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1 Arturo Capdevila, “Primera presidencia de Yrigoyen”, HAC (vol. l, 2.ª sección) pp. 248-249; José Ferrer, Las Fuerzas Armadas en la política argentina hasta 1930 (Ph. D. Dissertation, University of New Mexico) p. 95.

2 Manuel Gálvez, Vida de Hipólito Yrigoyen (Club de Lectores, Buenos Aires, 1983) pp. 27-26; Félix Luna, Yrigoyen (Sudamericana, Buenos Aires, 1988) pp. 15-32, 60-65. Yrigoyen poseía veinticinco leguas cuadradas (la legua cuadrada equivale a unas 944 hectáreas). David Rock, Politics in Argentina 1890-1930: The rise and fall of Radicalism (Cambridge University Press, 1975) pp. 52-53; Elena Piñeiro, Los radicales anti-personalistas: historia de una disidencia, 1916-1943 (disertación doctoral, Universidad Torcuato Di Tella, Buenos Aires, 2007) pp. 20-21.

3 Manuel Gálvez, Vida de Hipólito Yrigoyen, pp. 65-70.

4 Carlos Ibarguren, La historia que he vivido (Sudamericana, Buenos Aires, 1999) p. 337.

5 Severino Diéguez, Anarquista soy! Memorias de un militante anarquista (mimeo, Buenos Aires, 1981) pp. 38-42. Entrevista con Enrico Italo Navone, Buenos Aires, 6 de noviembre de 2005. Enzo Navone era un italiano naturalizado proveniente de Bassa Val Bisagno. Se unió al Partido Socialista unos días más tarde. Aunque Diéguez estaba totalmente de acuerdo con la plataforma socialista, no le gustaba la disciplina estructurada del partido, y halló al movimiento anarcosindicalista más a su gusto.

6 Carlos Ibarguren, La historia que he vivido, pp. 338-341.

7 Severino Diéguez, Anarquista soy!, pp. 11-14; Manuel Gálvez, Vida de Yrigoyen, p. 214; Ricardo Weinmann, Argentina en la Primera Guerra Mundial: neutralidad, transición política y continuismo económico (Biblos, Buenos Aires, 1994) p. 38.

8 Manuel Gálvez, Vida de Hipólito Yrigoyen, pp. 238-239.

9 Joel Horowitz, “Bosses and clients: Employment in the Buenos Aires of the Radicals, 1916-1930”, Journal of Latin American Studies (vol. 31, 1999) p. 643; Severino Diéguez, Anarquista soy!, p. 41. Según esta fuente, jóvenes maestras que llegaran acompañadas por sus madres o un miembro masculino de la familia no obtendrían empleo alguno. Carl E. Solberg, Oil and Nationalism in Argentina: A History (Stanford University Press, Stanford, 1979) pp. 52-53.

10 Raúl A. Molina, “Presidencia de Marcelo T. de Alvear”, HAC (vol. I, 2ª sección) pp. 309-323.

11 Abelardo Levaggi, “Historia del derecho argentino del trabajo”, Iustoria (revista electrónica, núm. 3, septiembre de 2006, Buenos Aires) pp. 31-32.

12 Raúl Castagnino, “La vida literaria argentina entre 1916 y 1930”, HAC (vol. 2, 2.ª sección) p. 143; Abelardo Levaggi, “Historia del derecho argentino del trabajo”, pp. 51-53; Sandra McGee Deutsch, Counterrevolution in Argentina, 1900-1932: The Argentine Patriotic League (University of Nebraska Press, 1986) p. 29; Severino Diéguez, Anarquista soy!, pp. 47-49.

