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Cinco hombres vestidos de civil

Angelito desplegó la sexta edición de La Razón sobre el escritorio y acomodó los lentes para la presbicia casi en la punta de su nariz.

Leyó:

Una comisión policial de la brigada de San Martín compuesta por cinco hombres vestidos de civil llegó a la finca de la calle Gascón 257 siguiendo la pista de una banda de delincuentes. Según se les había informado, se reunía en ese lugar, una fábrica de separadores para baterías, en cuyo frente rezaba la inscripción “Masilbyrena S.R.L.”. En razón de que nadie respondía a los llamados, los representantes del orden optaron por introducirse en el local por los techos de un depósito de madera lindero, ubicado en Gascón 251.

Una vez en la fábrica, fueron recibidos a balazos por cuatro ocupantes que, anteriormente, se habían negado a responder al llamado policial. Fue así como se entabló el abundante intercambio de proyectiles. El sargento José Lezcano fue el primero en caer bajo las balas: cuatro proyectiles se incrustaron en su cuerpo y falleció en el acto. Otro sargento, José Sagasti (que junto con su colega fueron los dos únicos policías que lograron introducirse en la fábrica), se escudó detrás de un tacho de basura, pero igualmente varios proyectiles atravesaron el metal y se alojaron en su cuerpo. Los maleantes se dieron a la fuga aprovechando la tregua forzada. Un vecino, que oyó los pedidos de auxilio del sargento Sagasti, violentó la puerta de la fábrica y condujo al policía al Hospital Italiano, donde falleció poco más tarde.

La seccional policial 9, en cuya jurisdicción ocurrió el hecho, desconocía el procedimiento que realizaba la unidad de San Martín. Los delincuentes habrían entrado a la fábrica por los fondos al tener conocimiento de que una comisión policial vestida de civil los esperaba en la puerta del establecimiento. Cabe señalar, finalmente, que diversas fuentes consignan extraoficialmente que el tiroteo se produjo al intentarse la detención de René Bertelli.

Las autoridades de la comisaría 9 y de la unidad regional de San Martín registraron el local, donde encontraron 47 kilogramos de gelignita y material de propaganda comunista. En el procedimiento fue detenido un individuo identificado como José María Aponte.

El anteriormente mencionado Bertelli, acusado por autoridades policiales de Santa Fe de ser partícipe del asalto al Banco de Londres, sucursal Rosario, es un activo terrorista que está o estuvo vinculado sentimentalmente a la señora Nora Lagos, integrante de una distinguida familia santafesina quien, siendo directora del centenario matutino La Capital, puso al decano de la periodismo nacional al servicio del régimen totalitario.

Desde hace meses, Nora Lagos se encuentra detenida en la unidad correccional...

Angelito puteó a los diagramadores de La Razón y a su costumbre de usar una tipografía cada vez más chiquita, apoyó el diario en el escritorio, se masajeó los ojos con el índice y el pulgar de su mano derecha y miró a su socio, que en esos momentos entraba en la oficina de la empresa de importación-exportación que ambos habían montado.

–¿Así que no estás en cana?

Bertelli lo miró sorprendido y después sonrió.

–Me parece que no.

Angelito asintió.

–¿Tuviste algo que ver con el tiroteo de la calle Gascón? –alzó el diario y lo agitó, distraídamente– Acá dice que amasijaron a dos canas de la brigada de San Martín que te querían detener. A vos y a un tal Aponte.

Bertelli tomó La Razón de manos de Angelito y echó una rápida mirada a la noticia.

–Si los de la brigada de San Martín estaban operando de contrabando en la capital, lo más probable es que los hayan cagado a tiros los de la Federal. Y me quieren tirar el muerto a mí.

–Vas a tener que rajarte.

Bertelli se alzó de hombros.

–Ya estoy rajado.

–El que la va a pasar mal es ese tal Aponte –comentó distraídamente Angelito.

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