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Constitución de la Asamblea de Cataluña

Al finalizar 1971 la imagen proyectada por el régimen a través de los medios de comunicación que controlaba mostraba una apacible situación política basada en el continuismo, el control y la opresión. Sin embargo, la realidad no era tan simple como se quería hacer ver desde el poder, ya que, cada vez más, la oposición antifranquista se hacía notar en la calle, en las fábricas, en la Universidad, etc., dejando en evidencia a todo el aparato propagandístico y policial dedicado exclusivamente en su represión y control.

En Cataluña, después de meses de un continuo trabajo clandestino de oposición sordo pero efectivo, por fin se empezó a ver el fruto tan deseado durante años formalizado mediante la realización de la I Sesión de la Asamblea de Cataluña.

Los trabajos principales y el comunicado final ya estaban pactados desde hacía meses, tan solo faltaba tener éxito en la convocatoria. Como era lógico, este esfuerzo de la oposición no se hizo público salvo en un entorno muy restringido por lo que pasó desapercibido para la prensa catalana que estaba inmersa en otros menesteres más populares, véanse como ejemplo, el «engaño» cometido a la prensa por el escalador y estrella de la televisión de aquellos días, César Pérez de Tudela, al no conseguir conquistar las cimas del Aconcagüa ni el Tirich Mir —afirmando este todo lo contrario— o la victoria del boxeador Pedro Carrasco en el Campeonato del Mundo por descalificación de su contrincante norteamericano, Mando Ramos. Solo el artículo dedicado al cantante Raimon escrito por Ana María Moix, con fotos de la fotógrafa «Colita», rompía esa monotonía informativa.

El 19 de noviembre de 1971, Franco inauguró la X Legislatura en las Cortes Españolas con los acostumbrados mensajes a la Nación contrarios a cualquier esperanza de cambio:

«Es necesario —decía el Generalísimo— la unidad y la continuidad como elementos preciosos para la convivencia y el progreso (…). En nuestro sistema lo único que no cabe son los partidos políticos ni nada que conduzca a ellos (…). A la democracia formal oponemos la democracia práctica, una democracia a través de cauces naturales (…). A las Cortes le corresponden juicios y valoraciones sobre la acción del gobierno en razón a la propia misión principal que les compete.»232

Sin embargo, cuando estas palabras salían de la boca del Caudillo, ya hacía casi dos semanas, concretamente el domingo 7 de noviembre de 1971, que en pleno centro de Barcelona había tenido lugar la I Sesión de la Asamblea de Cataluña en la iglesia de Sant Agustí Vell, sita en la calle Hospital del Distrito V.

Aquella vez, la policía, que estaba atenta a otros menesteres más importantes, como era el seguimiento y la seguridad del príncipe Juan Carlos, que participaba en una regata con el yate Dragón, no detectó: ni la extraña concentración de ciudadanos en una céntrica iglesia parroquial ni tampoco la reunión efectuada el día anterior entre una delegación de la Comisión Preparatoria con el rector de la iglesia, aceptando este último la reunión que se celebraría después de la última misa del domingo.

Efectivamente, aquel acto tan solemne fue presidido por Josep Andreu Abelló, aunque según Antoni Gutiérrez este nunca llegó a presidirlo, ya que, formalmente nunca hubo un presidente en la Asamblea; sin embargo, fue Abelló quien abrió y cerró el evento, teniendo al cineasta Pere Portabella de maestro de ceremonias233. También asistieron otros conocidos intelectuales catalanes como Francesc Vila-Abadal, Agustí de Semir, el rector de la parroquia de Sant Medir Josep Mª Vidal Aunós, que representaba a la Comisión de Solidaridad con los presos, junto con Joaquim Boix Lluch, torturado cuando era estudiante en 1966; y, como ya estaba planificado, Josep Mª Juncá, párroco de Sant Agustí, que fue el encargado de cerrar con llave la parroquia al acabar la última misa de la mañana y abrirla al finalizar la reunión234. Veamos entonces con más detalle cómo discurrió este acto tan simbólico:

En la mañana del domingo 7 de noviembre, bajo una lluvia tenue, empezaron a llegar los primeros delegados de la Asamblea accediendo al interior de la parroquia bajo el control de vigilancia ejercido por la joven Teresa Bofill, compañera en aquel entonces de Carles Caussa. Esta vestía un jersey rojo y llevaba una guitarra que era la señal que daba la luz verde a la entrada.

