Читать книгу Reflexiones para una Democracia de calidad en una era tecnológica - Rosa María Fernández Riveira - Страница 14

La democracia representativa requiere de intermediarios para que la participación política pueda realizarse. Esta se articula, sobre todo, a partir del ejercicio del voto. Completado, por un lado, con la capacidad para influir en las decisiones de los representantes y, por el otro, con un adecuado control popular de los actos de los gobernantes. En los tres casos (ejercicio del voto, capacidad de influencia y control de los gobernantes) los ciudadanos requieren la presencia de intermediarios. El primero de esos intermediarios son los partidos políticos que articulan el pluralismo social, permiten incorporar las aspiraciones de los ciudadanos y suministran los grupos dirigentes del poder bien mediante candidatos a representantes, bien mediante una pléyade de sujetos encargados de ejercer el poder en todos sus niveles. El segundo de los intermediarios está constituido por los medios de comunicación social que proveen al ciudadano de la información sobre los asuntos de interés público necesaria para formar su propia opinión y, con ello, ejercer responsablemente sus derechos de participación en la vida colectiva.

Aunque el papel de ambos intermediarios está en crisis nos interesa, en estas líneas, el segundo de ellos.