y de la «Crida al poble de Catalunya».
En ese mismo comunicado se les anunció que desde el 15 de julio, los martes, jueves y sábados, comenzarían las emisiones radiofónicas de «La Veu de L’Assemblea de Catalunya», con emisiones desde las 13,30 a 13,45 horas, (emitiendo en ondas de 19,3; 29,5 y 24,5 metros)296.
En este novedoso medio de comunicación, para la organización se realizaron 11 programas radiofónicos hasta los primeros días de noviembre de 1972. Cada programa se repitió tres veces los martes, jueves y sábados, que en total sumaron aproximadamente ocho horas de emisión, supuestamente a través de Radio España Independiente, teniendo en cuenta la difícil sintonización del radio-oyente. Los contenidos eran informativos y propagandísticos, emitiendo el Boletín de la CPAC y una segunda parte informativa denominada Notícies llampec, con información política y sindical no publicada en la prensa.
La primera reunión del comité de redacción tuvo lugar en casa del médico y poeta Joan Colominas, con Raimon Obiols (que no fue más veces), Ricard Lobo, Jaume Fabré, Carles-Jordi Guardiola y Pere Portabella. En dichas emisiones participaron diferentes locutoras, Magda Bosch entre ellas, y también el pianista Carlos Santos, que preparaba una base musical relacionada con Els Segadors. El final de este proyecto, o sea, la supresión de la radiodifusión, se decidió en una reunión en el CIDOB-TM, aunque hay ciertas dudas de que su fin llegase a presentarse en la CPAC297.
Poco a poco, mientras el verano hacía su entrada, las manifestaciones laborales y estudiantiles fueron remitiendo en intensidad, pero no así la represión policial. El 24 de junio de 1972 el Tribunal Supremo confirmó las sentencias condenatorias contra Miguel Tobal Guerrero, Antonio Requena Cerezo, Jaime Valls Piulats y Sebastián Orihuela Herrero, afiliados de CC.OO. en Barcelona; y tres días después fueron detenidos los miembros de la coordinadora estatal del mismo sindicato en un convento de Pozuelo de Alarcón. Estos eran: Marcelino Camacho, Nicolás Sartorius, el sacerdote Francisco García Salve, Eduardo Saborido, Fernando Soto, Francisco Acosta, Miguel Ángel Zamora, Pedro Santiesteban, Juan Muñiz y Luis Fernández. Posteriormente, todos ellos fueron los encausados en el «Sumario 1001»298. Dos días después, medio millar de jóvenes se manifestaron contra la guerra del Vietnam en la Ronda San Antonio de Barcelona.
El 5 de julio de 1972, el gobierno aprobó una ley sorprendente por su contenido ya que, a partir de entonces las mujeres gozarían de la mayoría de edad a los 21 años, derogando una norma por la cual las mujeres solteras que quisieran abandonar la casa de sus padres podrían hacerlo sin esperar hasta tener 25 años, salvo que se fueran para tomar «estado» u obtuvieran la autorización paterna299. Dos semanas después, el BOE también publicó el decreto por la que la Presidencia del Gobierno sería ocupada automáticamente por el vicepresidente en caso de muerte del jefe del Estado. Y mientras todo esto acontecía en nuestro país, en Marruecos, el dudoso suicidio del general Ufkir, participante de la conspiración contra el rey Hassan II de Marruecos, confirmaba cierto paralelismo en la resolución de los problemas internos de las dos naciones vecinas.
En septiembre de 1972 se celebró la XX Olimpiada en Múnich donde una nueva estrella olímpica destacó por encima de los demás: el nadador estadounidense Mark Spitz, ganador de siete medallas de oro. Sin embargo, este protagonismo quedó deslucido cuando el pabellón de los deportistas israelíes fue ocupado al asalto por una veintena de terroristas palestinos pertenecientes al grupo «Septiembre Negro». Después de largas negociaciones para liberar a los rehenes, se llegó al acto final concluyendo con una masacre resuelta con 17 muertos, la mayoría de ellos israelíes.
En Cataluña, el 9 de septiembre se lanzaron octavillas por grupos de Bandera Roja (BR) en los recitales de Joan Manuel Serrat en Barcelona y en las Sis Hores de Canet (Canet de Mar). Este acto reivindicativo tuvo relación con la celebración de tres consejos de guerra contra activistas contrarios al régimen. Los juicios tuvieron lugar entre el 6 y el 29 del mismo mes, con peticiones de hasta 44 años de cárcel para dos activistas carlistas, veinte años contra Carlos García Soler, treinta años para Ramón Llorca López por presunta pertenencia al FAC y finalmente contra siete militantes del Partido Comunista Internacional (PCEi).