Existen diversas versiones sobre los detalles de lo ocurrido y cómo transcurrió la Asamblea, entre ellas la del periodista tortosino, Josep Bayerri Raga, que la describió así:

«Joan Lluís Jornet, que entró en contacto con el padre Ricard Lobo, monje de Montserrat, y yo, que fui informado por Josep Andreu Abelló en ocasión del II Congreso Jurídico Catalán celebrado en Tortosa, fuimos juntos a Barcelona. A las nueve de la mañana debíamos encontrarnos con Salvador Coromina, dirigente del PSC con posterioridad, que nos daría los datos para el lugar de la Asamblea (…). Hacia las diez y cuarto entramos en la iglesia (…). Nos arrodillamos en uno de los últimos bancos y esperamos el momento exacto. Todo estaba previsto y a la hora exacta fuimos hacia la sacristía donde un chico nos señaló la puerta del fondo. Dentro de la espaciosa sacristía había un capellán que estaba quitando los ornamentos litúrgicos de la misa, pero no nos miró. Traspasada la pequeña puerta, otro hombre nos preguntó de dónde éramos, miró una lista y nos apuntó, sin nombres. Desde allí, subiendo unas pequeñas escaleras hasta la buhardilla estábamos encima de la iglesia. Había mucha gente y un niño con un aparato de radio sintonizado con las ondas de los coches de policía (…). Cada tres minutos aparecía nueva gente. Después de la una, hora en que acabó la última misa de la mañana se cerraron las puertas de la iglesia y se nos dijo que podíamos marchar (…).»235

Pere Ignasi Fages, productor y distribuidor cinematográfico, coordinaba el sistema de seguridad de la Asamblea compuesto por una treintena de personas, controlando la emisora de la policía que estaba atenta a los movimientos del príncipe. También se responsabilizó de la conferencia de prensa posterior y de las traducciones del acta fundacional a diversos idiomas, junto con Josep Mª Montagut y Marina Curiá que había ofrecido su casa como centro de operaciones.

De esta forma, las primeras palabras que se oyeron en la apertura oficial fueron las de Andreu Abelló cuando explicaba a los allí presentes:

«Todos los que han dejado su vida en defensa de sus ideales y en la lucha contra la dictadura, (…), los presos y perseguidos por las luchas sociales y políticas y los que están repartidos por el mundo viven el exilio forzado por la persecución (…). Todos nosotros hemos hecho un largo camino unitario porque tenemos el pleno convencimiento de que solamente coordinando el esfuerzo de las masas trabajadoras, de la juventud, las nuevas generaciones que se incorporan a la vida ciudadana, de los campesinos, de los estamentos profesionales e intelectuales, de todos los grupos políticos, de los movimientos ciudadanos y personalidades destacadas en la vida política y social de nuestro país, conseguiremos recobrar la libertad para Cataluña y colaborar de una manera eficaz y decisiva a la libertad de los otros pueblos del Estado español (…). Esta I Sesión de la Asamblea de Cataluña es un gran paso para continuar nuestra lucha. Todos podemos dar ejemplo y hacer que de Cataluña salga la fuerza impulsora que haga posible un amplio movimiento unitario a nivel de todo el Estado español capaz de derrotar la dictadura.»236

A continuación, Agustí de Semir resumió en su alocución los trabajos preasamblearios presentando los puntos más polémicos y acabando su discurso con estas palabras:

«(…) Conseguir la formulación responsable para las fuerzas de Cataluña de una alternativa política a la situación de crisis actual (…). Independientemente del objetivo principal, pero complementándolo, de esta Asamblea puede derivarse en mayor o menor grado toda una serie de elementos enriquecedores y vitalizadores de la vida política de nuestro país, como son: Elevar la actitud a la actividad, es decir, pasar de la potencia a la acción, que muchas veces falta para no encontrar el camino para orientarse. Acentuar el proceso de corresponsabilización, en el sentido de que la gente trabaja en las acciones que previamente ha ayudado a configurar y por tanto se siente vinculada al desarrollo de las mismas. Avanzar en el camino de la ruptura de la clandestinidad que potencia tanto las actitudes como los hechos, ayudando a hacer más difícil la inhibición de muchos. Contribuir a deshacer reservas, delante de los que están aquí y delante de los que no han podido venir y obtener nuevas aportaciones al proceso de coordinación política unitaria.»237

Posteriormente, Joan Reventós leyó desde la mesa presidencial el informe político redactado por la Comisión Preparatoria, realizándose a continuación un amplio debate. El documento indicaba, grosso modo, la creciente crisis política que se estaba desarrollando en las instituciones del régimen que acabarían transformándose en una crisis de Estado. También denunciaba un régimen político antidemocrático y opresor de las libertades nacionales, proponiendo en favor de la lucha contra la dictadura la definición de unos puntos de convergencia y de unos objetivos comunes para el conjunto de las luchas impulsadas por los diversos sectores del pueblo, efecto que permitiría aumentar el nivel de lucha, su dimensión, continuidad y eficacia238.

