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4.2.3 Propiedades de bienestar de la competencia en precios en ausencia de barreras de entrada

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Para analizar la ausencia de barreras de entrada seguida por la competencia en precios, volvemos al círculo de Salop que introdujimos en el capítulo 3: suponemos que las empresas y los consumidores se sitúan alrededor de un círculo y no en un intervalo. En particular, suponemos que una masa unitaria de consumidores se distribuye uniformemente en un círculo con circunferencia igual a 1. Las empresas también se ubican en un círculo y los consumidores se desplazan a su empresa preferida a lo largo del círculo.[48] Al igual que antes, consideramos un juego de dos etapas: En la primera etapa, las empresas deciden si entran o no al mercado (la entrada conlleva un costo de instalación fijo e); en la segunda etapa, las empresas que han entrado fijan un precio para su producto y los consumidores toman su decisión de compra.

En cuanto a esta primera etapa, como nuestro énfasis es en la entrada, hacemos a un lado la decisión sobre la ubicación y, en vez de ello, suponemos que a las empresas se les impone exógenamente que deben ubicarse de forma equidistante entre sí. Entonces, suponiendo que n empresas ingresan al mercado, la distancia entre dos empresas vecinas es igual a 1/n. Recuerde que, en equilibrio, las empresas fijan precios p(n) = c + τ/n y venden a 1/n consumidores. Podemos pasar a la primera etapa del juego. Como antes, el número de empresas en el equilibrio de ausencia de barreras de entrada está determinado por la condición de cero-beneficios (abstrayendo una vez más la restricción de enteros):


Se sigue que el precio en el equilibrio de ausencia de barreras de entrada es igual a


Observamos que si el costo de instalación e aumenta, menos empresas entran al mercado y el precio de mercado es más alto; también, si el costo de transporte τ se incrementa, la mayor diferenciación de productos permite que más empresas entren y cobren precios más altos.

Obtengamos ahora el número de empresas que un planeador social permitiría en el mercado. En este modelo, realmente no importa si el planeador puede controlar o no la decisión de las empresas sobre los precios. De hecho, como todos los consumidores son idénticos y tienen una demanda inelástica, el margen de beneficios no es más que una transferencia de los consumidores a las empresas. Entonces, el planeador selecciona el número de empresas para minimizar los costos totales, esto es, la suma de los costos fijos de instalación de las empresas y de los costos de transporte de los consumidores. Por lo tanto, el número socialmente óptimo de empresas, n*, es el número de empresas que resuelve


Diferenciando respecto al número de empresas, encontramos


Observamos entonces que, en el equilibrio de ausencia de barreras de entrada, entran dos veces más empresas de lo que sería socialmente óptimo. Por lo tanto, el modelo se caracteriza por una entrada socialmente excesiva.[49]

Lección 4.5 En industrias de productos diferenciados, el mercado puede generar una entrada socialmente excesiva.

Por lo tanto, el resultado es cualitativamente el mismo que en el modelo de Cournot. Sin embargo, el trade-off es de otro tipo. Mientras que la entrada de empresas conduce a precios más bajos (como en el modelo de Cournot), estos precios más bajos son neutrales respecto al bienestar en el modelo de Salop, puesto que la demanda total es constante. Emerge un trade-off puesto que, por una parte, la entrada conduce a más variedad y, por lo tanto, a menores costos de transporte para el consumidor (en el modelo de Salop).[50] Por otra parte, hay un efecto negativo que proviene de la duplicación de los costos fijos. Note que los incentivos privados y sociales para entrar son divergentes: una empresa tiene incentivos para entrar gracias a la expectativa de que los beneficios de su operación serán mayores que sus costos fijos. Para esta empresa es irrelevante si los ingresos provienen de “robarle los negocios” a los competidores o de generar nuevos negocios. Sin embargo, al planeador social solamente le interesan los ingresos de nuevos negocios, que provienen de un menor precio, y no los ingresos que provienen del robo de negocios (note que también le preocupa un mejor emparejamiento entre consumidores y productos). El posible dominio del efecto de robo de negocios explica por qué es posible que entren demasiadas empresas al mercado y por qué la regulación de la entrada podría mejorar el bienestar (por ejemplo, al gravar la entrada mediante una tarifa de licenciamiento). El siguiente caso documenta la entrada socialmente excesiva.

Caso 4.2 Entrada socialmente excesiva en las emisoras de radio en Estados Unidos

Berry y Waldfogel (1999) analizan un mercado de productos diferenciados con entrada de empresas. Los ingresos de una emisora comercial de radio son iguales al ingreso anual por publicidad por oyente, que es el precio que fija la emisora, multiplicado por el número de oyentes. Entre más oyentes haya en un mercado geográfico, más viable resulta que haya más estaciones de radio y, por lo tanto, más variedad en el producto. En consecuencia, las áreas metropolitanas más pobladas pueden tener más estaciones de radio que las menos pobladas. Los autores usaron datos sobre los precios de la publicidad, el número de estaciones de radio y el de oyentes en 135 áreas metropolitanas de Estados Unidos. Los autores estimaron la función que captura la proporción de la población que escucha radio y la función de demanda inversa para la publicidad.[51] Estas dos funciones proporcionan un estimado de la variación de los ingresos según el número de estaciones de radio. Las estaciones de radio nuevas son sustitutas para las ya existentes. Debido al efecto de robo de negocios, los beneficios privados de la entrada pueden exceder los beneficios sociales. Utilizando el supuesto de libre entrada, los autores infieren la distribución de los costos fijos de las estaciones. Después, utilizan los ingresos y los costos fijos estimados para calcular el excedente de las estaciones de radio y los anunciantes. Posteriormente, comparan el número de emisoras bajo ausencia de barreras de entrada con el número del óptimo social (en el sentido del segundo mejor, esto es, cuando el planeador solamente puede controlar el número de estaciones). Los autores determinan que el número de estaciones bajo ausencia de barreras de entrada es socialmente excesivo. Los autores calculan que, respecto al óptimo social, la pérdida de bienestar debida a la ausencia de barreras de entrada es equivalente al 40% de los ingresos de la industria.

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