Читать книгу Manual práctico de derecho de la circulación - Javier Fole de Navia Osorio - Страница 5
Introducción
ОглавлениеAl estudiar un accidente de circulación por un asunto que nos llega al despacho, hay que tener en cuenta la dificultad que existe muchas veces para acreditar la reconstrucción del suceso, ya que puede ser que no se realizó un atestado, o éste contiene valoraciones subjetivas de los agentes que no se apoyan en datos objetivos, o la declaración amistosa de accidente está mal confeccionada, o no constan testigos presenciales porque el conductor no tomó los datos de los mismos en el momento del siniestro.
Si se realizó un atestado, los vehículos no se han movido de su posición final hasta que llega la policía al lugar de los hechos y/o existe una declaración amistosa debidamente cumplimentada y el conductor implicado recoge los datos de los testigos que hayan presenciado el accidente, el asunto llegaría al juzgado para discutir el importe de la indemnización, es decir, cuánto dinero tiene que pagar la parte demandada responsable del accidente, ya que se discutiría en el juicio la existencia y/o severidad de las lesiones, el periodo de curación, la calificación de los días como impeditivos o no, el importe de los daños materiales, valor venalvalor de reparación, la cuantía del lucro cesante, los daños morales etc...., pero no se discute si se abona o no la misma, ya que la responsabilidad del siniestro se encuentra debidamente acreditada.
En muchas ocasiones el conductor culpable asume la responsabilidad del siniestro en el momento de producirse, pero posteriormente, a su compañía de seguros le facilita una versión distinta de lo que ocurrió realmente, negando su responsabilidad en el mismo, de forma que, si no se han practicado dichas diligencias probatorias, carecemos de prueba alguna que acredite la versión del accidente que nos refiere nuestro patrocinado.
Puede ser que nuestro cliente tenga la razón y la verdad de lo ocurrido, y que su versión del accidente determine claramente la responsabilidad del conductor del vehículo contrario, pero si no existen pruebas que corroboren dicha versión, en función de las pruebas de las que disponemos y de las reglas de la carga de la prueba, es decir, a quién y qué le corresponde acreditar a cada parte, nos planteamos presentar o no una demanda teniendo en cuenta los gastos en los que podemos hacer incurrir al mismo.
Por todo ello, además de valorar las pruebas de que disponemos, tenemos que considerar también las reglas de la carga de la prueba, es decir, qué es lo que le corresponde acreditar al demandante y que es lo que le corresponde acreditar al demandado, a fin de hacer valer nuestras pretensiones en el juicio, independientemente de la posición que adoptemos en el mismo (demandante o demandado), y para ello hay que distinguir en primer lugar, si se reclaman daños materiales y/o daños personales (lesiones) y también hay que tener en cuenta el tipo de procedimiento en el que nos encontramos, o que vamos a iniciar.