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CONTROLAR LA RESPUESTA DE ESTRÉS:
LA TORRE DE VIGILANCIA

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Si la amígdala es el detector de humo del cerebro, los lóbulos frontales (y concretamente la corteza prefrontal medial),12 situados directamente encima de nuestros ojos, podrían ser la torre de vigilancia, que ofrece una visión de la escena desde las alturas. El humo que estamos oliendo, ¿es la señal de que se nos está quemando la casa y tenemos que salir corriendo, o procede del bistec que pusimos sobre un fuego demasiado intenso? La amígdala no hace estas valoraciones; solo nos prepara para luchar o escapar, incuso antes de que los lóbulos frontales puedan ponderarlo con su evaluación. Siempre y cuando no estemos muy alterados, los lóbulos frontales pueden restaurar el equilibrio y ayudarnos a darnos cuenta de que estamos respondiendo a una falsa alarma y abortar la respuesta de estrés.

Generalmente, las capacidades ejecutivas de la corteza prefrontal nos permiten observar qué está sucediendo, predecir qué sucederá si realizamos una acción determinada y tomar una decisión consciente. Ser capaces de analizar tranquila y objetivamente nuestras ideas, sentimientos y emociones (una capacidad que llamaré «mindfulness» a lo largo del libro) y luego tomarnos el tiempo necesario para responder permite al cerebro ejecutivo inhibir, organizar y modular las reacciones automáticas preprogramadas en el cerebro emocional. Esta capacidad es crucial para preservar nuestras relaciones con el resto de los seres humanos. Mientras nuestros lóbulos frontales funcionen correctamente, es improbable que perdamos los nervios cada vez que el camarero nos traiga tarde nuestro pedido o que un agente de una compañía aseguradora nos deje esperando al teléfono. (La torre de vigilancia también nos dice que la ira de los demás y las amenazas dependen de su estado emocional). Cuando este sistema falla, nos convertimos en animales condicionados: en el momento en que detectamos peligro, automáticamente nos ponemos en modo de lucha o huida.

En el TEPT, el equilibrio crítico entre la amígdala (detector de humo) y la corteza prefrontal medial (la torre de vigilancia) cambia radicalmente, complicando mucho más el control de las emociones y los impulsos. Los estudios basados en las neuroimágenes de personas en estados muy emocionales revelan que el miedo, la tristeza y la ira intensos aumentan la activación de las regiones cerebrales subcorticales involucradas en las emociones y reducen la actividad en varias áreas del lóbulo frontal, especialmente la corteza prefrontal medial. Cuando esto ocurre, las capacidades inhibidoras del lóbulo frontal fallan, y las personas «pierden la razón». Pueden sobresaltarse como respuesta a cualquier sonido alto, enfadarse mucho por pequeñas frustraciones o quedarse paralizadas cuando alguien las toca.13


De arriba abajo o de abajo arriba. Las estructuras del cerebro emocional deciden qué percibimos como peligroso o seguro. Existen dos maneras de cambiar el sistema de detección de las amenazas: de arriba abajo, a través de mensajes moduladores desde la corteza prefrontal medial (no solo la corteza prefrontal); o de abajo arriba, a través del cerebro reptiliano, mediante la respiración, el movimiento y el tacto.

El manejo efectivo del estrés depende del equilibrio entre el detector de humo y la torre de vigilancia. Si queremos gestionar mejor nuestras emociones, nuestro cerebro nos da dos opciones: podemos aprender a regularlas de arriba abajo o de abajo arriba.

Conocer la diferencia entre la regulación de arriba abajo y de abajo arriba es crucial para comprender y tratar el estrés traumático. La regulación de arriba abajo implica reforzar la capacidad de la torre de vigilancia para supervisar nuestras sensaciones corporales. La meditación consciente y el yoga nos pueden ayudar a hacerlo. La regulación de abajo arriba significa recalibrar el sistema nervioso autónomo (que, como hemos visto, se origina en el tronco cerebral). Podemos acceder al SNA a través de la respiración, del movimiento o del tacto. La respiración es una de las pocas funciones corporales que está bajo un control consciente y autónomo. En la parte 5 de este libro exploraremos técnicas concretas para aumentar la regulación de arriba abajo y de abajo arriba.

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