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Prólogo

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Cumplimento con sumo agrado la amable invitación de la autora a que redacte unas breves líneas en presentación de la monografía que el lector tiene entre sus manos.

En esta oportunidad, y a diferencia de lo que es usual en este tipo de textos, resulta ocioso dedicar una parte significativa de su contenido a presentar a la autora. Sofía Arana Landin viene desarrollando, desde hace tiempo, una reconocida e intensa labor docente e investigadora en la Facultad de Derecho de la Universidad del País Vasco, que compagina además en los últimos años con tareas de gestión desde la Dirección de Proyectos Internacionales del Vicerrectorado de Investigación de dicha Universidad. Labor de la que puedo dar testimonio directo, por compartir tales actividades docentes e investigadoras en la mencionada Facultad. Fiel reflejo de esta dedicación son un elevado número de publicaciones, que la hacen ya sobradamente conocida tanto por la comunidad universitaria como, en general, entre los profesionales y analistas de la fiscalidad, convirtiendo en estéril cualquier intento de glosar en unas pocas líneas sus obras y su denso curriculum.

El estudio presente, bajo el rotulo “Sostenibilidad y Fiscalidad”, constituye un atrevido y lúcido ensayo, muy bien documentado, en el que, tomando como eje principal a los tributos medioambientales, se analizan y denuncian las carencias de todo orden que presentan hoy en día los sistemas tributarios en funcionamiento, de dimensión estatal, y constreñidos a surtir efectos en sus respetivos territorios, para abordar y resolver con eficacia los retos y cuestiones que suscita un mundo globalizado y cada vez más interdependiente, como el actual, en el que muchos problemas requieren soluciones multilaterales de alcance internacional.

Sin duda, si un asunto está llamado a concitar de modo creciente la atención y los esfuerzos de toda la humanidad, y obliga a la adopción de medidas globales, de alcance internacional, este es el que surge a raíz del calentamiento del planeta y de las consecuencias de toda índole que provoca. Desde esta perspectiva, los tributos medioambientales arbitrados por los diferentes Estados, y en particular los de carácter disuasorio basados en el principio de que quien contamina paga, así como otras medidas de orden interno encaminadas a incentivar buenas prácticas medioambientales, se muestran insuficientes para resolver un problema que trasciende las fronteras de los países y en el que se hace necesario un esfuerzo de dimensión muy superior. La profesora Arana examina en el capítulo II de la obra, a partir de esta óptica, la situación de la fiscalidad sobre el medio ambiente, y partiendo de los acuerdos de Paris sobre el cambio climático –con los compromisos de reducción de gases de efecto invernadero–, y de las medidas adoptadas por la Unión Europea sobre el medio ambiente, desciende hasta el análisis de los tributos medioambientales establecidos en España, en las esferas estatal, autonómica y local. En este extenso recorrido surgen numerosas cuestiones colaterales, que la autora aborda con valentía, sin eludirlas jamás. Así, se hace eco de la paradoja que supone, desde la concepción plurinacional de la que parte, el hecho de que en nuestro país la tributación medioambiental sea en buena medida de carácter autonómico, lo que conduce a una fragmentación y dispersión acusada, resta visibilidad a estos tributos, y merma también su eficiencia al hacer onerosa y compleja su gestión. Y también afronta la abundante –por no decir desmedida– conflictividad suscitada por la aprobación de estos tributos, sistemáticamente recurridos por el Gobierno central, con una interpretación inflexible y más que cuestionable de las normas sobre la atribución de competencias, que ha dado lugar a una abundante doctrina del Tribunal Constitucional, también objeto de análisis y valoración.

