Читать книгу El manifiesto redneck rojo - Trae Crowder - Страница 19

De palique en el porche con Trae

Оглавление

Mucha gente no se da cuenta de lo entretejida que puede llegar a estar la beneficencia en el tejido social de ciertas comunidades. En mi pueblo, Celina, en Tennessee, la ayuda del Estado está tan arraigada en la experiencia común que la gente realmente no es consciente de que no la recibe todo el mundo. Cuando mi hijo mayor era todavía un bebé, volví al pueblo y fui a visitar a un viejo amigo de infancia. Él también tenía hijos, así que, naturalmente, la conversación acabó gravitando hacia los inconvenientes de Ser Padre. Dado lo quejica insufrible que soy, empecé a lamentarme del precio de los pañales, de la fórmula para lactantes, etc... Ya sabéis, mierda de bebé. Bueno, no mierda de bebé de verdad, aunque también hablamos bastante de esa mierda, os lo aseguro. En definitiva, del coste de tener hijos. Noté que parecía confundido, y entonces tuvo lugar este diálogo:

MI COLEGA DE TODA LA VIDA: Un momento, ¿no recibes lo del WIC? [WIC son las siglas de Mujeres, Lactantes y Niños («Women, Infants, Children) y es un programa federal de ayudas para sufragar a las madres y a los niños pobres].

YO: ¿Qué? No, tío. Joder, ya quisiera.

MI COLEGA DE TODA LA VIDA: Pues socio, deberías apuntarte. No sé a qué estás esperando. Ayuda un montón. Te dan leche, pañales, zumos, toda clase de movidas. Y por la cara. No veas cómo cambia la cosa.

YO: A ver... Seguro que sí, tío, pero yo no cumplo los requisitos.

MI COLEGA DE TODA LA VIDA: ¿A qué te refieres? Esas ayudas se las dan a todo el mundo. Solo tienes que apuntarte.

YO: Estoy seguro de que no es así.

MI COLEGA DE TODA LA VIDA: Yo solo te digo, tío, que vayas y lo mires. Por cierto, ¿te enteraste de lo de Carla Cherry?

YO: ¿Lo de que se ha puesto tetas nuevas?

MI COLEGA DE TODA LA VIDA: Madre mía.

YO: Ya ves.

MI COLEGA DE TODA LA VIDA: Ya ves.

Al día siguiente fui a mirar lo del WIC aun estando al noventa y cinco por ciento seguro de que mi colega se equivocaba de cabo a rabo. Resultó que, en efecto, estaba superequivocadísmo. Para la cantidad de dinero que yo estaba ganando en aquella época (alrededor de setenta mil dólares al año), tendría que haber tenido siete críos para poder optar a esas ayudas. Ahora bien, no me malinterpretéis, a mí me pareció de lo más razonable. Nadie debería recibir cosas gratis del Estado solo por su cara bonita, pero tenía que verlo con mis propios ojos. Porque ahí está el tema: mi amigo es un tipo inteligente y una de las mejores personas que conozco, pero apenas ha salido de Celina, y en Celina todo el mundo reúne las condiciones necesarias para obtener las ayudas del WIC porque en Celina todo el mundo es pobre. Él realmente no tenía ni idea. Así de sistémica puede llegar a ser la pobreza.

El manifiesto redneck rojo

Подняться наверх