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Ambivalencia
ОглавлениеEs pertinente aquí traer a colación el concepto de ambivalencia, central en la economía vincular.
Recuperándolo en el contexto de una antropología psicoanalítica fuerte, que no se diluya en el atractivo de conflictividades menores, con lo que se pierden de vista los modos efectivos de ser en las relaciones entre los humanos.
De igual modo que no hay que olvidar que el complejo de Edipo y sus desenlaces, por más estéticamente mediado que esté, remite a una tragedia, y no a un minué entre figuras corteses.
Transcurriendo todo en el seno de una conflictividad social implacable y cruda, a la que Freud, como testigo de su tiempo, le dio amplia cabida, estableciendo puentes con lo que hallara en la clínica.
Claro está que después de la segunda guerra mundial un orondo bienestar (recordemos el así llamado Welfare State) recubrió los centros occidentales de poder, dando un marco de estabilidad grato y contagioso y restaurando hasta cierto punto ilusiones de preguerra.
En ese medio se desarrolló el psicoanálisis post-clásico, facilitando una inercia bienpensante e incluso edulcorada, que años después, conmociones sociales mediante, se constituyó en blanco móvil ideal para la izquierda psicoanalítica y también para la Escuela de Frankfurt y Lacan, con su tragicización de la condición humana, vía Sartre / Heidegger.
Todo esto no constituye un agregado desgajable de la singularidad de un análisis, sino que cala en su intimidad, y es fundamental para una concepción de la clínica que otorgue centralidad a los procesos de verdad.
Lo cual requiere profundizar en los de reparación y sublimación, mostrándonos sin idealizaciones todo lo que puede hacerse partiendo de la condición humana tal como es, en un medio histórico desgarrado por la paradoja de valores acumulados a través de luchas y de siglos que son destruidos meticulosamente por la misma civilización que los erigiera.
Surge en este punto el dilema de siempre, entre lo ínfimo de nuestro hacer y las magnitudes del juego histórico de fuerzas.
De donde el posible escepticismo o sentimientos de absurdo por la pequeñez de la nuestra o de cualquier artesanía, pero no hay que olvidar de qué modo pueden adquirir sentido y potenciarse exponencialmente, cuando las condiciones culturales se abren.
Todo esto sin negar las razones ciertas del malestar en la cultura, y sin pretender protagonismos surgidos de tentaciones psicoanalítico / mesiánicas.