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5.2.2 El modelo lineal de Hotelling
ОглавлениеAhora pasamos a un modelo de diferenciación horizontal de productos donde las empresas escogen los precios además de las ubicaciones. Queremos saber si nuestro hallazgo sobre la diferenciación mínima también es válido si las empresas eligen los precios.
Como antes, los consumidores tienen un valor de reserva r para su producto ideal. Un consumidor de tipo x se ubica en algún punto x del intervalo [0, 1]. Los consumidores le compran a alguna de las empresas hasta una unidad de producto. La empresa i está ubicada en li en algún punto del intervalo [0, 1], cobra un precio pi y los consumidores deben viajar hasta la empresa si deciden visitarla. Por el momento, mantenemos el supuesto de que los consumidores incurren en costos de transporte lineales t(|x – li|) = τ|x – li|, donde el parámetro de costos τ mide la sustituibilidad entre cualquier par de productos dados. Si un consumidor de tipo x compra el producto i, entonces obtiene una utilidad vi(x) = r – τ|x – li|– pi.
Como en el modelo anterior, suponemos que los consumidores se distribuyen uniformemente en el intervalo [0, 1] y tienen masa 1. En este mercado, analizamos un duopolio donde primero las empresas deciden simultáneamente qué ubicación escoger (o, equivalentemente, qué producto producir) y luego fijan simultáneamente los precios. En este juego de dos etapas, queremos caracterizar los equilibrios perfectos en subjuegos.
Para analizar este mercado, consideramos primero el juego de precios para localizaciones dadas. Sin pérdida de generalidad, podemos nombrar a las empresas de modo que l1 ≤ l2. Supongamos que las empresas están en ubicaciones diferentes y que la diferencia en el precio es lo suficientemente pequeña como para que algunos consumidores prefieran el producto 1 y otros el 2. Entonces, existe un consumidor a quien le resulta indiferente escoger cualquiera de los dos productos. Este consumidor indiferente está dado por Podemos resolver para y obtener
En particular, si las empresas fijan ubicaciones simétricas (esto es, si l1 = 1 – l2) y fijan el mismo precio, el consumidor indiferente se ubica en 1/2 y cada empresa obtiene la mitad de la demanda. Pero, ¿qué queremos decir con que la diferencia de precios sea “lo suficientemente pequeña”? La diferencia de precios admisible está determinada por las condiciones para que esté entre l1 y l2. Esto es,
¿Qué pasa si una de estas condiciones no se cumple? Comencemos suponiendo que la primera condición se cumple con igualdad: p1 = p2 + τ (l2 – l1), de manera que el consumidor indiferente se sitúa exactamente en la ubicación de la empresa 1 Ahora consideremos cualquier consumidor a la izquierda de l1, por ejemplo Debido a los costos lineales de transporte, a este consumidor también le resulta indiferentes escoger entre el producto 1 y el 2:
La intuición de este resultado es la siguiente: en comparación con el consumidor ubicado en l1, el consumidor ubicado en incurre en el mismo costo extra de transporte cuando consume el producto 1 o el 2; por lo tanto, si al primero le es indiferente cuál producto escoger, al segundo también.[10] Ahora, dado p2, si la empresa 1 disminuye levemente su precio, todos los consumidores a la izquierda prefieren estrictamente el producto 1. Sin embargo, si la empresa 1 aumenta ligeramente su precio, todos los consumidores, incluyendo aquellos a la izquierda de l1, prefieren estrictamente el producto 2. Esto es, para la empresa 1 obtendrá una demanda cero: Por lo tanto, existe una discontinuidad en los precios tal que a un consumidor en l1 le resulta indiferente escoger entre el producto 1 y el 2. El mismo razonamiento aplica para la otra condición. Por lo tanto, es solamente para precios que respeten las dos condiciones arriba mencionadas que todos los consumidores localizados a la izquierda de le comprarán de la empresa 1 y todos los consumidores ubicados a la derecha le comprarán a la empresa 2. La elección del consumidor se ilustra en la figura 5.1.
