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Evolución de las reglas y de los equipos

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Uno de los primeros temas que hubo de dilucidar en el fútbol fue el uso de las manos. Existe la leyenda, hoy muy discutida, de que en un encuentro en 1823 un estudiante de la ciudad de Rugby, William Webb-Ellis, tomó el balón entre sus manos y corrió hacia la meta contraria. Esa propuesta de juego encontró eco en algunos colegios y fue el embrión del deporte que con el tiempo tomaría el nombre de la ciudad de origen. Al mismo tiempo, en otras universidades y colegios, como el prestigioso Trinity College de Cambridge, se entendía que el fútbol debía jugarse con los pies, opinión compartida por Eton y Harrow. Curiosamente, el empleo de vallas y su denominación como arcos son reminiscencias del tiempo en que el fútbol se jugaba sobre todo en los patios de los colegios, habitualmente rodeados de galerías con arcadas.

En Cambridge se hizo costumbre efectuar el saque lateral del campo de juego como lo conocemos hoy, mientras que en Eton se impuso el fuera de juego y el cambio de arco en el entretiempo. Por todo esto, en 1846 se reunieron en el Trinity College representantes de diversos institutos de enseñanza que confeccionaron el primer reglamento de fútbol, en el que se especificaba el uso de los pies y también el tiro libre luego de una falta. En 1851, gracias a Williams Gilbert y los curtidores de Workshire, se confeccionaron las primeras pelotas similares a las que predominarían durante la mayor parte del siglo XX. Muchos se sintieron tan atraídos por el fútbol que habían jugado en los colegios que continuaron practicándolo después, incluso de adultos. El ámbito más apropiado para ello eran los grupos de amigos o vecinos atraídos por las mismas aficiones, que en Gran Bretaña se conocían como clubes. En 1857 se fundó la primera entidad no universitaria para practicar el fútbol, el Sheffield Club, que respetaba el marco reglamentario propiciado por los centros de estudio.

En 1859 se formó el Forest en Leytonstone, y en 1862, el Notts County en Nottingham. La práctica de fútbol se extendía como reguero de pólvora. A instancias de Ebenezer Cobb Morley, un puñado de clubes se reunió en la taberna del Freemason’s de Londres el 26 de octubre de 1863, con el objetivo de unificar las reglas y constituir una autoridad para el cada vez más popular sport. Así se formó la Football Association. Se sucedieron seis reuniones hasta el 8 de diciembre, cuando se concretó un código común de juego.

En 1864, luego de deambular en Londres, el Forest cambió su nombre por el de Wanderers (‘vagabundos’). Estaba formado por exalumnos de varios colegios y su capitán era un antiguo estudiante de Harrow: Charles William Alcock.

Desde la creación de la Football Association la práctica de este deporte se fue perfeccionando año tras año, y a fines del siglo XIX sus reglas se habían consolidado. En aquellas reuniones de 1863 los postes de los arcos se habían ubicado en su posición actual y se había prohibido definitivamente tomar la pelota con las manos. Como única excepción a esta restricción, en 1870 se creó la figura del cuidavallas, al mismo tiempo que quitar el balón por la línea de arco se penalizó con un tiro de esquina o corner. Mientras tanto, en los partidos se afirmaba el papel del árbitro, que desde 1872 acostumbraba a utilizar un silbato para indicar sus decisiones. Por lo general se ubicaba fuera del field.

Al principio, quien transportaba el balón no podía enviarlo a un compañero ubicado más adelante, como sucede en el rugby, pero en 1866 se decidió habilitar esta jugada mientras frente al jugador atacante propio hubiera un mínimo de tres adversarios. Si esto no sucedía, el player se consideraba en off side, es decir, fuera de juego. En 1891 se creó la sanción del penalty contra faltas en las cercanías de la meta, y al año siguiente se decidió el uso de red de mallas en el arco. Las competiciones se hacían cada vez más frecuentes en Gran Bretaña, al compás de la proliferación de clubes de fútbol en todo el país y en todo el espectro social.

Los primeros equipos fueron conformados en su mayoría por antiguos alumnos de colegios secundarios, reductos de la clase alta, pero la instauración del descanso del sábado favoreció la participación de la clase media. Algunos clubes nacieron en torno a las actividades parroquiales, como muchos de las midlands y el noroeste; es el caso del Aston Villa, el Blackpool y el Bolton Wanderers. Otros surgieron en los clubes de críquet o en el seno de una empresa, como el West Ham, fundado por el propietario de la siderúrgica Thames Ironworks. Algunos fueron creados por propia iniciativa de los obreros y con la tolerancia de las empresas ferroviarias; es el caso de los trabajadores del Lancashire and Yorkshire Railway, quienes comenzaron a practicar fútbol en los patios de los talleres y en 1878 formaron el Newton Heath LYR. Los partidos se jugaban entre los diferentes departamentos de la compañía y con otros equipos ferroviarios. En 1892 el Newton Heath LYR se afilió a la League.

Orígenes y desarrollo del fútbol en el Uruguay

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