A continuación, tomaron la palabra Joan Colominas y los representantes de CC.OO, Bandera Roja, PSOE y PORt239, extendiéndose los debates por espacio de cinco horas, momento en el que se presentó para su aprobación un comunicado que se distribuyó recién acabada la Asamblea entre los trescientos asistentes en la sala, destacando como observadora foránea del acto una gitana que fue amablemente «invitada» por seguridad de la propia organización, a asistir al acontecimiento.

El documento, que fue redactado por el Comité Ejecutivo del P.S.U. de Cataluña y decía lo siguiente:

«Nosotros, catalanes de diferentes tendencias pertenecientes y no pertenecientes a organizaciones políticas, de diversos sectores de la población, obreros, campesinos, estudiantes, intelectuales, profesionales y ciudadanos en general, de Barcelona y de comarcas, reunidos en Asamblea, a pesar de que somos conscientes que las actuales circunstancias dificultan el agotar las posibilidades de representación, formulamos la presente Declaración:

La actual crisis del régimen, de la cual el proceso de Burgos fue una manifestación sobresaliente, la progresiva toma de conciencia y la movilización de las clases populares, y la necesidad de oponernos firmemente a la maniobra continuista de instaurar a Juan Carlos, como sucesor del dictador, a título de rey, exigen la adopción unitaria de una alternativa democrática basada en los puntos mínimos aceptables por las fuerzas y sectores representados en la Asamblea, algunos de los cuales tienen objetivos divergentes a largo plazo pero que coinciden en el objetivo inmediato de derribar al franquismo. Estos puntos de coincidencia son los siguientes: La consecución de la amnistía general para los presos y exiliados políticos.

El ejercicio de las libertades democráticas fundamentales: libertad de reunión, de expresión, de asociación —incluida la sindical— de manifestación y derecho de huelga, que garanticen el acceso efectivo del pueblo al poder económico y político.

El restablecimiento provisional de las instituciones y de los principios configurados en el Estatuto de 1932, como expresión concreta de estas libertades en Cataluña y como vía para llegar al ejercicio pleno del derecho de autodeterminación.

La coordinación de la acción de todos los pueblos peninsulares en la lucha democrática.

Como objetivos inmediatos, hacemos un llamamiento a todo el pueblo catalán y consideramos catalanes a todos los que viven y trabajan en Cataluña, para que incorporen la perspectiva global del cambio democrático a cada una de sus luchas concretas y para que intensifiquen esfuerzos para una rápida obtención de:

La unidad de acción de todas las fuerzas democráticas.

La solidaridad en la lucha a favor de los represaliados.

El fin de la represión y la consecución de la amnistía.

Con el fin de velar por la aplicación de los acuerdos de la Asamblea, se elige una COMISIÓN PERMANENTE, la cual impulsará todas las iniciativas útiles para conseguir la movilización popular, fomentará acciones unitarias y preparará una nueva sesión de la Asamblea de Cataluña, más amplia y más representativa.»240

Esta declaración, condensada ideológicamente en los cuatro puntos programáticos de coincidencia, sería la base ideológica en que se sustentaría todo el movimiento liderado a partir de entonces por la Asamblea, repitiéndose el mismo mensaje constantemente en la mayoría de sus comunicados.

La versión de los No Alineados sobre dicho escrito indica que el punto tercero fue el más discutido por reconocer implícitamente el hecho diferencial de la nación catalana, intentando desengancharse del proceso del segundo punto, ya que no se quería que este aspecto reivindicativo pasase desapercibido dentro del amplio proceso a favor de las libertades241. Finalmente, y tras 32 intervenciones, se dio por finalizada la reunión después de cinco horas.

