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Por qué este libro
ОглавлениеEste no es mi primer libro de cocina. Mi primer libro de cocina se llamó “10 recetas para conquistar a una chica” y fue un regalo para un amigo. Pero antes de seguir con esto me voy a presentar, que no quiero quedar como una maleducada.
Me llamo Paulina, soy (o más bien era) socióloga, empecé a hacer videos de cocina en YouTube, me enamoré de esto que hago y pegué el volantazo. Largué todo. Ahora soy youtuber. Listo. Encantada. Sigamos con lo de mi primer libro.
Mi amigo se había mudado solo y yo le regalé un libro de cocina personalizado. Adentro tenía, además de recetas, consejos del estilo “quitar la foto de Bariloche del cuarto” o “tratá de no usar la camisa azul”, bastante más útiles que las recetas a los fines de conquistar chicas. Luego vinieron otros libros, para otros amigos y amigas, en diferentes circunstancias de sus vidas. Diez o quince recetas agrupadas con un fin que nunca era meramente el de cocinar. Más o menos como Paulina Cocina. Porque si les digo que empecé a hacer videos cocinando para transmitir mi arte les estaría mintiendo. Para empezar, no soy cocinera. Nunca estudié. Fui aprendiendo, sí, aprendo todos los días. Pero no tengo el oficio. Siempre que me llaman para cocinar en algún lugar me niego con la misma frase: “Nunca cociné con más presión que la de seis amigos tomando un vino”. Soy muy elegante yo para negarme.
Pico despacio, MUY despacio. Nivel Hermana Bernarda. Aunque esté apurada. Y los cortes… picado, picadito, bien picadito. Bien, bien picadito. Rodajas, rodajitas finas, como medias lunas. Laminitas bien finas, fetas, fetitas. Cuadraditos chiquititos. (Este último se llama concasse. A esta altura me lo aprendí, no se vayan a creer). Me acostumbré a transmitir así la cocina y a no dar por sentado que la gente sabe cosas que yo no sabía hasta hace un par de años.
¿En qué estábamos? Ah, sí, en que no empecé Paulina Cocina para mostrar recetas sino para volver a jugar al programa de cocina. Y digo volver a jugar porque de chica yo jugaba al programa de cocina. Hacía ensalada de pasto mientras hablaba a cámara. Así que hice más o menos lo mismo, solo que con un marido detrás de la cámara.
Una cosa fue llevando a la otra y aquí estoy, escribiendo una introducción para mi primer libro “de verdad”.
Cuando una trabaja en Internet lidia constantemente con dos fantasías de la gente. La primera es que no se trabaja, lo cual es absolutamente falso. Trabajo más que nunca en mi vida, solo que lo disfruto del primer al último minuto. La segunda fantasía es la de “El día en que explotó”. Dice la leyenda que si trabajás en Internet un día todo “explota”, te llegan miles de millones de visitas, de seguidores, de megustas, de views y despertás una mañana con un misterioso tatuaje en el brazo: El ídolo de grandes y chicos. Esto también es falso. Lo que hacemos requiere de mucha constancia, de formación (o autoformación, porque es todo muy nuevo así que lo que sabemos lo aprendemos haciendo y mirando cómo lo hacen otros), de planificación, de ideas frescas. Para esto hay que tener mucha pasión por lo que se hace. Paulina Cocina nunca explotó. Lo fui amasando yo de a poco.
La propuesta de hacer un libro es, para mí, una especie de premio. Un libro es plasmar en forma física todo mi trabajo de estos años que, como les cuento, es mucho. Todo muy lindo, todo muy idílico. Qué lindo, Paulina, vas a hacer un libro. Bravo, Paulina, te lo merecés.
Así fue que me encontré pensando un contenido que no sea meramente “el libro de Paulina Cocina”. Y de la misma manera que mi amigo de los veintipico quería conquistar chicas, intenté pensar qué podían querer todos ustedes. Tardé unos 4 minutos en descubrirlo, porque es lo mismo que quiero yo: resolver la cena diaria en poco tiempo, comer bien, rico y rápido. Sin delivery. Cocinar fácil. Y pasarla bien. La chancha y los veinte.
Podés llevarte mejor o peor con la cocina, disfrutar más o menos de cocinar, pero todos los días tenés que comer y, a veces, aunque tengas un blog de cocina, se te agotan las ideas. Otras veces no tenés muchas ganas. O estás cansado. O se te duermen los chicos. O querés tirarte a ver tu serie favorita. Y casi nunca tenés mucho tiempo.
Este libro contiene ideas simples, con ingredientes sencillos de conseguir y con recetas caseras, fáciles y rápidas, para todos los días. No te voy a enseñar a cocinar, pero te voy a compartir algunos platos que seguro hacen tu mesa menos monótona, a la vez que te solucionan la rutina diaria. Solo para que te quede tiempo, te relajes y te tires a mirar videos en Youtube… quien te dice caés en alguno mío.
P. C.