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1 PARRANDA REDNECK

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Entonces, ¿qué es un redneck de izquierdas? Bueno, francamente, lo de «de izquierdas» se explica bastante bien por sí mismo. Un «socialista», un «progresista», un «maricón de cuidado»; ya entendéis lo que queremos decir. Pero lo de «redneck» es un poco más peliagudo. Significa un montón de cosas distintas para un montón de gente distinta; en su mayor parte, cosas malas. Ahora bien, para que quede constancia, los autores realmente no llegamos a entender todo esto hasta que ya fue demasiado tarde10.

No nos malinterpretéis: sabíamos que era un término que se las traía, que venía bien cargadito (como la pipa de patata para fumar marihuana de nuestro tío). Al igual que muchos de nuestros colegas, nosotros también albergamos una especie de resentimiento (probablemente con aderezo ranchero)11 hacia la gente que se piensa que somos unos tarados/racistas/paletos/ endogámicos solo por ser del Sur. Así que parte de la mentalidad era: «¿Y bien? Somos rednecks. Nos la suda si les gusta o no». Pero veréis, nosotros crecimos en los años noventa, principios del 2000, los tres. Pensábamos que cuando la gente oía la palabra «redneck» pensaba en Jeff Foxworthy12. Y resulta que muchos piensan en Jefferson Davis13. No es que nos entusiasme particularmente que la gente nos mire por encima del hombro a causa del primero, pero lo que no llevamos nada bien es que la gente nos mire por sus retrovisores a causa del segundo. Así que necesitamos dejar las cosas claras, desde ya14.

Ser un «redneck» depende de quién seas y de dónde estés. Vamos a echarle un ojo a los antecedentes de la palabra para tratar de averiguar cómo llegamos a esto, para empezar.

HA NACIDO UN INSULTO

El término «redneck» se originó, a todas luces, en el Valle del Mississippi en algún momento del siglo diecinueve. En un principio se refería a la nuca quemada por el sol del blanco pobre que se pasaba todo el día deslomándose en los campos. Así que nació con intención no solo de insultar a una persona por su clase social, sino también por el color de su piel. Técnicamente, puede que los rednecks fuesen blancos, pero la clase dirigente quiso dejar meridianamente claro que los blancos pobres no eran sus iguales. Para vuestra información, los negros de la época también adoptaron el término. Desde sus primeras manifestaciones, «redneck» tenía por objeto describir a la gente blanca y pobre del Sur (sobre todo hombres) que los de arriba consideraban inferior o de clase baja.

Pues bien, ser difamado por ser pobre o inferior a menudo suele despertar compasión, pero no en el caso de la palabra «redneck». La razón es que el término incorpora connotaciones más viles que también pueden rastrearse hasta sus orígenes. Para empezar, ¿nunca os habéis preguntado por qué se quemaban tanto la nuca esos cazurros? Quiero decir, aún no tenían protector solar Hawaiian Tropic, pero aun así, ¿no podían proyectar un poco de sombra sobre esa desgraciada?15 Bueno, pues claro que podían, solo que decidieron no hacerlo. O, en cualquier caso, eso es lo que cuentan. Veréis, los esclavos recién liberados con quienes fueron obligados a trabajar en los campos llevaban sombreros ligeros de ala ancha que les proporcionaban cierto grado de sombra. Bueno, pues resulta que los antepasados redneck, claramente, no podían ser asociados con algo tan presuntuoso y burdo como el Puto Sentido Común, así que optaron por no ponerse aquellos sombreros a fin de diferenciarse de sus homólogos negros. Eran más estúpidos y más cabezotas que ellos, según parece16.

En los años posteriores a la instauración del término, la cosa fue adoptando más connotaciones de intolerancia y racismo, y menos de clase y estilo de vida. A mediados del siglo veinte, para mucha gente, un redneck era cualquier blanco intolerante de mente cerrada, independientemente de su formación; lo que a nosotros nos parece muy raro, dado que podemos dar por sentado que, por ejemplo, y de un modo bastante literal, hasta la última ricachona blanca estadounidense de la década de 1950 era racista sin complejos, y sin embargo nos cuesta imaginar que se les soliera aplicar ese término. Aun así, el racismo, la homofobia, la miserabilidad general de su condición, todas esas excelencias, se convirtieron en las principales características de un redneck.

No hay mucho de lo que enorgullecerse en eso, obviamente. Así que para los que crecieron en aquella época o para quienes se criaron bajo esa acepción de la palabra, para cualquier persona razonable o librepensadora, habría sido poco menos que incomprensible pretender siquiera soñar en identificarse como un redneck.

Y, aun así, era un hecho profundamente enraizado en nosotros, los autores.

¿Por qué? Bueno, pues porque algo sucedió antes de que alcanzáramos la mayoría de edad que acabó por distorsionar la percepción de la palabra. Veréis, a finales del siglo veinte, los rednecks empezaron a hacer lo que mejor saben hacer: sentirse condenadamente orgullosos de movidas que a la mayoría de la gente le parecen rematadamente estúpidas. En este caso, el mote en sí.


El manifiesto redneck rojo

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