Читать книгу Un Meta-Modelo Cristiano católico de la persona - Volumen II - William Nordling J. - Страница 48
¿QUÉ TIPO DE VERDAD PUEDE ALCANZAR LA RAZÓN HUMANA?
ОглавлениеA través de la cognición intelectual, buscamos conocer la verdad sobre nosotros mismos, sobre otras personas y sobre el mundo mismo. Tomada en su totalidad, esta capacidad no solo es subjetiva y personal, sino también objetiva con respecto al conocimiento común que el intelecto capta sobre la condición humana y sobre el universo, origen y fin últimos de todo lo que existe. Según Juan Pablo II (1993), la vocación intelectual humana está ligada a dos factores: la verdad y la libertad. A través del conocimiento, la comprensión y la dedicación a la verdad, los seres humanos expresan no solo una libertad frente a la ignorancia (que siempre es solo parcial) sino también una libertad para cumplir humildemente su vocación, como buscar el amor, la bondad y la santidad; fundar familias y criar hijos; y trabajar con fines constructivos, incluida la participación en la sanación de los necesitados (capítulo 16, «Volitiva y libre»).
Aunque la comunidad científica busca una comprensión más completa de la verdad de los hechos, en general, la revelación de la verdad de cada persona es limitada y continua. Una búsqueda de la verdad fáctica y la verdad personal es inadecuada para comprender a la persona sin la búsqueda de la fuente última del ser. El conocimiento de la naturaleza de la humanidad, la belleza de cada persona y la expansión del universo es incompleto sin el reconocimiento de su trascendente primera y última fuente (White, 2009). No obstante, el pleno conocimiento de la fuente trascendente y el fin de la vida y la verdad, que es Dios, no se puede alcanzar con la razón humana sin ayuda. Requiere una autorrevelación divina que no es un logro humano sino un don de Dios (Ex 3:14-15; Jn 14:6; 1 Cor 2:9-13). Aunque el conocimiento humano de la verdad sea limitado, existe una fuente de la verdad, Dios, que es también la fuente de la existencia, la bondad, la comunión y la belleza. La perspectiva católica ofrece su visión, humildemente, sobre cómo toda verdad participa en la única fuente de la verdad absoluta, cada una en función de su naturaleza (Juan Pablo II, 1998; MacIntyre, 1990, p. 200; Wojtyła, 1993, 2011).