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FUEGO

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El fuego es un elemento esencial para la supervivencia en las regiones polares. El combustible de los restos del avión puede proporcionarnos calor. Saca combustible del colector y del depósito hacia el suelo tan pronto como sea posible, ya que si se congela será imposible extraerlo. El combustible de alto octanaje no se congela tan rápido y, en consecuencia, podemos dejarlo en los depósitos.

En el hielo del Antártico y del Ártico la grasa de las focas y de los pájaros es la única fuente alternativa de combustible. En las costas a veces se puede recoger madera de deriva –los groenlandeses solían construir sus casas con madera llegada a la deriva a través del Ártico desde los ríos de Siberia–. En la tundra pueden encontrarse sauces bajos y de largas ramas. El abedul y el enebro también crecen más al norte de donde acaban los bosques. La corteza del abedul constituye una excelente leña menuda –la madera es aceitosa–. Hazte con la corteza de una rama y arderá aunque esté húmeda.

La casiopea es otra planta baja y extensa parecida al brezo que los esquimales utilizan como combustible. De hoja perenne, con hojas pequeñas y flores blancas acampanadas, y de sólo 10-30 cm, contiene tanta resina que también arde cuando está húmeda.


Casiopea

El manual de supervivencia del SAS (Color)

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