Читать книгу Acercamientos multidisciplinarios a las emociones - Rosario Esteinou - Страница 10
Introducción
ОглавлениеDesde la antigüedad, la filosofía se ha ocupado de las emociones aunque con frecuencia se les ha asignado un rol secundario frente a la razón: se ha discutido su naturaleza, su relación con la agencia y, sobre todo, en la filosofía clásica, su influencia para favorecer o impedir la acción moral. Para algunos, las emociones son vicios que hay que controlar, y no dejarse dominar por ellos. Las emociones se consideraban disruptivas de la razón, un obstáculo para la racionalidad práctica y un peligro para la autonomía de las personas. Algunos ejemplos preferidos son la cólera, el miedo en sus diferentes formas y grados, los celos y la envidia. Por otro lado, está la tradición de Hume y Adam Smith de considerar a algunas emociones como fundamentales para la acción moral: simpatía, respeto, compasión, indignación…, porque nos ofrecen razones y motivación para actuar, algunas a favor de nuestras obligaciones con otras personas: respeto, simpatía, empatía, ternura, amor; y otras como incentivos o como sanciones para actuar moralmente: culpa, vergüenza, remordimiento.
En las últimas décadas ha renacido el interés por la afectividad, sobre todo por las emociones. Las emociones constituyen actualmente un tema importante para disciplinas muy variadas,2 entre otras cosas, porque se ha investigado y puesto en duda la dicotomía drástica entre emoción y razón. La filosofía contemporánea se había ocupado más de otros estados mentales, principalmente de las llamadas “actitudes proposicionales”, como creencias, juicios, pensamientos, deseos, intenciones, etc.3 Ejemplos serían: “Juan cree que será posible vivir en Marte” o “María quiere que su hijo sea un gran científico”; y de las percepciones: de colores, de objetos, de estados de cosas, de situaciones, de ruidos, texturas, olores, sabores, etc. Las relaciones entre percepciones y creencias es una preocupación central de la filosofía, dado el interés por la adquisición de conocimiento y por el razonamiento. Sin embargo, la filosofía también ha estudiado otros estados y procesos mentales como las sensaciones, las imágenes, y más recientemente las emociones y otros estados afectivos, como los estados de ánimo, las disposiciones afectivas y temperamentos, entre otros.4 Actualmente existe un gran interés por estudiar los rasgos distintivos de las emociones y su relación con otros estados mentales.5