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De palique en el porche con Trae
ОглавлениеEste capítulo me resulta extremadamente personal, por razones que probablemente ya os resulten obvias. He vivido esta jodienda, sí. De primera mano. Fue mi vida. Así que tiendo a encenderme bastante con este tema, sobre todo cuando los de derechas dicen que los pobres son unos vagos, unos consentidos, unos gorrones, un lastre para la sociedad y todas esas mamarrachadas. Me subleva porque sé, más allá de toda duda, que esa gente no tiene ni puta idea de lo que es vivir así. No saben lo que es la lucha. Bueno, pues yo sí. Y por eso no llevo nada bien que gente que, manifiestamente, no tiene ni puta idea de lo que está hablando venga a darme lecciones sobre mi experiencia vital.
Me imagino que la mayoría de los que lean este libro estarán más o menos de acuerdo con lo que estamos trazando. Pero estoy seguro de que habrá alguno que no lo esté (y os agradezco que sea así, que quede claro). Esos leerán casi todo este capítulo con disgusto. «Y venga a poner excusas. Nada de asumir responsabilidades». Bueno, pues con toda sinceridad, me gustaría saber realmente de qué tengo que excusarme. Antes de que mi primer vídeo se hiciese viral, yo ya tenía un Máster en Administración y Dirección de Empresas y un trabajo en el que negociaba contratos federales multimillonarios. He sido económicamente independiente desde el día que cumplí los dieciocho y de adulto no he recibido ni una sola vez dinero del Estado; ni de nadie, ya que nos ponemos. Me pagué la universidad sirviendo mesas y con becas de estudios que me gané por mis propios medios. Según sus estándares (los de los republicanos) hice las cosas del modo correcto. Soy la antítesis de lo vago y de lo consentido.
Soy el modelo del Sueño Americano y, de no ser por los cupones de comida, de crío me habría muerto de hambre. Os estoy diciendo (me dirijo a cualquiera de derechas que esté leyendo esto) que deberíais tener más mano izquierda, y nunca mejor dicho, porque estáis muy equivocados. Yo soy la prueba viviente, palpitante, creadora de empleo, de que esos sistemas pueden funcionar. Son necesarios. Y, es más, la alternativa es insostenible. Una sociedad civilizada vela por sus miembros más desafortunados, por Dios Santo (y a todas luces Ficticio).
Sí, gente de derechas, os equivocáis con los pobres. Os agarráis a lo que tiene sentido para vosotros y a lo que os han contado vuestros papás, pero no tenéis ni puta idea de la realidad. Algunos puede que oigáis mi historia y afirméis que yo soy la prueba viviente de que no importa de dónde proceda uno: si se asume la responsabilidad y se trabaja duro, se alcanza el éxito. Sí, bueno, pues el asunto es este: yo soy un caso atípico. Una anomalía. Y no tengo ni la más mínima explicación para esto. De verdad que no. A veces la gente me pregunta cómo logré sobreponerme a las circunstancias de mi educación y, os lo digo en serio, no lo sé. Lo hice y punto.
Mi madre tenía una hermana, y su hermana tenía dos hijos, mis primos hermanos. Estuve muy unido a BJ cuando éramos críos. Para mí era como un hermano. Se puede decir que tuvimos, más o menos, la misma infancia, y también muchos de los mismos genes. Enterramos a BJ en 2015. Murió de sobredosis después de años de adicción y condenas de prisión. Lo miré en el ataúd y pensé para mis adentros: «¿Por qué él y no yo?». ¿Por qué divergieron de un modo tan profundo nuestros caminos a pesar de haber empezado más o menos en el mismo sitio? Porque veréis, la mayoría de la gente que comparte mis circunstancias acaba muerta o entre rejas, en un porcentaje elevadísimo. Pero yo me libré. Y no tengo ninguna buena respuesta para explicar el motivo.
Para vuestra información, tampoco la tiene la sociología. Pero existe un fenómeno conocido como «resiliencia». Algunos niños de entornos altamente desfavorecidos son resilientes, y no saben por qué. Así que al menos le han puesto un nombre a la movida, supongo. Pero lo que quiero decir con todo esto es que yo no soy en absoluto la prueba viviente de que cualquiera puede alzarse de la pobreza siempre que se lo proponga. Yo soy la excepción, no la regla. Pero dado que he tenido la extraordinaria fortuna de ser dicha excepción, trato de utilizar mi posición para implorarle a la gente de derechas que por favor, por lo que más quieran, se fíen de lo que les está diciendo alguien que lo ha vivido en su propia piel: os equivocáis con respecto a los pobres. De lleno. Y vuestra equivocación es peligrosa.
Nacer pobre es una carga cuyas proporciones resultan muy difíciles de cuantificar. Es muy difícil, por muy motivado y disciplinado que seas, librarte de la pobreza. A mí me llevó treinta años ponerme al día desde el punto de vista económico, y soy un puto fenómeno cultural. Así que haced el favor de dejar de actuar como si fuese tan sencillo como «calzarse las botas». A ver, colega, recórrete un par de kilómetros con las botas de un pobre y luego si quieres hablamos un rato de calzado.
Y ya para terminar quisiera hacer constar que me gustaría que la gente de derechas dejase de cagarse en los pobres, primero por una mera cuestión de principios, pero también porque, lisa y llanamente, no me lo trago. Les encanta cacarear acerca de la «responsabilidad personal» y sobre que lo único que de verdad desean es que los pobres se hagan cargo de su destino y se eleven por encima de su posición. Desean ese éxito para todos, eso es lo que dicen. Solo que no, ni de puta coña. No nos lo tragamos. No queréis esa mierda ni por un segundo.
