Читать книгу Autonomía, dependencia y servicios sociales - Carmen Alemán Bracho - Страница 47

V. CONCLUSIONES

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La cuestión de la dependencia muestra la complejidad de factores que operan en su definición como problema social y muestra cómo a través de ella es el conjunto del orden social el que se encuentra en crisis.

Resulta significativo, el amplio consenso internacional y nacional en el tratamiento de la cuestión de la dependencia, frente a otras cuestiones sociales como la del empleo, la educación, los servicios sociales o la conciliación en las que se advierte una falta de acuerdo sistemática y de financiación, incluso en un contexto de pandemia mundial por la Covid-19.

Como se hace constar en los diversos documentos legitimadores y en la normativa de atención a la dependencia, el discurso político y científico se basa en la emergencia del envejecimiento de la población y del cambio en el modelo de familia con la incorporación de la mujer al mercado de trabajo. Sin embargo, estas narrativas no mencionan los factores económicos y culturales que inciden en la cuestión de la dependencia y que tienen tanto o más peso en el tratamiento de la cuestión.

Aunque envejecimiento no es sinónimo de dependencia, existe una fuerte identificación de ambos términos en las narrativas públicas internacionales y nacionales, así como en su gestión y financiación. La tesis argüida en este capítulo es que la razón reside en la cuestión del sostenimiento de 1) las democracias representativas (voto) y 2) la cuestión económica o de sostenibilidad-financiación de los sistemas de bienestar.

La cuestión de la dependencia es, como se ha visto, una cuestión relevante en los países occidentales por cuanto genera una importante crisis de legitimación y financiación de los regímenes de bienestar. Es así como algunos autores la categorizan como el “cuarto pilar del bienestar”, desplazando así a los servicios sociales con una orientación más universalista, dirigida a todos los ciudadanos, independientemente de sus condiciones de existencia o clasificación etaria.

Por otra parte, la mayor parte de los datos disponibles se encuentran centrados en la población mayor y están desactualizados; lo que complejiza el análisis en la situación actual sobre la dependencia. No obstante, la naturaleza y característica de los datos disponibles marcan expresan una atención estadística en determinado sector de la población, desdeñando a otros. Esta cuestión resulta de verdadera importancia para acceder al proceso de construcción y a la gestiona la cuestión de la dependencia en España.

Por último, una dotación económica insuficiente para la provisión de servicios y prestaciones en la atención a la dependencia, unidas a las dificultades de acceso al empleo, a la vivienda, etc. conlleva una nueva orden de crisis denominada como la “crisis de los cuidados”. Dicha crisis es sólo la punta del iceberg de un sistema débil y precario desde sus inicios y que encuentra en el manejo de la cuestión de la dependencia una justificación para introducir cambios socioeconómicos y políticos, sin alterar el orden social instituido.

De hecho, la gestión política de la dependencia resulta coyuntural (provisión de servicios, aumento o contención del gasto social, etc.) porque incide mayoritariamente en la cuestión del envejecimiento de la población; pero no estructural porque no revisa, ni financia, ni actualiza los fundamentos del envejecimiento poblacional relacionados con el mercado de trabajo, la vivienda, la educación, etc.

Autonomía, dependencia y servicios sociales

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