Читать книгу El manual de supervivencia del SAS (Color) - John 'Lofty' Wiseman - Страница 133

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La experiencia dice que lo mejor es permanecer cerca del avión o del vehículo inutilizado. Si el lugar es peligroso, debe crearse un refugio seguro los más cerca posible. La decisión de partir a pie se fundamentará en la proximidad de la civilización y las posibilidades de rescate.

Decide pronto lo que vas a hacer mientras seas capaz de pensar con claridad. El frío embota la mente.

Desplazarse en medio de una ventisca queda totalmente descartado y además la orientación en el hielo y la tundra, carentes de rasgos distintivos, es siempre difícil. El movimiento del hielo forma crestas que hacen peligrosa la marcha. El agua del deshielo en verano convierte la tundra en un pantano e incluso el hielo marino queda semiderretido.

Los mosquitos, los moscardones, los tábanos y las moscas pueden ser molestos en el verano ártico. Sus larvas viven en el agua, por lo que debe evitarse crear refugios cerca. Hay que llevar mangas largas y cuellos altos, ponerse una red sobre la cabeza y echar madera y hojas verdes al fuego, puesto que el humo los ahuyenta. Cuando empieza el frío, estos molestos insectos están menos activos y desaparecen por la noche.

En el noroeste de Alaska y nordeste de Canadá, Groenlandia, Islandia, Escandinavia, islas de Nueva Zembla, Spitzbergen y otras islas hay montañas con peligrosos acantilados de hielo, glaciares, grietas y aludes, en las que son peligrosas las avalanchas, heladas, peñascos, glaciares y fisuras. Cerca del litoral ártico es frecuente la niebla desde mayo hasta agosto, arrastrada en ocasiones muy tierra adentro, lo que incrementa los problemas de orientación.

El manual de supervivencia del SAS (Color)

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