Читать книгу Repensando la catequesis - José María Siciliani Barraza - Страница 23
Conclusiones
ОглавлениеLa Didajé, más que un documento catequético, fue un proceso apostólico de oración, de reflexión y de experiencia de Jesús por parte de quienes lo vieron, lo tocaron y lo escucharon. Este proceso se caracterizó por emerger dentro de un ambiente de persecución, martirio y privaciones para los primeros cristianos. Esta primera comunidad cristiana fue fuertemente influenciada por el reciente proceso helenizador del binomio razón y fe. Los padres apostólicos veían en este nuevo ambiente cultural la oportunidad o la complementariedad para la comunicación del mensaje salvífico. No obstante, los cristianos fueron muy cuidadosos de revisar sus fuentes y palabras, para evitar caer en herejías o en deformidades propias del reciente gnosticismo.
El intersticio cultural, intelectual y espiritual en la Didajé se desarrolla desde el patrimonio teológico, filosófico y racional que busca anunciar la Buena Nueva a los hombres. De este nuevo fenómeno, emerge la mentalidad apologética en defensa de la fe, cuyo propósito principal es buscar la unidad de todos los ángulos de la naciente iglesia. No obstante, ante la influencia foránea hubo la necesidad de revisar las conductas, los comportamientos y las actuaciones de los cristianos, para evitar las herejías, las deformaciones e irregularidades, con miras a la búsqueda de unidad en el campo eclesial, litúrgico y anunciativo. Por ello, las preceptuaciones de la Didajé y el carácter esencial moral de ella buscan regular las diferentes expresiones de los cristianos que se desarrollaban en el siglo I.
La pedagogía y la didáctica de la Didajé buscaban definir la identidad del catequista como apóstol, profeta y maestro, que requería que su voz catequética tuviera unas características de sencillez, cercanía y consuelo. De esta manera, el catequista se apartaba de los artificios griegos, de los discursos elocuentes, de los discursos persuasivos y de los giros lingüísticos del silogismo; a cambio profiere palabras vivas de experiencias, de testimonio y de cercanía como Jesús en el Sermón de la Montaña y no con el logos frío del areópago. No obstante se requiere de una reactualización de la catequesis, debido a los nuevos desafíos propuestos por una modernidad subjetiva, relativista, escéptica y hedonista. La tarea de la comunicación, recepción y proposición de la fe debe ubicarse en un contexto de complejidad en el que la relación catequistas-catecúmenos se desarrolle desde la paradoja de lo cierto y lo incierto, de lo estable y lo inestable, de lo evidente y lo azaroso. Tensión expresada en una multiculturalidad de religiones, creencias y percepciones de fe que están intrincadas en unas lógicas de la debilidad, de la liquidez y de la borrosidad.