13 Abelardo Levaggi, “Historia del derecho argentino del trabajo”, pp. 53-62. La ley 9.853, que extendió los mismos beneficios a los maquinistas ferroviarios, fue aprobada por el Congreso el 21 de junio de 1915 seguida en 1918 por la ley 10.690, que estableció fondos de jubilaciones para el resto del personal ferroviario. Los seguros sociales se establecieron en 1904 con la ley 4.339, que creó la caja de jubilaciones y pensiones de los empleados públicos. Le siguieron la creación de cajas jubilatorias por gremios en 1915, la caja de maquinistas de La Fraternidad (ley 9.653) en 1918, la ley 10.690 que cubría al resto del personal ferroviario, la caja de servicios públicos (ley 11.110) y en 1923 la caja de bancarios y empleados del seguro (ley 11.232). Luciana Anapios, “La ley de jubilaciones de 1924 y la posición del anarquismo en la Argentina”, Revista de Historia del Derecho (Buenos Aires, núm. 46, julio-diciembre de 2013) pp. 27-32. En 1923 el Congreso estableció una comisión bicameral para estudiar y desarrollar una ley nacional de jubilación. El proyecto fue presentado al Congreso y se aprobó como Ley de Jubilación 11.289 de 1924, pero después de una serie de huelgas instigadas por anarquistas y sindicalistas y la presión del sector de la gestión, fue derogada en 1926.

14 Alec G. Ford, El patrón oro 1880-1914: Inglaterra y la Argentina (Editorial del Instituto, Buenos Aires, 1966) pp. 298-305; Horacio J. Cuccorese, Historia económica financiera argentina: 1862-1930 (El Ateneo, Buenos Aires, 1966) pp. 90-94, 100-102.

15 Joseph A. Tulchin, “The Argentine economy during the First World War-I”, The Review of the River Plate (19 de junio de 1970) pp. 901-903; Joseph A. Tulchin, “The Argentine economy during the First World War- III”, The Review of the River Plate (10 de julio 1970) pp. 44-45; Carl E. Solberg, Oil and Nationalism in Argentina, pp. 25-27, John R. Bradley, Minerals Division, Fuel and Power in Latin America (US Department of Commerce, Bureau of Foreign and Domestic Commerce, Trade Promotion Series 126, United States Government Printing Office, Washington, 1931) pp. 62-63.

16 L. Brewster Smith, Harry T. Collings y Elizabeth Murphey, The Economic Position of Argentina during the War (Department of Commerce, Bureau of Foreign and Domestic Commerce, Miscellaneous Series 88, Washington DC, 1920) pp. 60-61, 96-97; Adolfo Dorfman, Historia de la industria argentina (Solar-Hachette, Buenos Aires, 1970) pp. 340-350. El petróleo proporciona 10.500 calorías por kilogramo, carbón 7.500 y el carbón de leña solo 2.265.

17 “Interview with Dipl. Eng. Helmuth Krieger, Mineola, New York, 11 July 2011”, in Carl E. Solberg, Oil and Nationalism in Argentina, pp. 27-28. Krieger recordaba que durante 1917-1925 barcos argentinos en aguas patagónicas ocasionalmente se detenían en Santa Cruz y laboriosamente extraían suficiente carbón para proveerse.

18 Paul H. Lewis, The Crisis of Argentine Capitalism (University of North Carolina, Chapel Hill, 1990) pp. 34-35; Adolfo Dorfman, Historia de la industria argentina, pp. 298-306, 328-337, 340-350; L. Brewster Smith, Harry T. Collings y Elizabeth Murphey, The Economic Position of Argentina during the War, pp. 67-69. Para las exportaciones no tradicionales durante la guerra, Ernesto Tornquist, El desarrollo económico de la República Argentina en los últimos cincuenta años (Buenos Aires, 1920) pp. 168-176.

19 Horacio J. Cuccorese, Historia económica financiera argentina, pp. 100-102.

20 Carl E. Solberg, Oil and Nationalism in Argentina, pp. 36-37.

21 David Rock, Politics in Argentina, pp. 129-131; Aurelio González Climent, Nicolás Mihanovich: su vida, su obra, sus barcos (Buenos Aires, 1988) pp. 50-51, 64-65, 234-243. Nicolás Mihanovich fue un inmigrante croata que entró en el negocio del transporte marítimo en la cuenca del río Paraná. En 1898 era propietario de la Sociedad Anónima de Navegación. Llegó a ser el principal magnate naviero de América del Sur, con una flota de casi doscientos buques, incluyendo buques de carga y pasajeros, remolcadores y barcazas. Frustrados sus intentos de hallar capital adicional para expandirse en la Argentina, en 1909 se asoció con el barón D’Erlanger, un aristócrata francés radicado en Londres que sugirió a Mihanovich la formación de una empresa angloargentina en la capital británica. La firma fue denominada The Argentine Navigation Company, una empresa que legalmente era británica y de capital inglés, pero económica y operativamente argentina. La compañía tenía un directorio en Londres y otro en Buenos Aires, con un capital de 2,1 millones de libras esterlinas. En 1916 operaba una flota de 324 buques, incluyendo vapores de pasajeros y carga, remolcadores y barcazas. En 1917 Mihanovich se retiró y vendió la compañía a inversores británicos.