En aquellas fechas, la Asamblea distribuyó un folleto en el marco de la campaña por el Estatuto en el que hacía referencia a la utilización democrática del patrimonio económico y cultural con el objetivo de lograr una enseñanza unificada y laica de contenido democrático. Asimismo, se exigía, con un sentido de justicia social, que fuera obligatoria y gratuita en nivel primario y que permitiera el acceso de todos con capacidad, sin discriminación social, a todos los grados de enseñanza y que fuera en catalán en lengua y contenido, y que esta lengua fuera oficial al lado de la castellana como primer paso para superar la situación del bilingüismo.
Por otro lado, también se hacía referencia a una hacienda descentralizada para poder comenzar a organizar la economía en función de las necesidades auténticamente populares. Una administración también descentralizada del territorio catalán con una autonomía municipal que garantizase a los habitantes del municipio unas finanzas propias que no se basaran en los impuestos indirectos que gravan los artículos alimentarios. También el control directo del régimen minero, agropecuario, forestal, seguros generales y sociales, mancomunidades hidrográficas, prensa, asociaciones, reuniones, espectáculos, derecho de expropiación, socialización de riquezas naturales, radiodifusión, ferrocarriles, obras públicas, sanidad, etc., y finalmente, una legislación y ejecución de la justicia en materia de política social, sindical y cooperativa300.
La Comisión analizó las acciones realizadas los días 8 y 10 de abril de 1972 en defensa del derecho a la Solidaridad Democrática y del funcionamiento de las Comisiones de Solidaridad y posteriormente debatió con cierto interés la obcecación del régimen para imponer como heredero al príncipe Juan Carlos y así dar una imagen centrista.
Sin embargo, al acabar el debate, de nuevo se recordó que los objetivos principales a alcanzar por la CPAC serían el dar a conocer los principios y las instituciones del Estatuto de Cataluña de 1932, plantear este objetivo mediante la actividad de masas, propiciar la comprensión de lo que pudiera ser el periodo inmediato a la caída del régimen, explicar el objetivo del Estatuto con un punto mínimo de convergencia que permitiese llegar al pleno ejercicio del derecho de autodeterminación en Cataluña y dejar claro que cualquier salida que no reconociese el establecimiento de los principios e instituciones presentadas por el Estatuto de 1932, no sería válido. A este respecto, Josep Dalmau, representante de los No Alineados, comentaba que se abrió posteriormente una campaña especial para el estudio del Estatuto de 1932, finalizando esta en una conferencia-debate con tres expertos en la Sala Claret. Dalmau comentaba que Solé Barberà, uno de los ponentes, hizo un panegírico global del Estatuto poco riguroso en su intervención y que fue protestado por el historiador Víctor Manuel Arbeloa, el cual le recordó que el Partido Comunista no votó «sí», sino «no», a la propuesta de presentar el Estatuto301. El SCPAC, en vista de los asuntos planteados por la CPAC, acordó iniciar dichas acciones con una convocatoria y publicar un folleto explicativo sobre el Estatuto de Cataluña del 1932 que denunciara la ilegalidad fascista y afirmara los derechos fundamentales, especialmente el de la autodeterminación de Cataluña. Finalmente, se centró el debate en el 11 de septiembre de 1972 dentro de dicha campaña, reafirmando el carácter de la Diada Nacional. Sin embargo, ese día se saldó con pocas manifestaciones reivindicativas, la mayoría convocadas por cada partido, siendo lo más notable la colocación de un altavoz en el Hotel Duval, cerca de la estatua de Rafael Casanovas, para poder escuchar la interpretación de Els Segadors y la distribución de miles de copias, de veinte mil a sesenta mil según versiones, de la Historia dels Països Catalans, escrita por Miquel Sellarés y Joan Crexell con ayuda del FNC, PSAN y UDC. También la CCFPC publicó un folleto en la jornada de reivindicación nacional dentro de la campaña «Perque L’Estatut»302.
