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ОглавлениеTEORÍA SOBRE LOS LEVANTAMIENTOS
A lo largo del proceso de aprendizaje, uno de los aspectos más importantes para el desarrollo y la enseñanza de la técnica es el conocimiento cada vez más profundo de los principios y de la mecánica de los levantamientos olímpicos de pesas. Los principios fundamentales de la arrancada, la cargada y el envión son universales, aunque expresados de distinta forma. Descritos en los términos más sencillos posibles, los tres tipos de levantamientos recurren a la generación de fuerza contra el suelo para generar inicialmente el movimiento ascendente de la barra de pesas, luego usar la fuerza contra la inercia de la barra con el fin de acelerar el movimiento del atleta hacia abajo y, finalmente, adoptar una posición con que recibir la barra. A pesar de la descripción en segmentos, los levantamientos se practican con notable fluidez en su ejecución ideal.
La arrancada y la cargada se abordarán en primer lugar atendiendo a tres fases distintas con el fin de ayudar a su análisis: el primer tirón, el segundo tirón y el tercer tirón. Además de estas fases, habrá una posición preparatoria, una posición inicial, una posición de recepción y una recuperación. Existen otras maneras de diseccionar los levantamientos, pero el método de los tres tirones es sencillo y lógico y, por tanto, parece ser el más eficaz para transmitirlo a atletas y entrenadores.
El primer tirón es la fase en que la barra se levanta del suelo hasta el punto en que se inicia la explosión ascendente final, habitualmente cuando la barra llega al nivel de la porción media o superior del muslo. El segundo tirón es el esfuerzo explosivo ascendente final que permite al atleta adoptar la posición completamente extendida del levantamiento. El tercer tirón es la transición del atleta de la posición extendida a la de recepción debajo de la barra de pesas.
Los principios que dictan los resultados de los movimientos del levantador se describen con la interacción constante de las leyes del movimiento de Newton:
Ley de la inercia: Todo cuerpo persevera en su estado de reposo o de movimiento uniformemente hacia delante, excepto cuando se ve forzado a cambiar de estado por una fuerza aplicada. Dicho de otro modo: un objeto mantendrá su movimiento actual o su reposo a menos que sobre él actúe una fuerza externa. Una barra de pesas permanecerá en la plataforma a menos que un halterófilo la mueva; igualmente, una barra de pesas en movimiento seguirá desplazándose hacia arriba por acción de la fuerza del halterófilo siempre y cuando esa fuerza aplicada y/o la inercia resultante sigan siendo mayores que la fuerza de la gravedad que actúa sobre la barra de pesas en dirección opuesta.
Ley de la aceleración: El ritmo de cambio de la inercia de un cuerpo es proporcional a la fuerza resultante que actúa sobre el cuerpo en la misma dirección. La aceleración de un objeto es proporcional a la fuerza aplicada, pero inversamente proporcional a su masa. Es decir, más fuerza creará mayor aceleración sobre un objeto, aunque, cuanto mayor sea la masa de ese objeto, menor será la aceleración generada por una magnitud de aplicación de fuerza. Para aumentar la aceleración de una barra de pesas se debe aplicar más fuerza.
Ley de las acciones recíprocas: Todas las fuerzas se producen por pares, y ambas fuerzas son de la misma magnitud y direcciones opuestas. Esta ley se suele parafrasear más a menudo como A toda acción le corresponde una reacción de igual magnitud y en sentido contrario. Cuando un levantador de pesas hace fuerza contra el suelo para levantar la barra, el suelo devuelve a su vez la misma magnitud de fuerza. La enorme masa de la Tierra, mucho mayor que la de la unidad formada por el levantador y la barra de pesas, produce un movimiento apreciable iniciado por el levantador y la barra al dirigirse contra el suelo.