22 Severino Diéguez, Anarquista soy!, pp. 35-38; David Rock, Politics in Argentina, pp. 182-183.

23 Sandra McGee Deutsch, Counterrevolution in Argentina, 1900-1932, pp. 64-65; David Rock, Polítics in Argentina, pp. 131-134; Joel Horowitz, “Bosses and clients: Employment in the Buenos Aires of the Radicals, 1916-1930”.

24 Sandra McGee Deutsch, Counterrevolution in Argentina, 1900-1932, pp. 69-70; Paul B. Goodwin, Los ferrocarriles británicos y la UCR, 1916-1930 (La Bastilla, Buenos Aires, 1974) pp. 288-289.

25 David Rock, Politics in Argentina, pp. 152-154; Severino Diéguez, Anarquista soy!, pp. 35-39. La Rusia zarista en ese momento incluía partes de Polonia, Letonia y, por supuesto, a un buen número de judíos. Dado que todos llegaron bajo pasaportes rusos, los funcionarios de inmigración argentinos simplemente enumeraron su nacionalidad como “ruso”, término que también se aplicaba a los judíos por esa razón.

26 Ysabel F. Rennie, The Argentine Republic (The Macmillan Company, Nueva York, 1945) pp. 214-215; Dionisio Petriella y Sara Sosa Miatello, Diccionario biográfico ítalo-argentino (Asociación Dante Alighieri, Buenos Aires, 1976) pp. 690-691, W. W. Ewing, comisionado comercial, Construction Materials and Machinery in Argentina and Bolivia (Department of Commerce, Bureau of Foreign and Domestic Commerce Special Agent Series 188, Government Printing Office, Washington, 1920) pp. 71-73; Donna J. Guy, “La industria argentina, 1879-1940: mercado de acciones y capitalización extranjera”, Desarrollo Económico (vol. 22, núm. 87, 1982) pp. 364-365; “Interview with Dipl. Eng. Helmuth Krieger, Mineola, New York, 11 July 2011”, in Carl E. Solberg, Oil and Nationalism in Argentina, pp. 27-28. Al no lograr capital para su expansión en Buenos Aires, la firma lo hizo en el mercado londinense, apareciendo así legalmente como una empresa británica, y de hecho tenía directorios y administración con sede en Londres, pero el poder de decisión recayó en la familia, de ahí que la firma fuera, de facto, todavía argentina. Según Krieger, la firma había diseñado y construido un horno Siemens Martin con una capacidad de 150 toneladas y un tren laminador. Los talleres Vasena comenzaron a competir contra TAMET, parte del Grupo Tornquist. A principios de la década de 1920, Vasena se declaró en bancarrota y sus plantas y equipos se incorporaron a la organización TAMET existente.

27 Ysabel F. Rennie, The Argentine Republic, p. 215; David Rock, “Lucha civil en La Argentina”, Desarrollo Económico (vol. 11, núm. 42, 43 y 44, 1971-1972) pp. 165-215; Severino Diéguez, Anarquista soy!, pp. 45-51. Pocos de los trabajadores estaban armados y la mayoría de sus armas eran revólveres Velodog de pequeño calibre utilizadas por los ciclistas contra los ataques de perros. Navone y algunos de los otros, según el nieto de Diéguez, llevaban revólveres Lefaucheux antiguos.

28 Sandra McGee Deutsch, Counterrevolution in Argentina, pp. 74-75; Nicolás Babini, “La Semana Trágica: pesadilla de una siesta de verano”, Todo es Historia (núm. 5, 1967) pp. 8-20; David Rock, Politics in Argentina, pp. 176-178.

