Читать книгу Alimentación natural y salud - Mariano Bueno - Страница 24
Productos «nutritivos» y «seguros» que no deberían ser considerados alimentos
ОглавлениеLa sociedad actual se enfrenta a un serio problema de fondo relacionado con el hecho de tener los platos llenos de comida variada al tiempo que padecemos de malnutrición generalizada. Las crecientes «epidemias» de sobrepeso y de síndrome metabólico (trastorno que a menudo deriva en diabetes de tipo 2 o graves enfermedades cardíacas) es muy probable que estén vinculadas con los profundos cambios de hábitos alimentarios acaecidos en las últimas décadas. Dichos cambios están estrechamente relacionados con la progresiva desaparición de los «alimentos reales» de los estantes de supermercados y tiendas de alimentación, que, poco a poco, van ofreciendo en su lugar «cosas» con apariencia de alimento o «preparados nutricionales» muy procesados (y magníficamente envasados), los cuales se nos venden como «equilibrados» y «saludables», puesto que en sus etiquetas podemos leer que contienen las dosis equilibradas de «nutrientes esenciales».
¡Olvidémonos de «contar» nutrientes y calorías…,
y comamos alimentos sanos!
Puede resultar paradójico que se cuestione la calidad de esa gran oferta de alimentos elaborados, ya que, en su gran mayoría, cumplen los rigurosos requisitos y controles de «calidad» y «seguridad para el consumo» que establecen las administraciones sanitarias y de consumo. Pero, en realidad, quizá deberíamos preguntarnos: ¿cómo es posible que no nos estemos dando cuenta de la verdadera raíz del problema?, ¿podría el excesivo procesado industrial de los alimentos tener que ver con el grave problema de malnutrición generalizada que padece la mayoría de la población actual?
Las grandes campañas de marketing desplegadas por las poderosas industrias agroalimentarias logran desviar la atención y esconder la realidad sobre las dimensiones de la progresiva pérdida de auténtica calidad de la gran mayoría de los alimentos que hallamos en las estanterías de las tiendas y los supermercados. Y no solo la de los alimentos muy procesados, sino también la de los alimentos frescos. Como solo de forma esporádica nos llega alguna alarma aislada al respecto, no parece que el tema sea tan grave, y solo muy de vez en cuando algún dato fugaz parece despertarnos o nos aporta alguna que otra evidencia de la preocupante situación a la que han conducido las prácticas agrícolas industriales y los sistemas de producción, procesado y comercialización de alimentos dominantes en nuestros días.
A diferencia de otras épocas históricas que se caracterizaron por terribles periodos de grandes hambrunas, nosotros vivimos aparentemente en un mundo feliz, hasta el punto de que podemos disfrutar de cualquier alimento que se nos antoje, y en cualquier momento del día o del año. Además, solo de «forma esporádica» se nos alarma con algún que otro escándalo en torno a la seguridad para el consumo de determinados alimentos. De modo que, ¿por qué deberíamos preocuparnos? Ya veremos por qué sí deberíamos hacerlo.