Esta declaración fue firmada por las siguientes delegaciones: CCFPC, integrada por ERC, FNC, MSC, PSUC, UDC, PSAN, PORt, FSC-PSOE, Comisiones Obreras (CC.OO.) de las localidades y comarcas de Manresa/Sallent, Sabadell, Vallés Oriental, Tarrasa, Bajo Llobregat, Tarragona, Mataró, Badalona, Lérida y Barcelona; UGT, Bloc Catalá d’Estudiants, Juventud Obrera del Front Nacional de Catalunya, Juventud Comunista de Cataluña, Movimiento Universitario de las Universidades Central y Autónoma: (Periodismo, Aparejadores, Medicina, Ingenieros, Derecho, Farmacia, Filosofía, Económicas, Ciencias, ATS, Ingenieros de Tarrasa), Comunidades Cristianas de Base, Representantes de Ambientes Cristianos, Grupo de No Violentos, Taula Rodona, Asamblea Permanente de Intelectuales Catalanes, Comisiones de Campesinos, Profesores de la Universidad Central y Autónoma, Grupos Profesionales (periodistas, médicos, abogados, aparejadores, arquitectos, maestros, cine), Profesores No Numerarios de Universidad Central y Autónoma; Grupo de Mujeres Democráticas, representantes de las localidades y comarcas siguientes: Barcelona, Amposta, Tortosa, Reus, Tarragona, Igualada, Alto Panadés, Bajo Panadés, Garraf, El Prat de Llobregat, Gavá, Tarrasa, Sant Vicens dels Horts, Sabadell, Manresa, Cerdañola/Ripollet, Castellar del Vallés, Granollers, San Feliu de Codinas, San Llorens de Savall, Badalona, Mataró, Caldetas, San Pol, Pineda, Arenys de Mar, Canet de Mar, Calella de la Costa, Malgrat, Blanes, Gerona, Vic, Figueras, Torelló, Lérida, Ripoll, Villafranca del Panadés, Manlleu y Centellas, C.A.E., Comisiones de Barrio y Bandera Roja (BR) que participó pero no firmó el documento.

Cabe destacar que la FSC-PSOE firmó el documento elaborado por la Asamblea teniendo en cuenta la necesidad de que el Estatuto de Cataluña fuese un reflejo modélico de unas estructuras orgánicas aptas para los demás pueblos hispanos, afirmando:

«(...) Queremos una reestructuración del Estado español, con una amplia descentralización política y económica en beneficio de todas las nacionalidades y regiones de fuerte personalidad histórica. También creemos oportuno señalar la actitud de nuestras organizaciones con respecto a la amnistía. No pedimos ninguna gracia del régimen. Reivindicamos la libertad de todos los presos (...), estas han sido las únicas matizaciones.»242

Más tarde, en el transcurso de los trabajos postasamblearios se incorporaron los siguientes grupos políticos: Partido Carlista Catalán (PCC)243, Grupos de Acción Carlista, Solidaridad Obrera de Cataluña, Unión Sindical Obrera (USO), PCEi, POUM, BR y núcleos de comarcas organizados entorno a la Asamblea, Partit Popular de Catalunya (P.P.C.) y el grupo de No Alineados Políticamente. Estos últimos, dada su importancia posterior en el seno de la Asamblea, se constituyeron en marzo de 1972 justificando su representación en la organización por razones coyunturales y políticas, recogiendo bajo sus siglas a grupos de personas independientes no alineadas a ninguna organización política para conseguir la máxima amplitud y popularidad de la Asamblea, colaborando desde el interior para conseguir el juego democrático que le era inherente y realizar un servicio de información a sectores lejanos de organizaciones políticas244.

Pero siguiendo con el relato de los hechos, esa misma noche se convocó una rueda de prensa clandestina en casa de Pere Ignasi Fages, sito en la Gran Vía barcelonesa, con periodistas nacionales y agencias extranjeras, con la intención de entregarles el comunicado. Asistieron a este acto de presentación: Joan Colominas, Josep Solé Barberà, Pere Portabella y Josep Andreu Abelló por parte de la Asamblea, y como periodistas invitados a tomar un whisky, Xavier Tortras (France Press), Antoni Cano (Associated Press y redactor de Europa Press), Lluís Bassets (UPI - Tele/eXpres), Enric Sopena (Madrid-La Vanguardia Española), Roger Jiménez (Europa Press) y dos corresponsales de diarios italianos.

El gobierno tuvo conocimiento de la celebración asamblearia al día siguiente e intentó desde el primer momento que no se consolidara, concretándose sus primeros movimientos con la represión sobre seis conocidos catalanistas defensores de los derechos culturales y políticos de Cataluña. También se efectuaron algunos registros domiciliarios, destacando entre otros el efectuado en la Fundación Bofill como parte de Ómnium Cultural en la calle Príncipe de Asturias n.º 3, en el que los agentes decomisaron dos multicopistas y ejemplares de la hoja informativa «Pel camí de la Asamblea de Cataluña». Según declaraciones de Jordi Porta, presidente de Ómnium Cultural, el gobierno siguió negando oficialmente la realización de dicha asamblea que, sin embargo, fue aceptada documentalmente dos años después245.