29 Manuel Gálvez, Vida de Hipólito Yrigoyen, p. 303; Ricardo Weinmann, La Argentina en la Primera Guerra Mundial, p. 88; entrevistas con el coronel José L. Picciuolo y el teniente coronel Carlos R. Doglioli, del Ejército Argentino, 2 y 4 de noviembre de 2005 en Buenos Aires.

30 Osvaldo Bayer, La Patagonia Rebelde (Nueva Imagen, Ciudad de México, 1980) pp. 31-32, Ernesto Tornquist, El desarrollo económico de la República Argentina en los últimos cincuenta años, p. 165.

31 Severino Diéguez, Anarquista soy!, pp. 71-72; Osvaldo Bayer, La Patagonia Rebelde, pp. 36-40.

32 Osvaldo Bayer, La Patagonia rebelde, pp. 21-29.

33 Severino Diéguez, Anarquista soy!, pp. 72-73; Osvaldo Bayer, La Patagonia rebelde, pp. 53-58.

34 Osvaldo Bayer, La Patagonia rebelde, pp. 59-63.

35 La Liga Patriótica Argentina fue un grupo paramilitar nacionalista, creado oficialmente en Buenos Aires el 16 de enero de 1919, durante los trágicos eventos de la semana. Presidida por Manuel Carlés, profesor del Colegio Militar y de la Escuela Superior de Guerra, también contó entre sus miembros al diputado Santiago G. O’Farrell. La Liga se fusionó con la Legión Cívica Argentina en 1931. La Liga Patriótica Argentina formó parte de un movimiento mayor.

36 Osvaldo Bayer, La Patagonia rebelde, pp. 91-92, 96-102; entrevistas con el coronel José L. Picciuolo y el teniente coronel Carlos R. Doglioli, del Ejército Argentino, 2 de noviembre de 2005 en Buenos Aires; Severino Diéguez, Anarquista soy!, pp. 73-74, James R. Scobie, Buenos Aires Plaza to Suburb: 1870-1910 (Oxford University Press, Nueva York, 1974) p. 240.

37 Osvaldo Bayer, La Patagonia rebelde, pp. 102-103.

38 Severino Diéguez, pp. 73-74; James R. Scobie, Buenos Aires Plaza to Suburb, p. 240.

39 Osvaldo Bayer, La Patagonia rebelde, pp. 322-328.

40 Alain Rouquié, Poder militar y sociedad política en la Argentina (Emecé, Buenos Aires, 2 vols., 1981) vol. 1, p. 149, carta de Manuel Seaone a Severino Diéguez, Buenos Aires, 8 de octubre de 1972. Seaone asistió al Congreso durante estos sucesos. En rechazo por la reacción oficial, renunció poco después.

41 Gabriel del Mazo, El radicalismo: ensayos sobre su historia (Gure, Buenos Aires, 2 vols., 1957-1959) vol. 1, pp. 208-209.

42 Joel Horowitz, Argentina’s Radical Party and Popular Mobilization: 1916-1930 (State University of Pensilvania, University Park Pennsylvania, 2008) pp. 140-144; Alain Rouquié, Poder militar y sociedad política en la Argentina, vol. 1, p. 149.

43 David Rock, Politics in Argentina, pp. 202-203.

44 Al concluir una reunión del partido radical, en voz alta, Alem comentó que Yrigoyen era “la fuerza política más poderosa que había conocido porque carecía de escrúpulos”. Lisandro de la Torre observó que el hombre que vio en silencio el fracaso de Alem y la caída fue su sobrino. Bajo su ropa negra y su manera taciturna, de sus repetidas renuncias a toda ambición personal, bajo sus lágrimas frecuentes y fáciles, Yrigoyen era intrigante, engañoso, ambicioso. Manuel Gálvez, Vida de Hipólito Yrigoyen, p. 111; Ysabel F. Rennie, The Argentine Republic, p. 194.

45 Carlos Escudé, Realismo periférico: fundamentos para la nueva política exterior argentina (Planeta, Buenos Aires, 1992) p. 241; Carlos Escudé, La Argentina: ¿paria internacional? (De Belgrano, Buenos Aires, 1984) pp. 60-61 He combinado elementos de ambas obras en aras de la brevedad.

