Читать книгу Economía Circular: fundamentos y aplicaciones - M. Enriqueta Fernández Izquierdo - Страница 4
Prólogo
ОглавлениеA la hora de prologar este libro, titulado Economía Circular: Fundamentos y Aplicaciones, he de comenzar por su impulsor, Víctor Meseguer Sánchez, mediante la Cátedra Internacional de Responsabilidad Social Corporativa de la UCAM.
Dicha Cátedra, creada por Víctor Meseguer, es un reflejo de él mismo con la misión de hacer un mundo mejor. Aborda e inculca la responsabilidad social como parte del ser humano, motivo por el que se ha de querer actuar, se ha de querer ir haciendo, se ha de querer hacer posible lo imposible y potencia, con buen hacer, ese mundo mejor. Se apoya en sus orígenes como pilares de reconocimiento, entusiasmo, compromiso, trabajo en común, ilusión y generosidad.
En esta tarea de redactar el prólogo de esta obra siento un enorme privilegio y responsabilidad.
El privilegio es debido al magnífico plantel de autores que han intervenido en este acierto literario científico, con 20 capítulos, que abarca desde aspectos más generales como el desarrollo de la economía circular en un contexto global, nuevas formas de pensar y actuar en economía circular, desarrollo normativo e implementación de la economía circular, hasta campos más concretos y específicos ligados a la economía circular como son: su transición, antropología, ingenierías, ciencias, tics, reciclajes, emprendimientos, bioeconomía circular y su aplicación, pedagogía, gestión de residuos, materiales para una economía circular, pasando por líneas más novedosas adaptadas a la economía circular como son: deporte, inclusión, industria creativa, artesanía contemporánea, hostelería turística y filantropía.
Reflejar en un mismo entorno todos estos temas ha sido un gran esfuerzo para unificar ciencia, hacerla sostenible y ponerla a disposición de la comunidad para que su divulgación potencie la educación sobre economía circular. Así mismo, este libro también sería un ejemplo de sostenibilidad y economía circular porque se juntan diferentes puntos académicos científicos sobre la economía circular que pueden servir para trabajar con compromiso social y global. Los diferentes capítulos del libro describen un escenario innovador, integrador, eficaz y eficiente en donde la economía circular es presentada como una economía competitiva, sostenible, transformadora, susceptible de ser legislada y que alimenta la diversidad.
La responsabilidad que siento alrededor de este prólogo es derivada de mí compromiso con el sector farmacéutico y de mi profesión como farmacéutico y Presidente de Grupo Hefame. Por ello, dentro de la complejidad de temas que puede abarcar la economía circular, me siento en la obligación de relatar el ejemplo que para mí es el mejor del mundo en economía circular, en el ámbito de la salud y del cuidado del medioambiente.
Mucho antes de que se oyera hablar de conceptos ligados a la responsabilidad social, como son la sostenibilidad, el cuidado del medioambiente, la economía circular, definición y el trabajo con los grupos de interés, el establecimiento de planes de mejora necesarios para avanzar en el servicio a la sociedad, para devolver a ella los beneficios que una empresa obtiene y a su vez minimizar los impactos negativos empresariales sobre la ciudadanía, mucho antes de que se implantasen estos discursos como habituales en la sociedad actual, antes de que la Agenda 2030 fuese aprobada en 2015 por la Asamblea General de Naciones Unidas nació un proyecto español, único en el mundo.
Este proyecto fue creado en 2001 por españoles, implementando en España, mejorado en nuestro país y copiado por otros países. Desde ese año 2001 hasta la fecha, se continúa aplicando este sistema como modelo a seguir por ser un caso de éxito en el cuidado de la salud y del medio ambiente o como su lema reza “Cuidando la salud de la naturaleza”.
Este proyecto es el mejor ejemplo de innovación sostenible aplicando la economía circular dentro del sector farmacéutico, emergiendo de la necesidad de cubrir unas necesidades sociales que afectaban a la salud de los ciudadanos, como son la gestión tras el consumo de medicamentos y productos farmacéuticos y el bienestar y futuro del medio ambiente, como es la recogida y tratamiento de estos productos.
Esa gestión, tras el consumo de medicamentos y productos farmacéuticos y la recogida y tratamiento de esos productos, se basa en un sistema de logística inversa entre distribución y oficina de farmacia, y de ahí nació el Modelo SIGRE: Sistema Integrado de Gestión y Recogida de Envases del sector farmacéutico.
La creación de la logística inversa, implementada a un Sistema Integrado de Gestión y Recogida de Envases en el sector farmacéutico, logró un cambio brutal que aún perdura. Desde el punto de vista social, los hábitos y la educación de la ciudadanía al llevar los residuos ligados al medicamento a la farmacia; desde el punto de vista económico, las empresas (farmacias, distribución y laboratorios) continúan siendo sostenibles, y desde el punto de vista medioambiental el diseño de medicamentos por parte de la industria farmacéutica ha cambiado, y la importancia de la gestión y tratamiento de medicamentos y artículos de parafarmacia ya no utilizados ha adquirido una gran relevancia hasta el punto que ya no se concibe contaminar con medicamentos y sus envases.
Previo al nacimiento de la logística inversa que generó el Modelo SIGRE, en el contexto de consumo de medicamentos por parte de la sociedad, no existía una norma específica sobre el reciclaje, reutilización o reducción de medicamentos o productos farmacéuticos comprados en la farmacia que ya no eran utilizados o consumidos por el cliente-paciente.
