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CAPÍTULO -1- El gran escape
ОглавлениеEn una cárcel de alta seguridad, cuatro delincuentes sumamente peligrosos, estaban caminando tranquilamente por el patio de la prisión, mientras otros presos jugaban a la pelota o practicaban distintos deportes. Desde las torretas, los guardias vigilaban el perímetro, para evitar cualquier enfrentamiento entre los prisioneros de las distintas bandas.
Los cuatro se dirigieron a una de las gradas, que estaban ubicadas al costado del campo de deportes y se sentaron. Uno de ellos sacó un paquete de cigarrillos, extrajo uno, lo encendió y luego le convidó a los demás, mientras mirando el reloj pulsera decía:
—¡Llegó el momento! Prepárense para entrar en acción.
Uno de ellos, apodado el Ronco, le respondió:
—Quédate tranquilo, Chávez, que tanto Alberto, como el Flaco y yo, estamos preparados para jugarnos la vida, con tal de salir de este infierno y apoyarte en el golpe que planeaste.
Chávez volvió a mirar el reloj y con la tensión pintada en el rostro, les dijo a sus compañeros:
—¡Llegó el momento esperado! ¡Suerte, amigos! —Y comenzó a correr hacia el centro del enorme campo de deporte, seguido por los otros tres.
Para cualquiera de los guardias que los estuviera viendo, les hubiera parecido que los cuatro estaban corriendo una carrera, como un pasatiempo o por un simple desafío, a ver cuál de ellos ganaba.
Y sorpresivamente, desde la parte exterior de los altos muros que rodeaban la prisión, se elevaba un helicóptero de combate, fuertemente armado y con las puertas laterales abiertas, desde donde sobresalían hombres con ametralladoras listas para entrar en combate. Cuando el piloto sobrepasó los muros y ubicó a los cuatro delincuente, a los que venían a rescatar, dirigió el helicóptero hacia el punto de encuentro, mientras volaba a unos diez metros del suelo del campo de deporte; Dos hombres que estaban junto a los que operaban las ametralladoras, arrojaron dos escalas de sogas, de cada lado de las puertas del aparato, que casi llegaban al suelo.
Los guardias encargados de las torretas, saliendo del asombro que les causó la aparición del helicóptero, comenzaron a disparar contra este. Pero el piloto rápidamente comenzó a girar en el aire, mientras que con las ametralladoras ubicadas a cada lado del aparato, disparaba en forma indiscriminada hacia los guardias, apoyado por los dos delincuentes que estaban a cada lado de las puertas del aparato, disparando con sus ametralladoras a todos los guardias que veían, comenzando un combate intenso. Los guardias que estaban en el patio custodiando a los presos, se unieron al enfrentamiento, disparando hacia el helicóptero, mientras que los reclusos en medio de esa confusión, corrían hacia todos lados, para tratar de protegerse de las balas que surcaban el aire y hacían estragos.
Chávez seguido por el Ronco y los otros dos, corrió hacia donde estaban las escalas del helicóptero y rápidamente se prendieron a ellas. El fuerte aire de las paletas del aparato, hacía que las escalas se movieran hacia un lado y hacia otro, pero ellos se afirmaron con todas sus fuerzas. El piloto al ver que Chávez y los otros ya estaban en posición de escapar, sin dejar de disparar con las ametralladoras, comenzó a elevar el aparato rápidamente y girando en el aire, se alejó raudamente del lugar, dejando atrás un campo de batalla lleno de muertos y heridos, caídos por todos lados.