46 Ricardo Weinmann, La Argentina en la Primera Guerra Mundial, pp. 65-66; Ingo Jomenesch, “Vicente Almandos Almonacid: Einini Argentenische Luft-As des Ersten Weltkrieges”, Pucará (serie 2, vol. 11, 1991) pp. 7-9, André Louis Maurois, “Vicente Almandos Almonacid: el Cóndor Riojano”, Pucará (serie 2, vol. 11, 1991) pp. 11-14. El total incluía a muchos argentinos hijos de de inmigrantes, así como residentes nacidos en el extranjero. La parte del león (40.000 personas) sirvió con las Fuerzas Armadas italianas.

47 Pablo E. Arguindeguy y Horacio Rodríguez, Las fuerzas navales argentinas: historia de la flota de mar (Instituto Browniano, Buenos Aires, 1995) p. 71. Para más detalles de la entente entre Brasil y Estados Unidos, ver Bradford E. Burns, The Unwritten Alliance: Rio Branco and Brazilian-American relations (Columbia University Press, Nueva York, 1966).

48 Ricardo Weinmann, La Argentina en la Primera Guerra Mundial, pp. 67-70; Bradford E. Burns, The Unwritten Alliance, pp. 72-73; La Argentina y las firmas norteamericanas (Sociedad Americana, Buenos Aires, 1958) pp. 51-54.

49 Robert M. Grant, U-Boats Destroyed (Putnam & Co. Ltd., Londres, 1964) pp. 21-22, 41-42; Harold F. Peterson, Argentina and the United States, 1810-1960 (State University of New York, Albany, 1964) pp. 308-312.

50 Frederick B. Pike, Chile and the United States: 1880-1962: The emergence of Chile’s social crisis and the challenge to United States diplomacy (University of Notre Dame Press, Notre Dame, 1963) pp. 54-55. El término “las potencias del ABC” fue empleado por vez primera durante conferencia celebrada en Niagara Falls, Nueva York, cuando la Argentina, Brasil y Chile mediaron entre Estados Unidos y México. Harold Peterson, Argentina and the United States, pp. 326-338; Joseph A. Tulchin, La Argentina y los Estados Unidos: historia de una desconfianza (Planeta, Buenos Aires, 1990) pp. 110-112, Manuel Gálvez, Vida de Hipólito Yrigoyen, pp. 270-274.

51 Ricardo Weinman, La Argentina durante la Primera Guerra Mundial, pp. 118-119; Harold Peterson, Argentina and the United States, pp. 316-319, 353; Thomas F. McGann, Argentina, the United States and the Interamericana System:1880-1914 (Harvard University Press, Cambridge, 1957) pp. 111-114; Manuel Gálvez, Vida de Hipólito Yrigoyen, pp. 340; Félix Luna, Yrigoyen, pp. 292-293; Aurelio González Climent y Anselmo González Climent, Historia de la Marina Mercante Argentina (Buenos Aires, 20 vols., 1972-1973) vol. 4, pp. 130-131. Doce buques alemanes quedaron internados en puertos argentinos, Arguindeguy, Apuntes sobre los buques de la Armada Argentina Argentina (Comando en Jefe de la Armada, Secretaría General Naval, Departamento de Estudios Históricos, Serie B, Historia Naval Argentina, Buenos Aires, vols. 1-7, 1972) vol. 5, pp. 2294-2298. El Bahía Blanca era un vapor de 18.500 toneladas de desplazamiento atracado en Puerto Madryn al comenzar las hostilidades. Fue adquirido por la Armada Argentina en 1917 por la suma de 495.000 libras esterlinas.

