Читать книгу Y cuando digo España - Fernando García de Cortázar - Страница 23
La historia ya no termina mal
ОглавлениеFranco murió el 20 de noviembre de 1975, atesorando las arcas del poder que nadie se atrevió a quitarle en vida. El franquismo murió con él, porque la sociedad española había madurado desde 1960 y porque la dictadura careció siempre de legitimidad democrática. Tras la pesadilla —una pesadilla que identificó la nacionalidad con una confesión religiosa, expulsó de la nación a los discrepantes y renegó de la pluralidad—, el espíritu tolerante de la Transición vino a rectificar los versos del poeta Gil de Biedma:
De todas las historias de la Historia
sin duda la más triste es la de España,
porque termina mal.
En efecto, acababa mal hasta la Constitución de 1978, con la que se dio una respuesta satisfactoria al gran problema de la España contemporánea —el problema de la democracia que obsesionaba a la generación intelectual del 14—, y la historia terminó bien, a pesar del golpe del 23-F y el azote del terrorismo.
Tiempo de pactos, de transacciones y sobresaltos… La Transición fue posible por muchas razones, pero, principalmente, por la voluntad de la oposición antifranquista y del reformismo del régimen franquista de vivir un nuevo comienzo. Adolfo Suárez desactivó los mecanismos de supervivencia de la dictadura y el joven rey Juan Carlos, necesitado de legitimidad propia, fue el factor de unión entre los representantes de las ya caducas dos Españas. Con él al frente del Estado, el país se transformó de forma inesperada y sorprendente en una democracia plena. Como diría Juan Pablo Fusi, en 1931 la monarquía fue el problema; y en 1975, la solución. El factor de un comienzo, como los españoles con futuro del poema de Gabriel Celaya:
No reniego de mi origen
pero digo que seremos
mucho más que lo sabido, los factores de un comienzo.
Españoles con futuro
y españoles que, por serlo,
aunque encarnan lo pasado no pueden darlo por bueno.
Recuerdo nuestros errores
con mala saña y buen viento.
Ira y luz, padre de España, vuelvo a arrancarte del sueño.
El abrazo, Juan Genovés, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid.