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Yrigoyen y la clase obrera Las huelgas marítimas
ОглавлениеEl 30 de noviembre, miembros de la Federación Obrera Marítima (FOM) organizaron una huelga contra dos líneas navieras costeras que operaban desde la Boca, el antiguo distrito portuario de Buenos Aires, la Compañía Argentina de Navegación y la Compañía de Navegación Antonio Delfino, subsidiaria de la Línea Sudamericana de Hamburgo. Estas empresas habían entablado una feroz competencia por el comercio costero y el lucrativo servicio de pasajeros entre Buenos Aires y Montevideo. Esto provocó una guerra de tarifas que hizo imperativo reducir costos. Como resultado, desde 1914 los salarios fueron reducidos de un promedio de 120 pesos a 90. La huelga había sido programada para coincidir con el comienzo de los embarques de la nueva cosecha. Yrigoyen ordenó la intervención de Ramón Gómez, ministro del Interior. En una entrevista de prensa, Gómez defendió a la clase obrera y denunció a las empresas por no haber negociado. Finalmente, a finales de diciembre ambas partes acordaron someter el asunto al arbitraje por parte del jefe de policía. El arbitraje concedió a los huelguistas sus demandas salariales y la huelga terminó. En 1918, la FOM contaba con una membresía total de 9.100 afiliados entre tripulaciones de buques costeros, remolcadores y barcazas operaban en el puerto de Buenos Aires y otros 3.226 en otros puertos de la Argentina, con un total de 12.336 miembros a nivel nacional. Esto representaba el 95% de todos los trabajadores marítimos empleados; un logro importante dentro del movimiento sindical argentino. La FOM era ahora la piedra angular de los planes de la FORA para establecer un movimiento laboral nacional. Como contrapeso al sindicato de trabajadores, Pedro Christophensen, un naviero noruego, y otros miembros del poderoso Centro de Navegación Atlántica, varias empresas de ferrocarriles, empresas de tranvías y otras de servicios públicos, así como organizaciones de firmas de exportación e importación, crearon la Asociación del Trabajo.21
En septiembre de 1918, la FOM exigió voz cada vez que se producía una nueva vacante de empleo. Después de un breve intento de negociación en diciembre, que fracasó, en enero de 1919 el Centro de Cabotaje, entidad compuesta por las empresas de navegación interior y costera, impuso un cierre patronal. La Asociación Laboral y las compañías de navegación estaban considerando seriamente un boicot naviero. Teniendo en cuenta que Inglaterra necesitaba suministros de alimentos, el Foreign Office le pidió a sir Reginald Tower, el embajador británico en Buenos Aires, que utilizara su influencia con las firmas que integraban el Centro de Cabotaje y cancelaron el boicot. En enero, cuando los remitentes acordaron aumentar los salarios, a cambio la FOM acordó deponer las medidas. Con las elecciones que se avecinaban en el horizonte, Yrigoyen intervino y decidió poner fin a la huelga imponiendo un gravamen portuario adicional destinado a ser un salario de bloqueo para indemnizar a los trabajadores.22