Entonces, podemos escribir los beneficios como la diferencia precio-costo multiplicada por la demanda:
La función de beneficios se ilustra en la figura 5.2. Note que si la competencia se localiza dentro del intervalo (esto es, l2 < 1), la función de beneficios de la empresa 1 tiene un salto hacia abajo. La razón para esto es la discontinuidad que identificamos en la función de demanda: debido a los costos lineales de transporte, una diferencia de precios muy grande lleva a que todos los consumidores le compren la misma empresa. En particular, a medida que p1 aumenta, la empresa 1 comienza a atraer a todos los consumidores, pero comparte el mercado con la empresa 2 tan pronto como p1 ≥ p2 – τ (l2 – l1). Esto explica el salto hacia abajo en la función de beneficios, como lo ilustra la figura 5.2 (hay un segundo salto hacia abajo cuando p1 se vuelve más grande que p2 + τ (l2 – l1) a medida que la demanda de la empresa 1 cae a cero). En términos técnicos, π1 tiene dos supremos locales y no es cuasicóncava en p1. Por lo tanto, simplemente resolver las condiciones de primer orden puede generar errores. Solamente cuando ambas empresas se localizan en los extremos, las funciones de beneficios son cuasicóncavas, de manera que las soluciones a las condiciones de primer orden deben ser maximizadoras globales. Por lo tanto, si determinamos que las localizaciones deben estar en los extremos, tenemos un modelo de duopolio simple donde las condiciones de primer orden caracterizan los equilibrios. Usaremos esta especificación particular en varios lugares de este libro.
Figura 5.1 Elección del consumidor en el modelo lineal de Hotelling
Figura 5.2 Función de beneficios en el modelo lineal de Hotelling
Aquí, queremos elaborar sobre la posibilidad de que las ubicaciones no necesariamente estén en los extremos. Entonces, aunque las funciones de beneficios no son cuasicóncavas, de todos modos podemos usar las condiciones de primer orden si las ubicaciones no están muy cerca. En esta situación, las funciones de beneficios tienen dos supremos locales, pero el que está caracterizado por las condiciones de primer orden es un maximizador global, dada la elección apropiada del competidor. Si las condiciones de primer orden definen implícitamente las mejores respuestas de las empresas, tenemos que, fijando un precio menor, por una cantidad discreta, al de la empresa rival con el fin de capturar a todos los consumidores no será rentable para la empresa 1 dado algún precio (alto) de la empresa 2. Sin embargo, la mejor respuesta de la empresa 1 p1 (p2) salta hacia abajo a p2 – τ/(l2 – l1) en algún valor crítico de p2 (a menos que l2 = l) de modo que las condiciones de primer orden ya no puedan usarse para caracterizar mejores respuestas. Note que esto implica que, en este juego, los precios no son complementos estratégicos.
El juego de fijación de precios puede caracterizarse de la siguiente manera. (i) Para l1 = l2 el equilibrio de precio único está dado por (ii) Para l1 ≠ l2 existe un equilibrio de precio si y solo si (2 + l1 + l2)2 ≥ 12(2 + l1 – 2l2) y (4 – l1 – l2)2 ≥ 12(2 + 2l1 – l2). Adicionalmente, cuando existe el equilibrio de precio, es único y está caracterizado por
Para evitar que vender a un precio menor que el de las otras empresas sea rentable, las dos empresas deben estar localizadas lo suficientemente lejos entre sí.
Ahora pasamos a la etapa de localización. Primero, observamos que, dado que en la etapa 1 una empresa siempre puede decidir ubicarse cerca de la empresa competidora, no existe un equilibrio perfecto en subjuegos.[11] Sin embargo, podemos argumentar que las empresas solamente pueden relocalizar gradualmente sus productos y que, por lo tanto, para nuestro propósito, sería suficiente mostrar que, en algunas ubicaciones, las empresas no tienen una tendencia a reubicarse. El problema está en que, en todo el rango de ubicaciones donde existe un equilibrio de precio, hay una tendencia a acercarse. Esto quiere decir que las empresas tienen una tendencia a moverse hacia la región donde no existe un equilibrio de precio. Esto podría llamarse “inestabilidad en la competencia” y muestra que en un modelo donde las empresas pueden decidir estratégicamente qué tipo de producto producir y qué precio fijar, no resulta claro a priori que las empresas decidan diferenciar sus productos. De hecho, las funciones de beneficios pueden ser mal comportadas de modo que el modelo no nos proporcione una predicción respecto a la localización de las empresas.
Lección 5.2 Aunque la diferenciación de productos relaja la competencia en precios, los modelos de competencia imperfecta donde las empresas escogen las características de los productos no necesariamente generan predicciones respecto a las decisiones sobre precios y productos. Las empresas pueden tener un incentivo para ofrecer mejores sustitutos para generar más demanda, lo que puede llevar a inestabilidad en la competencia.