En la fase inicial de la arrancada o la cargada, el atleta genera fuerza muscular con las piernas y las caderas contra la plataforma, elevando y acelerando la barra con un movimiento ascendente. Cuando el atleta alcance la máxima extensión productiva del cuerpo y, por consiguiente, no pueda seguir ejerciendo fuerza contra la plataforma, la barra habrá experimentado la máxima aceleración posible y ahora, poseedora de una inercia ascendente, seguirá viajando temporalmente hacia arriba incluso si el atleta deja de aplicar fuerza.
No obstante, si el levantamiento se practica correctamente, el levantador no cesará en este punto de aplicar fuerza sobre la barra. Los brazos seguirán generando con agresividad el esfuerzo del tirón sobre la barra, si bien el levantador dejará de aplicar fuerza con los pies contra la plataforma. Como predice la ley de las acciones recíprocas, el intento de elevar la barra sin aplicar presión contra la plataforma hará que ésta continúe su viaje ascendente y que el levantador inicie y prosiga su viaje descendente. El grado en que cada objeto se desplaza respecto al otro dependerá de sus masas relativas; es decir, cuanto más pesada sea la barra respecto al atleta, menos viajará hacia arriba y más descenderá el levantador. (Obviamente, también debemos tener en cuenta la influencia de la gravedad sobre esta interacción, porque ayudará al movimiento descendente del atleta y limitará el ascenso de la barra de pesas.) En resumidas cuentas, durante esta fase final del levantamiento, la barra de pesas y su inercia actúan como un ancla en el espacio contra el que el levantador ejerce fuerza para situarse debajo de ella.
Lo que diferencia una arrancada o cargada de potencia de una arrancada o cargada es la interacción de aplicación de fuerzas, la masa de la barra y la masa del atleta. Si un levantador aplica fuerza máxima sobre la barra de pesas, la profundidad a la que deba recibirse estará totalmente definida por la masa de la barra y la masa del atleta. Es decir, una barra ligera se acelera más y viaja más alto, mientras que una barra más pesada experimenta una aceleración menor y no se desplaza tan alto.
La aplicación de fuerza también debe ser controlada, claro está, por el levantador. La recepción de una barra ligera puede ser con el cuerpo en una sentadilla completa si se reduce la fuerza aplicada para acelerar el movimiento ascendente de la barra. El esfuerzo del levantador por situarse debajo de la barra al dejar de aplicar fuerza contra la plataforma seguirá el movimiento ascendente de la barra en mayor grado cuanto más ligera sea la barra, lo cual exigirá una aceleración inicial menor para la recepción de la barra en esa sentadilla completa. Lo dicho hasta ahora también se aplica al envión; la diferencia estriba únicamente en que, en vez de tirar de la barra, el levantador ejerce un empuje sobre ella.
Todos estos principios se pueden desgranar en unas reglas sencillas para la ejecución de los levantamientos. Durante el primer y segundo tirón, el levantador debe mantener contacto con la plataforma hasta alcanzar la máxima extensión productiva del cuerpo con el fin de ejercer la máxima aceleración sobre la barra. Para conseguir situarse debajo de la barra de pesas durante la recepción, el levantador debe seguir tirando con agresividad de la barra suprimiendo o reduciendo la presión de los pies contra la plataforma, y la transición entre estas fases del levantamiento debe ser lo más rápida posible; de hecho, la explosión final del ascenso de la barra y la transición del levantador debajo de ella –si el atleta es experto– se convierten en esencia en una sola acción.
Fuerza y técnica
Parece que el debate –en gran medida entre personas ajenas a la comunidad de los halterófilos de competición– sobre las contribuciones y exigencias relativas de la fuerza y la técnica de la arrancada y el dos tiempos es amplio. Algunos afirman que el deporte depende totalmente de la técnica, mientras que otros insisten en que grados de fuerza lo bastante grandes compensarán adecuadamente una mala técnica. La realidad es que ni la fuerza ni la técnica compensarán bastante una falta considerable de la otra. La técnica es el medio por el cual se manifiesta la fuerza: los levantamientos están limitados por el elemento más débil de la ecuación. Ni la fuerza ni la técnica se pueden olvidar en aras del desarrollo de la otra.