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Cuadro No 11 Industrias en Chile creadas antes de 1880 y existentes en 1895.

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Baldomero Estrada, “Valparaíso y el proceso de industrialización en Chile a fines del siglo XIX”, en Valparaíso 1536-1986. Primera jornada de Historia Urbana, Valparaíso, Instituto de Historia, Universidad Católica de Valparaíso, 1987, p. 139.

En 1872, Recaredo Tornero registraba en Santiago cuatro fábricas de aceite, 19 de almidón, 12 de carruajes, 13 de carretas y carretones, cuatro de fideos, 12 de cerveza, dos de sacos, 52 de tejas y ladrillos, 15 de velas y jabón, y otras de paños, seda, cigarros calzados y perfumes. En Valparaíso, agregaba, el número de estas fábricas ascendía a 60, en Talca a 35, en Valdivia a 13 y en Tomé a siete669. El total resulta congruente con la información del censo industrial de 1895, citado por Marcello Carmagnani, el cual registra 240 establecimientos fundados con anterioridad a 1870670.

Si la cifra parece exagerada, es porque la delimitación entre el pequeño industrial y el artesano es imprecisa, como se aprecia en el comentario sobre lo exhibido en la Exposición Nacional de Artes e Industria de 1872, en el que ambos términos resultan casi sinónimos671.

El estudio de la matrícula de industrias y profesiones sujetas al pago de patente en Santiago permite dilucidar un tanto esta situación. En ella se registran 78 “fábricas” de diversos artículos: aceite, aguardientes, almidón, aserraderos, carretas y carretones, carruajes, cervezas, “chocolate con molinos”, fideos, limonadas, sacos, y velas y jabón. Como el valor de las patentes varía no solo según el giro del negocio, sino también de acuerdo al capital comprometido, se puede suponer que las patentes de mayor valor corresponden a fábricas y las restantes, a talleres. Así, las fábricas de carruajes pagaban patentes de 100 y 200 pesos anuales, mientras que las de carretas y carretones pagaban de 15 a 30 pesos, un distingo que puede explicarse por el mayor equipamiento que requieren las primeras. Los aserraderos a vapor pagaban 200 pesos, y las cervecerías y fábricas de limonada pagaban 100 pesos. En cambio, de las cinco fábricas de fideos, las tres de primera clase pagaban 100 pesos y las dos de segunda clase pagaban 30. El mismo distingo encontramos en las patentes de las 11 fábricas de velas y jabón: 100 pesos pagaban las de primera clase y 50 pesos las de segunda. En el otro extremo, las 15 fábricas de almidón pagaban apenas 10 pesos, lo que hace pensar en una actividad muy artesanal672.

Al año siguiente, la Intendencia de Valparaíso modificó la clasificación de negocios sujetos al pago de patente, distinguiendo entre “fábricas”, de las cuales registraba 55, y “talleres”, 120 en número, lo que venía a ser el reconocimiento formal de las diferencias entre unas y otros673.

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