A partir de este análisis crítico de la situación presente, focalizado en la tributación medioambiental, la profesora Arana apuesta decididamente por una solución de ámbito internacional, que supere los estrechos márgenes de actuación de las legislaciones nacionales. Sobre la base de experiencias ya en marcha, como las relativas a la unificación de bases impositivas en la tributación de las sociedades, y de la posible instauración de tributos plurinacionales ahora a debate –es el caso de impuestos sobre servicios digitales o sobre transacciones financieras–, se defiende que solo a través de instancias internacionales o mediante acuerdos multilaterales cabe superar las disfunciones e ineficiencias de las regulaciones internas. La autora es plenamente consciente de las dificultades que esa necesaria cooperación entre los Estados encierra, cuando perviven numerosas prácticas de competencia fiscal agresiva que persiguen atraer a las jurisdicciones nacionales a empresas y beneficios procedentes del exterior. Pero sostiene, con plena razón, que solo a través de medidas supranacionales es posible eliminar tales prácticas y alcanzar criterios comunes que conduzcan a políticas fiscales armónicas.

Hasta aquí una breve sinopsis de la obra, que sin embargo no hace honor a su elaborado y denso contenido, imposible de reflejar en unas breves líneas. El mérito indiscutible del trabajo es que su lectura mueve inevitablemente a la reflexión, y obliga a alzar el punto de mira con el que de ordinario se abordan las cuestiones tributarias, centradas las más de las veces en la mera exegesis de la legislación interna y en los efectos que dentro de esa reducida parcela provoca –tareas que en la obra tampoco se eluden–. La apertura del foco abre la puerta a discusión más amplia, de alcance global, imprescindible para enfrentarse a problemas que, como los medioambientales, son irresolubles desde una óptica meramente estatal. No solo ello, dicha perspectiva pone también de relieve otras carencias y limitaciones de los sistemas tributarios nacionales, entre las que cobran especial relieve las existentes, para respetar y dotar de auténtica eficacia a principios rectores esenciales como los de capacidad económica o igualdad. En este sentido, la desigualdad, creciente en muchos lugares, que aboca a amplios sectores de la población, incluso en países avanzados, a la pobreza extrema, se constituye también en un factor incompatible con la sostenibilidad, que deja patente la mencionada insuficiencia de los ordenamientos nacionales para su erradicación. La autora señala el problema y lo aborda con tino, poniendo el acento en las políticas fiscales que contribuyen a la generación de desigualdad, y en las medidas correctoras de orden internacional que permitirían paliarla. Es de nuevo una perspectiva especialmente idónea, que revela a su vez la insuficiencia y reducido alcance de tantos debates menores sobre la desigualdad que, aunque sin duda necesarios, a menudo no afectan apenas más que a unos pocos casos particulares o concretos. Añádase a todo ello que para la elaboración del estudio, además de haber acudido a la doctrina más próxima, de la que hace buen uso, ha manejado también una extensa bibliografía menos conocida, de origen anglosajón en su mayor parte, fruto de sus estancias académicas en universidades de Estados Unidos y otros países, aspecto que de nuevo enriquece el estudio y le dota de mayor amplitud.

Cabe concluir, en definitiva, que Sofía Arana Landin presenta un valioso estudio, original y novedoso, que no deja indiferente y que, como ya se ha dicho, fuerza a la reflexión, y al replanteamiento de los enfoques tradicionales en materia fiscal, que se limitan en tantas ocasiones a analizar los sistemas tributarios estatales en función de los efectos que producen en su ámbito interno exclusivamente, olvidando el impacto que cada uno de ellos, y en conjunto, ocasionan en el contexto internacional. En un mundo cada vez interdependiente, y en el que el tratamiento de los principales problemas rebasa ampliamente los márgenes de actuación de los Estados, se hace cada vez más necesario adoptar políticas comunes, que contribuyan a la resolución de tales problemas, y eviten que los instrumentos fiscales, en lugar de colaborar en dicho objetivo, se convierten en un factor que los agrave. Desde ese ineludible prisma el trabajo que se presenta merece especial atención. No resta más que felicitar a la profesora Arana por su excelente aportación e invitar a la lectura de la obra.

Marco Antonio Rodrigo Ruiz

Catedrático de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU)

Sostenibilidad y fiscalidad

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