Читать книгу Dignidad y equidad amenazadas en la sociedad contemporánea - Clara Martínez García - Страница 11

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AMÉRY, J., Jenseits von Schuld und Sühne. Bewältigungsversuche eines Überwältigten. Szczesny, Múnich, 1966.

AMÉRY, J., Par-delà le crime et le chatiment, Actes Sud, Paris 1995.

DYSMAS DE LASSUS, Risques et dérives de la vie religieuse, Cerf, París 2020.

FERRATÉ J., Líricos griegos arcaicos, El Acantilado, Barcelona 2000, p. 75.

GARCÍA-BARÓ, M., Gorgias. La paz es la búsqueda de la verdad, Sígueme, Salamanca 2010.

HENRY M., La barbarie, Grasset, París 1987.

HUME, D. (BEAUCHAMP, T., ed.), An Enquiry concerning the Principles of Morals (Oxford Philosophical Texts), Oxford U. Press, Oxford y Nueva York 1998.

NIETZSCHE, F., La genealogía de la moral, Alianza, Madrid 1972.

Ibid.

1. El fragmento pertenece a la tercera elegía en la edición clásica de Diels y la traducción la tomo de FERRATÉ J., Líricos griegos arcaicos, El Acantilado, Barcelona 2000, p. 75. Se trata de un antecedente directo del nacimiento de la filosofía, ya que Solón experimentó cómo la inteligencia humana puede lograr enderezar, siquiera en parte, gracias a la buena legislación (eunomíe), esta perversa tendencia que casi se diría que pertenece a la naturaleza humana. Este maravilloso poema sapiencial resuena en la platónica República cuando, en el libro II, el Estado que parece al filósofo ya perfecto, lo encuentran sus interlocutores, los hermanos mayores de Platón mismo, aristócratas ricos, nada más que una “ciudad de cerdos” (372d). Justamente falta en ella la hinchazón, el cáncer (onkos) de la avaricia (Sócrates es quien califica así al principio fundacional de los Estados militarizados y en los que la división de clases y la división de profesiones son instrumentos necesarios de la avaricia. Y no otra es la razón del célebre juicio de san Agustín: Remota iustitia quid sunt regna nisi magna latrocinia? quia et latrocinia quid sunt nisi parva regna? (De civ. dei IV, 4).

2. HUME, D. (BEAUCHAMP, T. Ed.), An Enquiry concerning the Principles of Morals (Oxford Philosophical Texts), Oxford U. Press, Oxford y Nueva York 1998, p. 82.

3. Op. cit., 83.

4. Con matices, la descripción no tiene por qué variar demasiado si se aplica a los casos, ahora por fin claramente debatidos y condenados en la zona sana de la sociedad, del abuso de conciencia, de poder, de autoridad y sexual. No solo el psicópata ve en su víctima algo inferior; aunque este fenómeno nos horrorice, someter a otro prolonga un egoísmo que está quizá presente en potencia en cualquier ser humano. Alguien (aún) no enfermo viola la conciencia y el cuerpo del otro olvidando su condición humana (o incluso gozando diabólicamente con el hecho de ver en el otro alguien parecido a uno mismo pero vencido y ya solo considerado un instrumento de la satisfacción de las mil formas del egoísmo).

5. Op. cit., p. 86.

6. Op. cit., p. 88.

7. En el verano de 2020, la Universidad de Edimburgo ha dejado de llamar a uno de sus edificios Torre David Hume, por presiones correspondientes al movimiento Black Lives Matter. Para esta decisión se han hecho valer fragmentos de correspondencia inequívocamente racistas y esclavistas. Frases tan repugnantes han estado en medio de lo cotidiano en los países europeos y criollos hasta muy avanzado el siglo XIX. Lo interesante no es, desde luego, un texto particular o un negocio privado, por elocuentes que también sean; lo que importa resaltar es la esencial debilidad, por no decir directamente inmoralidad, de los fundamentos de la ética nominalista. Otros representantes de esta tendencia no llegan a la altura literaria y la claridad (matizada) de Hume.

8. Sympathy is much fainter than our concern for ourselves… Op. cit., p. 116.

9. Conviene recordar cómo el genio de Platón, observando la curva de tendencia de las ideas de quienes habían convertido las tesis de Protágoras en doctrina propia, condensó en su personaje Calicles, en el diálogo Gorgias, lo que le parecía ser el final y la cumbre de esas ideas. Calicles sostenía, en efecto, que nada es más falso que la unidad de la naturaleza humana; que también es falso que la razón, y no meramente la vida, nos defina; y que al ser nada más que una clase particular (o varias clases particulares pero próximas entre ellas) de fieras, los seres humanos somos egoístas y solo damos el máximo nivel de vitalidad humana cuando nos entregamos al fomento de todas nuestras tendencias placenteras y luego conseguimos darnos todos los recursos para satisfacerlas todas en el mayor grado posible. Evidentemente, Calicles ya contiene a Raskólnikov, el atormentado criminal que protagoniza Crimen y castigo. Me permito remitir a mi traducción comentada del Gorgias. La paz es la búsqueda de la verdad, Sígueme, Salamanca 2010, pp. 131 ss.