52 La Dirección General de Minas Geología y Orografía fue un organismo dependiente del Ministerio de Agricultura establecido en 1904. Enrique Mosconi, El petróleo argentino (AGEPE, Buenos Aires, 2 vols., 1958) vol. 1: pp. 32-36; Carl E. Solberg, Oil and Nationalism in Argentina, pp. 7-8, 11-14, 109-110; James R. Scobie, Buenos Aires: Plaza a suburb, 1870-1910 (Oxford University Press, Nueva York, 1974) pp. 72n, 74, 80-86. Graduado de la Universidad de Buenos Aires, Huergo diseñó una red de canales para elevar el nivel del río Salado en la provincia de Córdoba. Mientras estaba en comisión en Inglaterra, diseñó 120 puentes ferroviarios y el puerto para la ciudad de San Fernando. Huergo cofundó la Sociedad Científica Argentina en 1872 y el Instituto Geográfico Argentino, en 1879. Enseñó en la recién creada Escuela de Matemáticas de la Universidad de Buenos Aires durante 1874-1881, hasta que fue nombrado decano. Entre sus muchos otros logros, en 1907 Huergo diseñó el Puerto Nuevo de Buenos Aires.

53 Para más detalles de las huelgas mineras de carbón en Gran Bretaña, véase Bob Holton, British Syndicalism 1900-14: Myths and Realities (Pluto Press, Londres, 1976); Carl E. Solberg, Oil and Nationalism in Argentina, pp. 10-21.

54 Pablo F. Arguindeguy y Horacio Rodríguez, Las fuerzas navales argentinas, pp. 178-180; Pablo E. Arguindeguy, Apuntes sobre los buques de la Armada, vol. 5, pp. 2294-2298, 2309-2321. El Ministro Ezcurra fue el primer petrolero de la Armada que podía transportar 2.000 metros cúbicos de petróleo. Enrique Mosconi, El petróleo argentino, vol. 1, pp. 26-27; Carl E. Solberg, Oil and Nationalism in Argentina, pp. 20-21, 57-58; Enrique Mosconi, Dichos y hechos (El Ateneo, Buenos Aires, 1938) p. 152.

55 Enrique Mosconi, El petróleo argentino, pp. 48-50; Marcos Kaplan, “Política del petróleo durante la primera presidencia de Yrigoyen: 1916-1922”, Desarrollo Económico (vol. 12, núm. 45, 1972) pp. 9-12; George V. Rauch, Conflict in the Southern Cone: The Argentine military and the boundary dispute with Chile: 1870-1902 (Praeger, Westport, 1999) pp. 147-148; Carl E. Solberg, Oil and Nationalism in Argentina, pp. 42-47, 60-67; Paul B. Goodwin, “The politics of rate-making: The British-Owned Railways and the Unión Cívica Radical, 1921-1928”, JLAS (vol. 6, núm. 2, 1974) p. 253.

56 Paul B. Goodwin, Los ferrocarriles británicos, p. 289; Carl E. Solberg, Oil and Nationalism in Argentina, p. 57; Peter H. Smith, “Los radicales argentinos y la defensa de los intereses ganaderos: 1916-1930”, Desarrollo Económico (vol. 7, núm. 25, 1967) pp. 799-804; Adolfo Dorfman, Historia de la industria argentina, pp. 349-350.

57 Jorge A. Mitre, “Presidencia de Victorino de la Plaza: su gestión presidencial”, HAC (vol. 1, 2.ª sección, 1963) pp. 236-239; Peter G. Snow, Argentine Radicalism: The history and doctrine of the Radical Civic Union (Universidad de Iowa Press, Iowa City, 1966) pp. 31-32; David Rock, Politics in Argentina, p. 114.

58 Geoffrey Jones y Andrea Lluch, Ernesto Tornquist: Making a fortune in the Pampas (Harvard Business School Harvard Business School Publishing, Boston, 2008) pp. 1-2; Carlos Díaz Alejandro, Essays on the Economic History of the Argentine Republic (Yale University Press, New Haven, 1970) p. 2.

59 Félix Luna, Yrigoyen, p. 98; Smith, “Los radicales argentinos y la defensa de los intereses ganaderos: 1916-1930”, pp. 796-797.

60 Ysabel F. Rennie, The Argentine Republic, p. 192; Joel Horowitz, Argentina’s Radical Party, p. 62; Eduardo Alemán y Sebastián Salegh, “Political realignment and democratic breakdown in Argentina: 1916-1930”, Sage Publications Journal (vol. 20, núm. 6, 2012) pp. 1-6.

La Argentina entre dos guerras, 1916-1938

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