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Elaboración
ОглавлениеLa elaboración es un camino sublimatorio singular, que implica retomar una y otra vez los materiales en crudo, sopesándolos, trabajando las resistencias y expandiendo lo que contienen, para recuperarlos en redes inteligibles y liberadas de la mala repetición.
Es decir, aquella movida por el odio y el masoquismo, o la mera inercia fomentada por las ideologías de la inmodificabilidad del mundo.
Si esas trampas se superan las intensidades perduran, pero como apuestas al servicio de ampliar el espacio mental de los participantes.
Todo esto a partir de los recuerdos, que como sabemos constituyeron en los comienzos la sustancia analítica por antonomasia.
Desde ellos, la concepción de “material” se fue ampliando, hasta abarcar todo aquello que se manifieste en el campo y pueda ingresar en el proceso transformacional.
Cierto ordenamiento temático no es desechable, pero se halla regido, como Madé y Willy Baranger lo han señalado muy bien6, por la captación y seguimiento de una lógica de las fantasías.
Que las registra en virtud de las intensidades que promueven, o de la aparición, a veces sorpresiva e iluminadora, de una Gestalt de inteligibilidad que es bienvenida en medio de la profusión de lo que circula.
Lo más difícil es, precisamente, acostumbrarse a lo interrumpido de las secuencias dramáticas que se esbozan, y a aceptar que se impongan un requerimiento, un dolor, una emoción cualquiera, que altera la cadena de sentidos por la que transitábamos.
Vicisitudes a contener en el espacio personal y en los espacios intermediarios que se van creando, sin pretender instalarlas a toda costa en una dramática hilvanada.
La manifestación emocional polivalente, con cierta pretensión de narrativa, es la materia prima por excelencia, que se sintetiza en la dupla fuerza / sentido, siendo una impensable sin la otra.
De donde la tensión permanente, en la historia del psicoanálisis, entre pulsionalidad y significancia.
En verdad la transferencia reúne, en una complejidad que define la sustancia psicoanalítica, la potencia de realización pulsional, las aperturas del deseo y las fantasías.
Que cualifican y dan forma a los materiales, siendo entonces el sustrato de simbólicas que pueden llegar a enunciarse, por lo que las transferencias no configuran un acaecer puntual, sino el universo propio y definitorio del campo.