10. AMÉRY, J., Jenseits von Schuld und Sühne. Bewältigungsversuche eines Überwältigten. Szczesny, Múnich, 1966. Prefiero guiarme, a falta de disponer de la edición original, por la traducción de FRANÇOISE WUILMART (Par-delà le crime et le chatiment, Actes Sud, Paris 1995).. Cito la paginación de esta versión. En este caso, p. 35. Debe estudiarse detenidamente el extraordinario ensayo inicial de este texto, que lleva el título En los límites del espíritu.

11. Op. cit., p. 44.

12. Se questo è un uomo data de 1947. Levi, pues, logró pensar y relatar muy pronto su experiencia –en el mismo campo que Améry–, muy en contraste con lo ocurrido con la mayoría de los grandes testigos. Por ejemplo, ELIE WIESEL solo logró escribir La nuit en 1958.

13. Op. cit., p. 49. Cronológicamente, más bien es Améry quien no acepta, si es que la conoce, la tesis de Levinas en Totalidad e infinito, porque este libro se había publicado tres años antes que el de Améry.

14. El espantoso libro de Gustave Flaubert, L’éducation sentimentale (publicado en 1869, pero iniciado décadas antes) contiene uno de los documentos más impresionantes de nihilismo que se hayan publicado nunca. En Demonios (1872) ha pintado Dostoievski varios ejemplos inolvidables de nihilismo, en especial, a Kirilov.

15. Precisamente que la filosofía de Nietzsche sea una especie de raciovitalismo avant la lettre orteguiana es lo que ha obligado a tomar su obra con mucha seriedad a grandes pensadores inmediatamente posteriores (Henri Bergson, Nikolái Berdiáiev, Miguel de Unamuno, Michel Henry…).

16. NIETZSCHE, F., La genealogía de la moral, Alianza, Madrid 1972, pp. 86s.

17. Op. cit., p. 89.

18. Incluso en movimientos cristianos y en general religiosos se ha dado el espanto de tener que descubrir con el tiempo que los líderes que los fundaron pensaban que todo les estaba permitido en sus relaciones con los demás y, en especial, con los miembros que constituían la masa humana de su comunidad. Cfr. uno de los primeros textos que afrontan lúcida y no escandalosamente este fenómeno: DYSMAS DE LASSUS, Risques et dérives de la vie religieuse, Cerf, París 2020). El autor es el prior de la Gran Cartuja.

19. Merece una atención profunda la relación compleja entre la concepción nietzscheana de la vida y la noción de nuda vida que Giorgio Agamben pone en las bases de su análisis de la biopolítica (cfr. ya Homo sacer I, de 1995).

20. HENRY M., La barbarie, Grasset, París 1987, p. 10. Enseguida se comprobará la cuidadosa distancia a la que Henry se sitúa respecto de Nietzsche.

21. Henri Bergson defendía algo muy similar para el impulso vital, clave de la evolución creadora. Mientras que Henry ha aplicado su visión de la vida y la cultura a las cuestiones políticas (en su monumental Marx) y las religiosas en su trilogía final dedicada a una nueva filosofía del cristianismo, Bergson se concentró en la teoría ética y la teoría de la religión (en sus Dos fuentes). También Maurice Blondel extendía la pensé a mucho más que la historia humana.

22. Henry conocía poco y superficialmente a José Ortega y Gasset. Alguna vez le indiqué en conversación directa la cercanía que bastantes ideas suyas guardan objetivamente con los desarrollos de la razón vital y de la razón histórica en el pensador español; pero no hay signos –que yo sepa–de que explorara la posibilidad de alguna asimilación de Ortega.

23. La barbarie, p. 11.

24. Aunque la meditación sobre las Stimmungen procede, al menos, de la psicología de la época del primer romanticismo y tiene desarrollo importantísimo en Soeren Kierkegaard, fue Heidegger, probablemente inspirado en los estudios de su entonces amigo Karl Jaspers sobre las varias concepciones del mundo, quien dio a este elemento antropológico un relieve inusual (en Ser y tiempo). La ontología fenomenológica de Henry es una crítica decisiva a Heidegger. También lo es a las doctrinas axiológicas que Heidegger desprecia en Ser y tiempo, en especial a la desplegada por Max Scheler. El sentido de esta crítica es que una vivencia afectiva es, mucho antes y más que la captación de un valor, una estimación gozosa de sí, llena de consecuencias. El valor de valores es la plenitud de la vida abrazándose a sí misma y, como veremos enseguida, por ello mismo llena de ímpetu por acrecerse (por crear cultura).

