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Comentario de la cigarra al texto de TEAdir Ricardo Seijas (*) y Martina Cicchetti (**)

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Dos excelentes trabajos. Nos toca ahora a las instituciones la cigarra y Antenne 110 comentar, dar una pequeña lectura, una puntuación de los escritos presentados para provocar el debate, el trabajo de investigación y de exploración que intentamos realizar en este encuentro. A la cigarra le corresponde comentar el texto de la Associació TEAdir, de Erick González, y lo vamos a hacer junto a Martina Cicchetti.

Nos parece un texto muy interesante, tanto por el lado de la lectura teórica como por el caso que presenta, un caso maravilloso, con muchos detalles. Sabemos que en la clínica propia del psicoanálisis el detalle es rey, y de este modo este caso nos permite indagar, explorar, abrir una serie de cuestiones, especialmente la cuestión de la transferencia en el autismo, la transferencia en la clínica del autismo.

Sabemos todos por experiencia que los parlêtres autistas constituyen lazos, lazos muy particulares, pero que los constituyen. Sabemos que lo hacen también con nosotros, con aquellos que nos podemos nombrar de distintas maneras: intervinientes, analizantes civilizados, practicantes del análisis, analistas. Una de las preguntas que nos parece que orienta la conversación que estamos teniendo es si a este lazo lo podemos llamar transferencia analítica. Es decir, si es un lazo donde hay analista, si hay entonces el deseo del analista en función, si hay –otra manera de decirlo– la posibilidad de acto del analista, algo que sabemos que sólo es posible verificar con la presencia de sus consecuencias, de sus efectos en la economía de goce del parlêtre autista, o en su posición de enunciación. Pues, aunque sabemos con Maleval que la posición de enunciación radical del sujeto autista es la del rechazo, también nos encontramos –en la clínica– con que dentro de esa gran posición de rechazo a la enunciación, hay variaciones. Variaciones que muchas veces suceden en ese encuentro con un partenaire que se sostiene desde el psicoanálisis.

En relación con el texto, una primera cuestión que nos surgió en relación con lo que dijo Erick de que el estilo de la institución se nota en la manera en que organizan un evento o llevan adelante un encuentro. Quisiéramos parafrasearlo y decir que nos parece que el estilo de una institución también se nota muy bien en los textos que escriben. Y queremos destacar algo de este texto, y es que se percibe bien en él la lectura de la propia posición. O sea, y principalmente el ubicar a posteriori que esa propia posición ha sido un obstáculo para el trabajo con el sujeto autista. Erick lo señala en un par de ocasiones, y nos parece muy interesante que puedan hacerlo, y que puedan hacerlo en un evento con tantos asistentes, que podamos tener esta confianza de hablar justamente de lo que en un momento falla de la posición del analista.

Algo que situamos como problema a trabajar en estos encuentros es la tensión que se muestra en este caso entre la dirección de la cura presente en un primer momento en la institución –que es la de lateralizar la transferencia, multiplicar los partenaires de Benja para cuestionar la transferencia adhesiva–, y la propia elección de Benja de elegir uno o dos partenaires privilegiados con los cuales constituir un lazo completamente distinto a los otros. Erick nos dice que fueron dóciles a esto, que no persistieron con su primera maniobra, pero que al mismo tiempo lo incomodaron, porque claramente esa transferencia adhesiva que armaba Benja no era conveniente para que se hiciera algún trabajo sobre su defensa. Ahí se nos plantea entonces una primera cuestión que es la de intentar diferenciar lo que es la transferencia adhesiva de este lazo privilegiado con un Uno.

Esto nos conduce a otra pregunta –como Erick señala en su trabajo–: ¿no fue justamente ese lazo privilegiado con un Uno lo que hizo posibles ciertas intervenciones y la eficacia de esas intervenciones? Y, por lo tanto, si podemos nombrar a eso, a ese momento, a esas intervenciones, a esas maniobras, acto del analista. Porque lo que sí se percibe en el caso es que, como efecto de esas maniobras, Benja cambia de posición en relación con su decir; eso es muy notable. Hay tres momentos: un momento donde Benja empieza a decir frases articuladas, un segundo momento donde empieza a poder decir frases sobre sus vivencias cotidianas, y el momento final luego de la crisis. Está esa pregunta final, “¿Cómo te encuentras, Erick?”, luego de una gran crisis de Benja, luego de ese trabajo agotador que plantea Erick que hubo de hacer de “escudero de lo real” durante muchas horas y donde termina agotado. Esta pregunta increíble de Benja al día siguiente, que denota una posición absolutamente distinta, una posición distinta que se nota en el tono de la voz, que, como señala Erick, es un tono no robótico, un tono no habitual. Podemos decir que alcanza ahí una posición de enunciación inédita.

Les voy a hacer una confesión... Cuando Erick leyó el trabajo por primera vez, en conversaciones previas donde estuvimos preparando este encuentro, yo le decía que cuando lo escuché me había emocionado. Y en la conversación Erick me confesó que él también se había emocionado en el momento en que había sucedido. No cuento esto como una anécdota de color sino porque –hablando con Martina– nos pareció que estas experiencias ponen en juego la cuestión del cuerpo del analista en la clínica. La afectación del cuerpo del analista, que a veces proviene del cambio de posición del sujeto autista y a veces, por el contrario, parece ser lo que provoca ese cambio, es una cuestión a introducir como algo más a pensar, algo más para preguntarse cómo leer, qué valor tiene esa afectación: la risa del analista, la animación del analista, la emoción del analista.

Por último, unas palabras sobre algo que plantea Erick como una cuestión teórica: “Producir la huella de la ausencia del Otro”. Es algo que nos parece muy interesante para ubicar cuál sería la orientación, o una de las orientaciones, para trabajar con estos parlêtres: producir esa huella. Esto es algo que nos genera inevitablemente un montón de cuestiones teóricas. En el caso se puede ver cómo esa huella se va construyendo poco a poco. Es algo del orden de la huella y del agujero que ya desde el primer momento se pone en juego, algo de agujerear la defensa y a su vez producir escritura de eso que empieza a perderse.

*- Psicoanalista, miembro de la cigarra, Coordinador del Hospital de Día de adultos del CSMNo1, GCBA (2010-2016), codirector junto a Gustavo Slatopolsky del Curso Anual de Posgrado de la cigarra, hospital de día de niños del CSMNo1, GCBA, Buenos Aires, Argentina.

**- Psicoanalista, miembro de la cigarra, hospital de día de niños del CSMNo1, GCBA, Buenos Aires, Argentina.

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