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¿CÓMO CONOCEMOS A LA PERSONA DESDE LAS PERSPECTIVAS FILOSÓFICAS Y TEOLÓGICAS?
ОглавлениеDesde los puntos de vista filosófico y teológico, la búsqueda del conocimiento de uno mismo puede clasificarse en cuatro dimensiones antropológicas, que permiten obtener una síntesis de nivel superior sobre el conocimiento de uno mismo y los demás, situando este conocimiento dentro de un contexto racional.
En primer lugar, los humanos se conocen a sí mismos a través del reconocimiento personal de su propia existencia, cogniciones y afectos. La máxima de Delfos es «conócete a ti mismo». Este es uno de los aforismos filosóficos más antiguos (Platón, ca. 370 a. C./2001, 229e). Expresa una sed de sabiduría comúnmente experimentada (Rom 12:2-3; Gál 6:3) que es más profunda que el conocimiento particular de la música y las artes, o de las ciencias y las matemáticas, o de la psicología y la sociología. Implica dimensiones personales, éticas y sapienciales.
En segundo lugar, el conocimiento de los demás nos conduce a una comprensión más profunda de uno mismo que la que podría obtener uno solo. La humanidad es social por naturaleza y por vocación. Aprendemos acerca de nosotros mismos a través de la comprensión de nuestro ser, masculino o femenino, a través de las interacciones con nuestras familias, y como respuesta a nuestras vocaciones básicas para la realización. No solo existe el conocimiento interpersonal, que llega a través de las primeras sonrisas y signos de afecto de la madre y la educación de los padres, sino también el conocimiento sistemático y científico de la persona en relación, a través de las ciencias sociales y la psicología (MacIntyre, 1999).
En tercer lugar, la experiencia de la realidad (el libro de la naturaleza o la creación) proporciona una base para el conocimiento intuitivo y el juicio metafísico sobre la existencia, la bondad, la verdad, las relaciones, la belleza y la fuente de todo ello, es decir, Dios (Rom 1:19-20; Aquino, 1273/1981; Maritain, 1959; Schmitz, 2009).
En cuarto lugar, la experiencia de la Revelación Divina (el libro de la Palabra de Dios) comunica una información más precisa sobre Dios y sobre las vocaciones humanas, la historia de la salvación, la ley moral natural y la ley divina (Lc 8:10; Juan Pablo II, 1998, §4, §9, §19; Vaticano II, 1965a). Este conocimiento de Dios conduce a una mayor comprensión, intra e interpersonal, especialmente en lo que respecta al carácter personal de la llamada a la realización final (2 Pe 1:2-9).