Lo habitual era ir a la farmacia, adquirir la medicación prescrita por un facultativo, además de productos de parafarmacia, llegar a casa, consumir estos productos y, al finalizar el tratamiento, olvidar los medicamentos en un botiquín y tirarlos a la basura orgánica o al inodoro, sin diferenciar blíster, cartón o plásticos de embalaje, fórmulas magistrales, pastillas, comprimidos, jarabes… Todo lo sobrante de un tratamiento iba directamente a contaminar el medioambiente o a causar accidentes de toma o adherencia al tratamiento de un medicamento. En esa época sí parecía que el sentido común se aplicaba a que los medicamentos no estuvieran al alcance de los niños, a pesar de que sí hubo algún que otro accidente doméstico.
Por parte de la población comenzó a surgir una inquietud sobre la necesidad de que la farmacia recogiese los productos de sus botiquines para no tener que acumularlos o tirarlos, con el importante impacto negativo que esta acción ejercía en el medio ambiente. El farmacéutico/a recogía sin saber muy bien qué hacer con esos medicamentos. Al poco tiempo se pudieron donar bajo la supervisión de especialistas pertenecientes a Ong´s, por ejemplo de Farmacéuticos Sin fronteras o Farmacéuticos Mundi, a terceros países.
Años más tarde, la legislación no permitió donar más productos a terceros países por no poder asegurar aspectos generales y específicos del medicamento en los países destinatarios, como, entre otros, la trazabilidad, conservación, utilidad, transporte… y continuaba sin legislar el tratamiento de medicamentos ya usados.
En este contexto, a finales de los noventa, y por necesidad de la población y de la farmacia surgió la necesidad desde el punto de vista ambiental del tratamiento de los medicamentos y sus envases, separado de Ecoembes. La industria y la distribución farmacéutica, junto con la oficina de farmacia, iniciaron la búsqueda de soluciones innovadoras, conscientes de la responsabilidad que tenían frente a la sociedad y al medio ambiente. Farmaindustria (Asociación Nacional Empresarial de la Industria Farmacéutica) y Fedifar (Federación de Distribuidores Farmacéuticos) y el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos crearon una sociedad limitada sin ánimo de lucro llamada SIGRE que lideraría y lidera el reciclado de medicamentos y sus envases. Años más tarde, la Ley 29/2006 de Garantías y Uso Racional del Medicamento y Productos Sanitarios ratificó la necesidad y la garantía de un correcto tratamiento medioambiental del medicamento y sus envases.
Farmaindustria, Fedifar y la oficina de farmacia innovaron con las herramientas que ya tenían, utilizaron las furgonetas que repartían a diario los medicamentos de la distribución a las farmacias para regresar, con la furgoneta vacía, a los almacenes de distribución y sí llena de medicamentos para su gestión diaria como residuo. Habían inventado la logística inversa pasando a ser empresas sostenibles eficaces y eficientes para el cuidado de la salud y del medio ambiente. Cumplían tres objetivos: Social: promovieron la salud invitando a la población a revisar los botiquines domésticos, evitando tener botiquines con medicación innecesaria que podía provocar errores o confusiones en la toma y adherencia de medicamentos, y accidentes en los botiquines domésticos. Económico: con esa revisión de botiquines el paciente cliente era consciente de los medicamentos aptos que tenía en su botiquín, sin necesidad de hacer más gasto farmacéutico comprando productos nuevos financiados por el sistema sanitario español. Medioambiental: sabiendo que se podía llevar medicamentos y sus envases a la farmacia se incrementó el reciclaje de estos y la educación medioambiental, a través de la farmacia, dándole importancia al cambio climático. No se aumentaba la huella de contaminación porque se utilizaba el mismo transporte para repartir y recoger medicamentos, e incluso la industria farmacéutica ha reducido los tamaños y materiales en el diseño de medicamentos.
SIGRE, con su espíritu de mejora, mantiene la comunicación con sus grupos de interés, obtiene información con el fin de que su proyecto empresarial sin ánimo de lucro esté y cubra las necesidades presentes de la sociedad, economía y medio ambiente.
SIGRE y la logística inversa tuvieron un alto impacto mundial, por ser innovadores, integradores, eficaces y eficientes (cumpliendo objetivos con los recursos disponibles) en toda la cadena del sector farmacéutico, hacia la sociedad, la economía y el medioambiente, que cambió la forma de trabajar por un mundo mejor, utilizando la economía circular sin saberlo, que se mantiene hoy día, con sus 20 años de funcionamiento en 2021.
Por último, quisiera decirle al lector que en la lectura de las páginas del libro se encontrará con unos contenidos que han sido trabajados e investigados con gran esmero y dedicación, con un alto compromiso que invita a una nueva forma de hacer, usar y diseñar. Aporta información científica muy interesante y amplia el concepto de economía circular a la toma de decisiones, gestión y planificación de los diferentes sectores económicos, sociales y medioambientales, sirviendo como motor que favorece el crecimiento económico y social.
He de concluir necesariamente valorando que Víctor, la Cátedra y todos y cada uno de los autores hayan concebido este libro para poner en valor diferentes puntos académicos científicos sobre economía circular, para comunicar conocimientos prácticos y ejemplarizantes de promoción de iniciativas en la economía circular, su gestión, legislación y su función social, económica y medioambiental sostenible.
¡Enhorabuena a todos los autores!
Enrique Ayuso Hernández
Presidente de Grupo Hefame
Presidente de Fundación Hefame