Además, se condenaron las detenciones efectuadas a Carlos García Soler y Ramón Llorca, acusados de pertenecer al FAC303, denunciando las torturas recibidas, la farsa del consejo de guerra y la parcial actitud de parte de la prensa nacional a la hora de informar sobre el desarrollo y el resultado del juicio, haciendo una llamada a ejercer el derecho a la solidaridad democrática a través de la lucha popular, como así se hizo en los consejos de guerra de Burgos contra ETA: «Por la Amnistía, contra la violencia asesina del régimen, Solidaridad con el Front d’Alliberament de Catalunya (FAC)». Esta organización fue creada en 1969 por personas de los grupos de Josep Mª Batista i Roca del Consell Nacional de Catalunya (CNC) y de las Joventuts Obreres d’Estat Catalá (JOEC). Reconocida también como Front d’Alliberament Catalá y Front Armat de Catalunya. Entre 1969 y 1971, un grupo armado independiente realizó diversos atentados. En 1972 fueron detenidos algunos militantes, entre ellos los referidos anteriormente, decidiendo la dirección trasladarse a Bélgica. Nunca participaron de la Asamblea, y en 1976 se escindió un grupo denominado Moviment Revolucionari Catalá (MRC). Un año después decidieron disolverse tras numerosas detenciones. El fin de esta organización extremista fue resolver la «cuestión catalana» con una ideología transversal, aunque proletaria, y conseguir la creación de un estado socialista catalán con la unificación posterior con otros Países Catalanes. En la I Asamblea realizada en el exilio se declararon marxistas-leninistas adoptando una línea maoísta bajo la influencia de Antonio Morato que era partidario de crear el Partido Comunista de Cataluña. En 1973 publicaron la revista Catalunya Roja y se fusionaron con el grupo Izquierda Revolucionaria quedando con posterioridad la lucha armada en manos de la Organización Especial (OE) del FAC304.
La Asamblea de Intelectuales Catalanes, ante el desarrollo de los consejos de guerra contra los militantes del FAC, distribuyó una octavilla denunciando el empeoramiento de la situación político-social desde el Manifiesto de Montserrat el 13 de diciembre de 1970, criticando las persecuciones, torturas físicas y psíquicas y el gran número de consejos de guerra y de asesinatos contra los luchadores antifranquistas. De forma general denunciaron la «conculcación sistemática de los pueblos y naciones que forman la unidad nacional denominada Estado español»305, contra la violencia de los pueblos vasco y gallego y contra el pueblo catalán extensible a los compañeros Ramón Llorca López y Carlos García Soler, por las que se pedían 205 y 187 años de cárcel respectivamente. Ante estos hechos la Asamblea de Intelectuales reclamó la anulación de las penas, la abolición de la pena de muerte, la amnistía general y las libertades democráticas y de derechos incluido el derecho de autodeterminación.
Por otro lado, las buenas noticias llegaron a la Asamblea y a toda la oposición con la sustitución del temido comisario de policía Vicente Juan Creix. Este, junto con su hermano Antonio Juan Creix y Julián Gil Mesas, había dirigido la BIS en Barcelona llegando a ser un auténtico problema para los movimientos clandestinos de oposición. El nuevo comisario fue Gregorio Martín Guijarro, mientras que el anterior fue enviado a la Brigada Regional de Fronteras.
El 1º de octubre, mientras Franco presidia el XXXVI aniversario de su exaltación a la Jefatura del Estado, se estaban celebrando diversos consejos de guerra contra los que el régimen franquista denominaba «activistas». José Mª Palomas Santamaría, Miguel Jiménez Hinojosa, Tomás González Pardo y Ramón Caballero Delgado, todos pertenecientes al PCE(i), fueron condenados por asociación ilícita, insultos a la fuerza armada y propaganda ilegal, a penas de doce años de prisión; mientras que otros, concretamente ocho acusados de propaganda ilegal en la Empresa Nacional Bazán lo fueron, eso sí, en gran acto solemne y en la fragata Baleares instalada en los mismos astilleros de la factoría. Este ritmo siniestro de detenciones y consejos de guerra iría aumentando hasta la propia muerte del dictador, tres años después. Sin embargo, por el momento otras noticias destacables fueron las manifestaciones en Madrid en el Campus de la Universidad Complutense con altercados con la fuerza pública y el paro en la empresa Intelhorce (Málaga).
En Cataluña, el 4 de octubre de 1972 se detuvo a la Comisión Permanente del Secretariado de Iustitia et Pax, y el 18 se retuvieron los pasaportes a los asistentes en Ginebra (Suiza) a los Jocs Florals de la Llengua Catalana, entre ellos Mª Rosa Oller de Faulí, José Mª Castellet, Alexandre Cirici, Félix Cucurull, Josep Faulí, Albert Manent, Ramon Pellejero (Raimon) y Joan Triadú.
Pero nada de todo esto alteró las reuniones programadas por la Asamblea, de modo que, el domingo 22 se celebró la IV reunión de la Permanente que decidió convocar por primera vez en nombre de la Asamblea, una manifestación en Ripoll (Gerona), «L’Aplec de Ripoll». Cuenta Josep Dalmau que gracias a las sugerencias de los No Alineados se aceptó la iniciativa de ocupar un pueblo sin cometer nada que fuera ilegal en contra de organizar la clásica manifestación en el cruce de la Rambla con la calle Pelayo306.