La versión de Antoni Gutiérrez sobre lo ocurrido en los días posteriores a la constitución de la Asamblea no es clara; no obstante, da la impresión de que la policía, mientras buscaba pistas, estuvo controlando una conversación telefónica entre los periodistas Enric Sopena y José Antonio Novais, confirmándome el primero que dicha interpretación era correcta en un breve intercambio de impresiones, ya que la policía fue a buscarlos posteriormente. A continuación, los efectivos del Cuerpo de Seguridad se presentaron en el lugar de la rueda de prensa para detener a Pere Ignasi Fages, pero este, al ser advertido, escapó desde su domicilio y se exilió en Francia. Poco después se supo que este se había refugiado en el domicilio de Tomás Roig i Llop, próximo a su domicilio, y el doctor Felip Solé Sabarís le ayudó en los primeros auxilios. Seguidamente buscó el contacto con el PSUC para ayudarle a cruzar la frontera y felizmente lo consiguió por el País Vasco con ayuda de militantes del PC francés la vigilia de Reyes de 1972. Pere Fages fue acompañado hasta San Sebastián por Xavier Folch y Octavio Pellissa y poco después comenzó a trabajar para el Tele/eXpres como corresponsal en París con el seudónimo de Pere Portes, volviendo del exilio en 1976, no sin antes tener ciertos desencuentros con el socialista Enrique Mújica Herzog, solucionados por la gestión del abogado y político, Felipe González Márquez246.

Al cuarto día de haberse celebrado la Asamblea fueron detenidos: Miquel Esquirol, Joan Vallvé Ribera, Alexandre Cirici i Pellicer, Agnés Jordin, Jaume Formosa, Josep Giralt, Joan Colominas, Anna Esmerats, Jordi Vila Fortuny, Manuel Cruells, Josep Solé i Barberà, Josep Andreu i Abelló y Mariá Vila-Abadal Vilaplana. Estos, tuvieron que depositar fuertes multas y fianzas en concepto de actividades contrarias al orden público: medio millón de pesetas para Josep Andreu y Josep Solé, y cien mil pesetas los otros, aunque por fortuna las fianzas fueron sufragadas por la venta de un cuadro del pintor Antoni Tàpies a petición de Xavier Folch. Igualmente sufrieron detención Montserrat Fraison Fernández, José Ordeix Dordal y Félix Martí Abel por actividades políticas; incluso Josep Benet también fue llevado a declarar, pero fue puesto en libertad al tener una buena coartada.

Cabe destacar que tras estas detenciones se originó espontáneamente una corriente de solidaridad colectiva ya estructurada que se encargaba de poner en libertad condicional a la mayoría de los detenidos, acción que quedaría demostrada meses después, tras las gestiones efectuadas sobre los famosos 113 detenidos en la iglesia de Maria Mitjancera247.

Si comparamos el contenido de la resolución surgida de la I sesión de la Asamblea de Cataluña con otras anteriores, se pone de manifiesto en primer lugar la falta de exigencia de responsabilidades políticas sobre los responsables de la represión ejercida en todos los años de dictadura en cuanto nos referimos a la amnistía total, así como la falta de referencia al establecimiento de unas Cortes Constituyentes tal como lo exigía la CCFPC meses antes248, por lo que era evidente que la incorporación de partidos moderados y organizaciones independientes como los No Alineados influyeron en la resolución final, suavizando el redactado de un documento donde cabrían todos. También se echaron en falta algunos vacíos de contenido ideológico que dejaban incompleta su función, como que en el manifiesto fundacional de la Asamblea no se encontrase la palabra «Generalitat», a pesar de que ningún partido negaba la legitimidad del presidente en el exilio. Esto creó desde el inicio un enfrentamiento con la institución que representaba Josep Tarradellas. No obstante, en diciembre de 1975, ya desaparecido el dictador, en la XII reunión de la CPAC, se aprobó el contacto con el presidente de la Generalitat y de la constitución de un gobierno provisional; solución que más que aglutinar sectores creó dos posturas enfrentadas: Por un lado los que afirmaban que Tarradellas era solo un símbolo (PSUC, Benet, Portabella, etc.); y por otro, los que afirmaban que el «President» debía jugar un papel estratégico en el restablecimiento de la Generalitat (PSC, FNC, ERC, Reagrupament, etc.). Estas posiciones no hicieron más que entorpecer la relación entre las dos instituciones249.

