Читать книгу Un Meta-Modelo Cristiano católico de la persona - Volumen II - William Nordling J. - Страница 44
¿POR QUÉ DISTINGUIR CONOCIMIENTO SENSORIAL-PERCEPTIVO-COGNITIVO E INTELECTUAL?
ОглавлениеPara resistirnos a reducir la persona a la mente y la mente al cuerpo, necesitamos identificar de manera sólida la unidad espiritual cuerpo-alma de la persona, como fuente de conocimiento tanto sensorial-perceptivo como intelectual-lingüístico. Si los humanos fuésemos simplemente seres materiales, es decir, si cada persona no fuese una unidad cuerpo-alma espiritual, no necesitaríamos distinguir la cognición sensorial-perceptiva del conocimiento intelectual. Solo tendríamos las capacidades sensoriales-perceptivas-cognitivas a través de las cuales percibimos los colores, percibimos las cosas de color y nos repelen las cosas que son peligrosas o nos atraen las que son beneficiosas. O, si fuéramos materialistas, podríamos mantener que existe una estructura neuronal superior que explica nuestra comprensión fundamental de la verdad y la atracción por el bien, así como la relacionalidad humana y otras realidades inmateriales. Pero se ha demostrado de forma convincente que la unidad cuerpo-alma humana es la forma más útil de entender cómo experimentamos algo más que cognición y emoción sensorial-perceptiva y sus correlatos neuronales (Beauregard y O’Leary, 2008; Nagel, 2012; Vitz, 2017). A través de la observación y el juicio racional podemos identificar las primeras causas y principios (Aristóteles, ca. 350 a. C./1941a) de la dimensión intelectual (incluyendo la lingüística) y espiritual de cada persona, que nos proporcionan una explicación basada en el significado y dirigida a un propósito (teológico), más allá de lo que valoramos como personas.
Decir que una persona es una unidad cuerpo-alma espiritual (unidad hilomórfica) es diferente a decir que una persona es una mente, o un corazón, o un alma, o un cuerpo, o un espíritu (capítulo 8, «Plenitud personal»). No obstante, se considera que las capacidades sensoriales primarias y las capacidades perceptivas de orden superior constituyen el fundamento del conocimiento sensorial-perceptivo (de abajo arriba), así como las capacidades intelectuales (incluidas las lingüísticas) y espirituales (incluida la gracia de Dios) se consideran la fuente del conocimiento intelectual (de arriba abajo).
¿Qué es el conocimiento sensorial-perceptivo? La cognición sensorial-perceptiva se refiere a sentir y percibir cosas particulares. Por ejemplo, a través de nuestros sentidos primarios sabemos que un objeto está en la gama de los rojos (rosa), o que el sonido nos evoca intensidad (Mozart), que el olor es picante (gorgonzola), que el sabor es amargo (chocolate) y que el objeto es áspero (papel de lija). Pero también a través de nuestras percepciones cognitivas tenemos recuerdos de una persona, imágenes de la persona en un nuevo entorno, y atracciones a lo que es útil y repulsión a lo que es peligroso para la persona (capítulo 13, «Sensorial-perceptiva-cognitiva»).
El conocimiento sensorial-perceptivo-cognitivo se alcanza a través de los sentidos externos del tacto y las claves propioceptivas, la vista, el oído, el gusto y el olfato, que son cinco formas diferentes de recibir información sobre el mundo. También incluye las cogniciones perceptivas de orden superior —como la capacidad sintética, la imaginación, la memoria y la capacidad de evaluación— que son otras formas de recibir y procesar la información básica de la realidad (Ashley, 2013). De particular interés, la capacidad de evaluación constituye una percepción de orden superior, percibimos bajo nuestra forma personal que una persona o cosa es encantadora o insoportable, atractiva o repulsiva.