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VI. VALORACIÓN DE EMPRESAS
ОглавлениеEn este apartado se pretende dar unas nociones de cuáles son las formas más comunes de valoración de una empresa. Por valoración entendemos el intento de asignar un precio razonable a una empresa, bien entendido que no se puede establecer un valor objetivo, puesto que cualquier valoración estará influida por el criterio subjetivo del valorador.
El valor de una empresa es función de sus bienes, derechos y obligaciones, a todo ello lo denominamos valor sustancial, así como de su capacidad para generar beneficios futuros, o valor inmaterial. Es decir, el valor de una empresa es función de su valor sustancial y de su valor inmaterial.
(1) Atendiendo al valor sustancialde la empresa, se pueden obtener las siguientes valoraciones:
a) Valor teórico, valor en libros, o valor contable:
Este método de valoración supone realizar un inventario de todos los activos y pasivos de la empresa, partiendo de su balance. Se trata de una valoración puramente contable y consiste en determinar el valor en libros del pasivo no exigible o patrimonio neto. El proceso de cálculo sería el siguiente:
Activo = Pasivo = Pasivo Exigible + Pasivo no Exigible
Activo - Pasivo Exigible = Pasivo no Exigible
Valor Teórico = Pasivo no Exigible o Patrimonio Neto
Otra forma de estimar el valor teórico es la siguiente:
Valor Teórico = Activo Real - Pasivo Exigible
b) Valor material:
Con esta valoración damos un paso más sobre el método anterior, intentando aproximarnos a una valoración más real de la empresa, y para ello, incluimos las plusvalías y reservas ocultas, evitando así una de las insuficiencias de la contabilidad. Se procedería del siguiente modo:
Valor Material = Valor Teórico + Reservas ocultas o Plusvalías - Minusvalías
(2) Atendiendo al valor inmaterial de la empresa, pretendemos hacer una valoración de cuál es la capacidad para generar beneficios en el futuro. Aquí entra el juicio del analista, que será quién realice la previsión de los beneficios futuros y su cuantificación. Naturalmente siempre se tratará de una estimación subjetiva.
Se trata de prever cuáles van a ser los beneficios de la empresa en los próximos años e intentar cuantificarlos. Después se calcula el valor actual de los beneficios futuros estimados. En un capítulo posterior veremos con más detalle que lo que en realidad se trata de estimar son los flujos de tesorería futuros, pero por ahora no conviene entrar en este aspecto, que aún puede resultar complicado.
También veremos con más detalle la fórmula anterior cuando estudiemos el capítulo del valor actual del dinero. Por ahora baste con decir, que este es el modo de calcular el valor actual de los flujos de dinero que se espera recibir en el futuro, es decir, en el caso que estudiamos, de los beneficios previsibles en los años venideros. El analista se enfrenta a diversos problemas a la hora de cuantificar los beneficios de años futuros, ya que ha de tener en cuenta todos los factores que puedan afectar a estos en los próximos años, como por ejemplo el entorno económico, las condiciones del sector en el que opera la empresa, la evolución previsible de la demanda de sus productos o servicios, etc. Además existe el problema de determinar cuál es la tasa de actualización aplicable, que en la fórmula anterior designamos con la letra «i». Teóricamente, cuanto mayor sea el riesgo de obtención de beneficios en el futuro, mayor será la tasa de actualización, y ésta será menor en la medida en que los beneficios esperados sean más seguros. A pesar de las dificultades apuntadas y de la subjetividad de la valoración, este es el método que nos conduce a un valor más aceptable de la empresa, aunque algunos analistas, calculan el promedio de los valores teórico y actual de la empresa con el fin de reducir el grado de subjetividad de la valoración realizada por ellos.
(3) Valor bursátil de la empresa:Este modo de valorar una empresa es aplicable únicamente a aquellas empresas que coticen en bolsa, por ello su alcance es de muy limitada aplicación práctica.
Valor bursátil = Cotización de las acciones × número de acciones
Un método de valoración de empresas no cotizadas que nos limitamos a enunciar, puesto que su estudio detallado excede del objetivo de este manual, es la valoración por múltiplos. Este método consiste en identificar empresas cotizadas que sean comparables a la que vamos a valorar, para a continuación relacionar la cotización de las acciones de esas empresas con alguna de sus magnitudes financieras, como ventas, EBITDA, beneficios, dividendos, etc. Esas relaciones se aplican a la empresa objeto de valoración y de ese modo logramos unos intervalos entre los que sería razonable encuadrar el valor que estamos tratando de cuantificar.
Al realizar una valoración hay que tener presente la finalidad para la que se hace. Un caso que saltó a la prensa hace unos años dio lugar a confusión en la opinión pública. Se realizó la valoración de las existencias de brandy de unas conocidas bodegas y, sin el consentimiento del consultor, un prestigioso profesor de finanzas, autor de esa valoración, esas existencias fueron aportadas al mismo valor estimado por el consultor como garantía de una emisión de pagarés. La valoración de las existencias no se realizó para tal fin; el consultor se limitó a estimar el valor actual del margen que producirían los inventarios de brandy según las previsiones de costes y de ventas aportadas por los propietarios y directivos de la empresa. Ese valor sería sustancialmente inferior al que podrían obtener los titulares de los pagarés si la empresa emisora no los pagase a su vencimiento y a los titulares se les diera brandy. El valor de esas existencias se calculó para sus propietarios, no se calculó como garantía de los pagarés. El cálculo del valor del brandy como garantía de los pagarés habría de haberse realizado estimando el precio por el que se podrían vender esas existencias a otra empresa, que con seguridad sería menor a la valoración realizada.