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Un glosario sin definiciones

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Este glosario no pretende saldar discusiones ni sellar ideas. Lo que intenta es presentar una selección de términos tal como aparecen en algunos debates contemporáneos sobre escritura y memoria. El despliegue de argumentos no es exhaustivo, apenas intento salir del pensamiento dicotómico y abrir interrogantes, siempre desde el lugar del testigo (que tampoco es unívoco). Se interpreta cada noción en relación al testimonio y la mayor parte de los ejemplos provienen del caso argentino.

Autobiografía: Tanto la autobiografía como el testimonio organizan el sentido de la experiencia en formas narrativas propias, pero mientras algunos críticos subrayan las diferencias entre ambas vertientes, otros las diluyen. Para Mesnard, el sujeto testimonial no se puede reducir al autobiográfico porque «[e]l sujeto del testimonio nunca es solo individual» (2010: 317). Para Arfuch, en cambio: «El testimonio puede ser pensado como un tipo de autobiografía donde se unen –y se refuerzan– dos imaginarios de verdad y realidad: no solo los hechos que tuvieron lugar sino también la propia experiencia que suscitan». (2013: 85)

A Arfuch no le preocupa tanto separar autobiografía de testimonio o considerarlo una subregión de este «territorio», lo que le importa es su configuración narrativa:

…no se trata de la expresión pura de lo vivido sino del despliegue del lenguaje en una configuración narrativa que involucra ciertas estrategias de autorrepresentación: cómo se construye el «yo» que narra, sus cualidades, atributos, circunstancias, valoraciones; la percepción del tiempo, su cronología… (subrayado mío, 2013: 85)

Considero que, incluso si partimos de este aspecto, hay diferencias entre lo autobiográfico y lo testimonial. El yo autobiográfico construye el mundo desde sí y lo transforma en experiencia personal –modo de proceder que coincide con el espíritu expansivo de la burguesía, que ubica al sujeto en el centro del universo (Jameson, 1981)–. El yo testimonial, en cambio, parte de otro lugar de enunciación: el testigo que retorna del campo no creó el mundo que viene a contar, y no solo no fue el centro sino que allí intentaron volverlo anónimo. Por eso le importa crear sentido, comprender, asimilar, compartir lo padecido en nombre propio y del colectivo que se pretendió borrar.

También se considera que el testimonio está emparentado con la autobiografía a partir del «pacto de verdad» entre autor y lector (Philipe Lejeune), pero este pacto trastabilla (ver sección «Verdad»).

El lugar del testigo

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