Los primeros debates entre los asistentes fueron dirigidos a las posibles respuestas ante la presión de la patronal duramente criticada por representantes de los sindicatos, mientras que el representante de La Asamblea Permanente de Intelectuales informaba de un dossier sobre la represión cultural en Cataluña. En dicha reunión también se aprobó la edición y distribución del documento titulado «Hacia la II Sesión de la Asamblea de Cataluña», con una tirada que sobrepasó los 24 ejemplares, repartiéndose de forma directa y clandestina. La Comisión también configuró a rasgos generales el contenido de la II Sesión, basándose en puntos que, a pesar de ser repetitivos, no perdían su valor estratégico. Se trató el tema de la lucha obrera, recordando las movilizaciones de El Ferrol, Vigo, Barcelona, Cerdanyola, Ripollet y Navarra con una perspectiva más amplia, proponiendo huelgas en cadena hasta llegar a la paralización activa de poblaciones y comarcas enteras y finalmente a la huelga general en el empeño de exigir el derecho de huelga y los derechos sindicales.
Para la Asamblea había ciertos indicadores que daban una visión sobre el estado de la nación, justificando la crisis del sistema político vigente. Se habló del aumento incesante del coste de la vida, del incremento del paro y de la emigración provocada, de los problemas en la enseñanza y del caos urbano con la imposibilidad de conseguir viviendas dignas y asequibles dentro de un urbanismo racional, proponiendo una democratización de la gestión y administración local, también de equipamientos urbanos racionales y suficientes, de la socialización del suelo urbano y de la lucha contra la especulación, estando a favor de la planificación urbana y territorial que englobase toda el área nacional catalana. La sanidad, claramente insuficiente, era otro factor esencial por lo que se exigían nuevos equipamientos, una seguridad social extensible a los agricultores que trabajaban por cuenta propia sin salario permanente y el traspaso de la gestión y el control de la seguridad social en manos de sus afiliados. También se criticó la corrupción económica y el monopolismo incontrolado generado con la aquiescencia del régimen que, según la Asamblea, provocaba como respuesta la reacción de los trabajadores. No obstante, para la Comisión el elemento más conflictivo para el gobierno seguía siendo la acción reivindicativa de la clase obrera. Los conflictos en la empresa SEAT, Motor Ibérica, Roca, New Pol, Shappetex, Starlux, Periman, situadas en el Vallés y en el Bajo Llobregat, junto con otras empresas en conflicto sumando 31 en su totalidad, entre las que destacaban Tortillería Mata y Corberó, eran claro ejemplo de la situación; mientras que, en el resto del Estado, los conflictos en El Ferrol y en Vigo y las consecuentes represalias contra dirigentes de CC.OO centraban a nivel nacional la polémica laboral en aquellos días. El Secretariado señaló también en su informe el incremento de las manifestaciones vecinales en los barrios de Sants, Gracia, Bellvitge, Trinidad, etc., así como la lucha en las comarcas y en el campo. A ese respecto, se recogió con interés el problema en el medio rural por la falta de medios educativos, de formación profesional y de la explotación en provecho de la oligarquía terrateniente.
296. MHC, ASSEMBLEA, op. cit., pp. 156-157.
297. FABRÉ, Jaume, «Quatre mesos d’emissions radiófòniques», L’Avenç, n.º 43, 1981, p. 52.
298. MARÍN, José Mª, op. cit., p. 200.
299. Tele/eXpres, 5-7-1972.
300. MHC, ASSEMBLEA, op. cit., p. 73.
301. MHC, ASSEMBLEA, op. cit., p. 65. En DALMAU, Josep, op. cit., p. 18.
302. FRC, AJR, «Comissió Coordinadora de Forces Polítiques de Catalunya», Carpeta 104/39, 9/1972. Ver también AHCNOC, «Asamblea de Cataluña», Carpeta 11-9-1972. «Perqué L’Estatut del 32?».
303. MOLAS, Isidro, op. cit., pp. 112.
304. MHC, ASSEMBLEA, op. cit., p. 67.
305. Posteriormente la Asamblea de Intelectuales publicó un dossier sobre la represión afín de elaborar un libro blanco sobre la represión, en FRC, AJR, «Assemblea Permanent d’ Intelectuals Catalans», Carpeta 61/1, 25-9-1972.
306. DALMAU, Josep, op. cit., p. 16.