Si todos los pobres rompiesen real y verdaderamente los grilletes de la pobreza y accediesen a una posición superior, ¿a quiénes menospreciarían los de derechas? ¿A quiénes explotarían para su beneficio? ¿A quiénes podrían echarles la culpa de todo cuando las cosas se fuesen por el sumidero? Los ricos tienen millones de motivos para que los pobres se queden exactamente donde están. Por la cuenta que les trae. Así que dadle un par de vueltas a eso la próxima vez que vayáis a la urna. Es lo único que os pido.
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50. Buen trabajo, Nuevo México. ¿Qué clase de estado se permite a sí mismo figurar entre los diez primeros? Oh, vale. Culpa nuestra. Vosotros seguid adelante, tíos... algún día llegaremos.
51 «Wake up, America!», canción de la Primera Guerra Mundial compuesta en 1916 por George Graff, Jr. y Jack Glogau. En la partitura aparecía el viejo personaje del Tío Sam, imagen que solía utilizarse para reclutar a los ciudadanos y mandarlos a morir lejos.
52. No agujero negro tipo retrete de parada de camioneros, sino tipo cosmos.
53 El té kombucha, o simplemente la kombucha, también hongo manchuriano, hongo de té u hongo chino, es una bebida fermentada de ligero sabor ácido obtenida a base de té endulzado que se fermenta con una colonia visible de microorganismos (bacterias y levaduras) de aspecto gelatinoso a la que se denomina «madre». De nuevo la coña recurrente con el consumo desenfrenado de té dulce en el Sur: hay que ser un descerebrado para beberse ese mejunje tan asqueroso y no es de extrañar que estén tan orondos.
54. #JustSouthThings [#LasCosasDelSur].
55. Con «peculiar» queremos decir: «la hostia de horrible».
56. Al igual que la música de Jason Aldean [Básicamente, un cantante de música country vomitivo].
57 Para referirse de un modo coloquial a la recepción mensual de estos ingresos del gobierno se suele utilizar la expresión «drawing a check», «firmar un cheque» o, más literalmente, «dibujar o trazar una marca de verificación: ?».
58 La Marea Roja es como se conoce popularmente al equipo de fútbol americano de la Universidad de Alabama, el Alabama Crimson Tide.
59 Mark William Callaway, conocido en el ring como «The Undertaker» [«El Enterrador»] es un legendario luchador profesional de Texas. Destronó a Hulk Hogan como campeón de la WWF en 1991. Una mala bestia.
60 Movimiento de la lucha libre profesional en el que el oponente es alzado, por lo general hasta sentarlo en los hombros del atacante, para luego estamparlo dejándose caer de espaldas contra la lona.
61. Que lo son.
62. Nota importante: no son mutuamente excluyentes. Ver: la madre de Trae.
63. Con la excepción de literalmente cualquier cosa que se haya emitido en la CMT [Country Music Television] en los últimos quince años.
64. Bromeamos. Beam no es lo bastante barato. Más bien sería Evan Williams o el Viejo Tío de Bobby Que Destila Licor en un Radiador.
65. Las dos últimas nos las hemos inventado, pero seguro que os las habríamos colado.
66. La gente no arruinaría su vida con esa mierda si no fuese divertida, ¿vale? Damos por hecho que aquí todos somos adultos.
67 Franquicia de peluquerías. La compañía se fundó en San Francisco en 1975 y ya cuenta con más de 2400 locales en Estados Unidos.
68 Nombre con que suele denominarse a la industria farmacéutica global tras la que se fraguan jugosas teorías de la conspiración.
69. ¡¿Aún no estáis groguis?!
70 «Not in my America!». Proclama patriotera a la que en los últimos tiempos, por cierto, recurren mucho ciertos círculos izquierdistas blancos como símbolo de resistencia ante las medidas de Donald Trump.
71. Aunque garantizamos que hay una cuota equitativa de borrachuzos a los que les han dado una buena colleja con una Biblia, por si sirve de algo.
72. La verdad es como las realidades, pero golpea más fuerte. Ya veréis.
73. El Sur es Matt Damon, nosotros somos Robin Williams. Todos vosotros sois la Academia. Nos gustaría daros las gracias.
74 Cóctel a base de whisky de centeno o de bourbon. Parece ser que fue creado en Louisville, en el siglo XIX, en un bar llamado The Pendennis Club, cuyo barman llevaría luego la receta al Hotel Waldorf-Astoria de Nueva York. Un cóctel, por tanto, con solera, de ahí su nombre: «pasado de moda» o «de toda la vida».
75. Que conste en acta que no hay nada malo en cepillarse a chicas de fraternidades.
76 Examen estandarizado para la admisión universitaria en Estados Unidos.
77. Johnny Manziel. Un gilipollas profesional forrado de pasta que también se dedicó un tiempo a jugar al fútbol.
78. Y si Randy fuese negro, ya ni te cuento; ni hablaríamos de lo de conseguir un curro talando árboles.
79. Ahí vamos de nuevo, a volarle la quijotera a la peña con nuestras reveladoras reflexiones.
80. Posiblemente, la peor clase de gusanos que existe.
81. Un saludo para The National por su canción «Bloodbuzz Ohio». No son rednecks, pero aun así molan.
82 Senador de Estados Unidos por el estado de Texas. En 2016 se presentó como precandidato a las elecciones presidenciales por el bando republicano. Lo tiene todo: es provida a saco, está en contra del matrimonio homosexual, a favor de la pena de muerte y no cree en el cambio climático.
83. Ted Cruz es un «skinwalker»[En la cultura de los indios navajo, un tipo de brujo pernicioso capaz de transformarse en el animal cuya piel se ponga encima] y un demonio de las Tinieblas.
84. Aunque, insistimos, este es nuestro libro, qué cojones.
85. Estamos hablando de despertarse, colegas.