En diciembre de 1971 todo volvió a la normalidad oficial en espera de la llegada de un nuevo año, donde las expectativas de la lucha antifranquista debían de tomar un nuevo impulso tras la creación de la nueva plataforma unitaria. En esos días, no resaltaron conflictos de extremo interés, tan solo destacar el nombramiento del cardenal Jubany, el primer obispo de habla catalana después de más de dos décadas, como arzobispo de Barcelona.

En lo económico, la devaluación de la peseta respecto al dólar americano en un 8,57% fue lo más destacable, junto con la victoria del polémico boxeador José Manuel Ibar (Urtain) en el Campeonato de Europa; mientras que, en las páginas internacionales, el conflicto por la independencia de Bangladesh y el nombramiento de Kurt Waldheim como secretario general de la ONU en sustitución de U Thant, fue lo que llenó de tinta las páginas de los diarios informativos250, y finalmente, el mensaje de fin de año del jefe del Estado confirmó el continuismo en su línea de gobierno: «La firmeza y fortaleza de mi ánimo no os faltará, mientras Dios me de vida, para seguir siguiendo los destinos de nuestra Patria, ¡Arriba España!»251

232. Tele/eXpres, 19-11-1971.

233. ARROYO, Francesc, «Antoni Gutiérrez Díaz: L’Assemblea en el record», L’Avenç, n.º 208, 1996, p. 7.

234. BATISTA, Antoni, op. cit., p. 102.

235. BATISTA, Antoni, op. cit., p. 104. Ver en Informes, 16-12-1978.

236. COLOMER, Josep Mª, op. cit., pp. 41-42.

237. COLOMER, Josep Mª, ibid.

238. PARRAS, Francisco, en entrevista. Parras junto con José Valentín Antón eran los delegados de la FSC-PSOE y UGT en la I Sesión de la Asamblea de Cataluña.

239. COLOMER, Josep Mª, op. cit., pp. 42-43.

240. MHC, ASSEMBLEA, op. cit., 11/1971, p. 27.

241. DALMAU, Josep, op. cit., p. 18.

242. PARRAS, Francisco, entrevista realizada sobre la Asamblea de Cataluña, mayo del 2005.

243. El Partido Carlista en Cataluña (PCC) formó parte de la Asamblea como tantos otros partidos de oposición al régimen establecido. Su beligerancia política aumentó desde la proclamación del príncipe Juan Carlos y la expulsión de Carlos Hugo de Borbón el 20 de diciembre de 1968, como así lo demuestran las cartas dirigidas por el pretendiente Francisco Javier de Borbón Parma a sus partidarios. Una de ellas, enviada el 25 de julio de 1969 decía lo siguiente: «No acepto una solución que, debiendo ser el fruto de una amplia consulta nacional en cuanto al régimen y la persona, ha quedado reducida a una solución personal, arbitraria y de partido único (…). Se ha querido por el contrario, imponer al país una solución y una dinastía, quedando así defraudada la esperanza que indudablemente tuvo el pueblo español de poder participar en la decisión de su futuro, esperanza de apertura y de mayor libertad que le hizo en su tiempo respaldar el referéndum.» En marzo de 1974, Francisco Javier de Borbón envió una carta al presidente de la Conferencia Episcopal española criticando la ambigüedad de la Iglesia contra el poder político establecido, en FRC, AJR, «Carlistes», Carpeta 73, 1969-74.

244. AHCNOC, «Asamblea de Cataluña», Carpeta, 3/1974. Manifiesto de los Grupos No-Alineados y miembros de la Asamblea

245. MHC, ASSEMBLEA, op. cit., p. 46.

246. ARROYO, Francesc, «Antoni Gutiérrez Díaz: L’Assemblea en el record», L’Avenç, n.º 208, 1996, p. 7.

247. Tele/eXpres, 16-11-1971.

248. Ver Treball, mayo de 1971.

249. LOBO, Ricard, «La Generalitat a l’exili i L’Assemblea», L’Avenç, n.º 43, 1981, p. 54.

250. El birmano Maha Thray Sithu U Thant fue secretario general de la ONU entre 1961 y1971 Kurt Waldheim lo fue en 1971-1981.

251. Tele/eXpres, 31-12-1971.

La  transición española

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