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Conceptos básicos

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• Crecimiento económico. Es el aumento sostenido en el tiempo del PIB real por habitante, acompañado de un crecimiento positivo de la población. Si esta última condición no se cumple, el incremento del PIB per cápita puede ser tan solo el producto de la emigración de la población.

• Hechos estilizados del crecimiento. La ausencia de una teoría satisfactoria del crecimiento económico llevó a Nicholas Kaldor, a finales del decenio de 1950, a enunciar un conjunto de «regularidades empíricas» de cierta importancia que retaban al desarrollo del análisis económico, el cual quedaba emplazado a ofrecer una teoría del crecimiento más completa, susceptible de predecir los hechos enunciados. Algunas de ellas, como el aumento sostenido de la productividad del trabajo –sin tendencia a la desaceleración–, el incremento del capital físico por trabajador, o la ausencia de una relación por países entre el nivel de renta per cápita alcanzado y la tasa de crecimiento económico registrada anualmente, han sido ratificadas posteriormente con una información estadística más abundante; pero otras, como la estabilidad en el tiempo de la participación de la remuneración de los trabajadores en la renta total, o de la relación capital/producto, no resultan tan claras. Algunos autores, como Paul Romer, han continuado ampliando la lista de hechos estilizados, incluyendo otros como el paralelo aumento de la producción y las exportaciones.

• Productividad aparente del trabajo. Es una medida del rendimiento obtenido por cada unidad de trabajo aplicada al proceso productivo. Habitualmente se calcula como el cociente entre el valor añadido bruto y el número de trabajadores que contribuyen a producirlo. Se denomina aparente porque es la observada, y difiere de la real en la medida en que esta se obtiene considerando una completa utilización de la capacidad productiva empleada. Por esta razón, la aparente puede variar simplemente por cambios en la capacidad productiva utilizada, lo que no sucederá con la real. Los únicos determinantes de esta última son el capital por trabajador y la eficiencia conjunta del trabajo y el capital (PTF) que, por sencillez terminológica, en este capítulo se ha asimilado con el progreso tecnológico, aunque en realidad es solo su principal determinante.

• Productividad total de los factores. Mide la productividad conjunta del trabajo no cualificado, del capital físico y del capital humano. Se calcula a partir de la función de producción expresada en términos per cápita, como la ratio entre la productividad del trabajo y el capital físico y humano elevados a sus respectivos exponentes. La tasa de variación de la PTF se aproxima como diferencia entre la tasa de variación de la productividad del trabajo y las del capital físico y humano, ponderadas cada una de estas por los exponentes que poseen ambos factores en la función de producción. Con frecuencia, la PTF se calcula sin descontar el efecto del capital humano, debido a la mayor dificultad de estimar este. Partiendo pues de una función de producción con solo capital físico y empleo, la PTF es igual a la ratio entre la productividad del trabajo y el capital físico por trabajador, elevado al exponente del capital en la función de producción. Su tasa de evolución se estima como diferencia entre la tasa de variación de la productividad del trabajo y la del capital por trabajador multiplicada por el exponente del capital en la función de producción. A este exponente se suele otorgar un valor entre 0,33 y 0,4, que aproxima el peso del capital en el PIB al coste de los factores en un buen número de países. Este peso del capital en la renta es el valor que corresponde al exponente del capital en la función de producción, si los mercados son perfectamente competitivos. Cuando la PTF se calcula de esta segunda forma, el efecto del capital humano está recogido en ella.

• Progreso tecnológico. La parte correspondiente al avance en la eficiencia global del proceso productivo, es decir, en la productividad total de los factores, que se debe a la aplicación de nuevos conocimientos y descubrimientos científicos a la mejora de los procesos productivos y de los productos ya conocidos, así como al diseño de otros nuevos. Es el principal determinante de la productividad total de los factores.

• Transformaciones estructurales. El crecimiento económico va acompañado de cambios de cierta relevancia en la estructura de la producción, en el papel del comercio y en el de los sectores público y privado, que generalmente contribuyen a sostenerlo, realimentando el aumento de la renta per cápita. Estos cambios alteran por completo la economía, pero su relación de causa y efecto con el crecimiento económico no es siempre clara, dependiendo además de variables institucionales, razones por las que no se hace referencia a ellos como «hechos estilizados». Sin embargo, la mayoría de ellos podrían considerarse como tales.

• PIB potencial. Es el que se obtendría con la población que puede y quiere trabajar y la productividad observada en condiciones de completa flexibilidad de precios. Como estas condiciones no se dan ni siquiera en el largo plazo en algunos mercados, como el de trabajo, una definición alternativa es el PIB que podría obtenerse con el capital físico instalado cada año y el volumen de empleo que corresponde a la tasa de paro «natural», de equilibrio, o no aceleradora de la inflación, la cual depende de las imperfecciones existentes en un momento dado en los mercados de productos y de factores. Como el cálculo de esta tasa no es sencillo, existen diferentes aproximaciones al PIB potencial. En función de ellas varía el componente coyuntural o cíclico del PIB, cuya estimación se obtiene como una diferencia entre el PIB real y el PIB potencial, a la que suele denominarse output gap. Este frecuentemente se expresa en puntos porcentuales del PIB potencial.

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