Читать книгу Baltasar contra el olvido - Mauricio Koch - Страница 16

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Esta mañana saqué al gorrión de la caja y lo puse arriba del mostrador, al lado mío. Le compré en la Cooperativa unas semillas de mijo, dejé un puñado en la otra punta para ver qué hacía y enseguida empezó a dar saltitos y se fue hasta allá. Le gustaron. Después de picotear un rato, se acercó al borde y se quedó mirando para abajo. Todavía no se anima a dar ese salto, pero ya le están despuntando unas plumas y se lo ve más alegre. Don Iriarte no quiere saber nada con él, dice que el gorrión va a llenar el taller de piojillo y que ese no es pájaro para tener encerrado. No lo tengo encerrado, le digo yo, lo estoy cuidando nomás.

Baltasar contra el olvido

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