25. Henry llegó a afirmar que tan esencial a la vida es la carne que Dios mismo, en la medida en que es vida que se yoiza, que exige un yo, posee una encarnación que no es sino el Archihijo, el Cristo. (Henry era consciente de que esta comprensión suya de la encarnación esencial no era tranquilamente compatible con que el Verbo se haya hecho carne precisamente en el vientre de una virgen de la Galilea).

26. Henry sostenía que el saber la vida de sí misma es adecuado, perfecto; pero ya el hecho de que haya que contar con las potencias no aún actuadas de la carne lanza un gran signo de interrogación sobre esa tesis. Otro signo del mismo estilo lo proporciona que es incuestionable que nuestra vida se recibe a sí misma como un don, un hiperdón (un perdón, según gustan muchos autores franceses contemporáneos de escribir, con perfecta fidelidad al étimo de esta palabra); pero le es oscura la fuente que lo envía. Un tercer problema lo plantea precisamente la relación entre carne y cultura: la vida, nuestra vida finita, nuestra carne, aspira a más y a más, pero la meta no está preconocida, ni siquiera está prefijada; de ella en el fondo solo tenemos el barrunto cierto de que debe sernos felicísimamente inalcanzable (un paraíso de tensión infinita).

27. Se infiere que “la cultura descansa sobre un saber que no es ni el de la ciencia, ni el de la conciencia” (La barbarie, 17). En efecto, la carne no es la conciencia, que desde el principio hace referencia intencional a lo otro de sí –en tanto que presente vivo de la carne–. Y en cuanto al saber mismo de la vida, puede llamársele praxis en el sentido más hondo (ibid., 29), porque las auténticas leyes prácticas son las leyes de la vida.

28. Eros y thánatos, en la comprensión freudiana, corresponden muy bien a esta estructura del vaivén de afectos. Henry ha repetido que el auténtico interés que despierta el psicoanálisis es que, en verdad, es la única entre las ciencias que habla, mal que bien, de la vida casi directamente y, a veces, directamente. Por su parte, algunos psicólogos y algunos terapeutas han recogido el pensamiento de Henry.

Henry se vio en la precisión de exponer en un relato cómo la más culta de las sociedades se destruye a sí misma (la historia de Arájova, en L’amour les yeux fermés –el nombre de la ciudad imaginaria– puede muy bien evocar la población griega real, cercana de la cumbre del Parnaso…).

29. Por ejemplo, las noticias que rinden las experiencias perceptivas directamente, en las que no hallamos, por cierto, las entidades de las que hablan casi demasiado convincentemente los físicos hoy. (Lo sorprendente no son los resultados de la física teórica, sino que algunos de sus grandes creadores, muchos de sus trabajadores de a pie y la muchedumbre de los hombres de la calle crea a pies juntillas que las ciencias “exactas” de la naturaleza son la ontología misma y la metafísica –y, ya de paso, la teología en forma de a-teología o antiteología–).

30. Acepto y aplaudo la tesis esencial de Henry en este sentido: “El mundo real en que viven los hombres cae por entero bajo las categorías de la estética y solo es comprensible por ellas” (ibid., 39). Solo añadiré que el arte puede arraigar casi por completo en la carne o puede, en cambio, sin perder en absoluto la referencia a ella, volcarse mucho más en el mundo-vida (es esta la traducción que creo hoy preferible de la expresión famosa de Husserl, Lebenswelt). Tal concepción de lo estético se sitúa, evidentemente, en línea con las tesis de Améry antes revisadas, pero es, desde luego, más honda y verdadera.

31. La barbarie, 64. Estas expresiones tan fuertes no significan que Henry, claro está, no reconozca en las formas superiores de la cultura (arte, ética, religión, filosofía) aspectos y modos de la techne. Usa, justamente, en tales casos el término griego (cfr., por ejemplo, ibid., 70). La técnica, en cambio, es “la naturaleza sin el ser humano”, la alquimia, la barbarie, la locura (ibid., 78), un cáncer imparable (81). Semejante monstruo, si es que ha nacido de veras, o cuando nazca, es la antítesis misma de la cultura.

32. Henry escribe no solo antes de la pandemia de 2019 sino también de la crisis desatada por la estafa Madoff. También respecto de la economía había escrito que cuando la producción se vuelve económica, o sea, cuando no se trata ya de producir bienes útiles, sino únicamente dinero, “es que la cara del mundo ha cambiado” y hemos entrado en la nueva y quizá irreversible figura de la barbarie. (Cfr. La barbarie, 72).

Dignidad y equidad amenazadas en la sociedad contemporánea

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