Читать книгу Desarmadero - Eugenia Almeida - Страница 12
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ОглавлениеPichón se tira en la cama, los pies colgando en el aire, el cuerpo demasiado largo para ese cajón de manzana que ni sabe de dónde salió.
Pero ahora no importa nada.
El Nene le ha dicho que van a ir a ver a un amigo suyo, que va a trabajar ahí.
Todo lo otro no importa.
Afuera se oyen tiros. Al fondo del barrio, una corrida. Antes se hubiera asomado, hubiera ido a ver qué pasa, quién disparó la bala, quién la recibió, de dónde venía la bronca.
Ahora no importa. Ya está afuera. Vive acá, sí. Pero ya está afuera.
Mañana va a ver al Nene, va a poder demostrarle. Ser el más confiable, el más cercano. Tiene paciencia Pichón. Por todos los años de impaciencia, de ansiedad, de correr como loco, ahora puede sentir que esa puerta se abre. Que dentro de poco el Nene lo va a abrazar y va a decir delante de todos este es Pichón y todos van a saber.
Por la ventana entra el rebote azul de un patrullero. La puerta de un auto que se cierra, alguien que habla a los gritos, la luz desaparece cuando los policías se meten en una casa donde suena música. Risas varias horas, disparos al aire sobre la madrugada, más risas y antes del amanecer el patrullero que se va, turno terminado, merca suficiente, los bolsillos del uniforme hinchados por la cantidad de billetes que han recaudado.