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Prólogo

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FELIPE GONZÁLEZ MORALES. Relator Especial de la ONU sobre derechos humanos de los migrantes

El libro “Dignidad y equidad amenazadas en la sociedad contemporánea” representa una importante contribución al abordaje de manera multidisciplinaria de un tema de importancia central para los derechos humanos, como es el que se indica en el título de la obra. La dignidad de la persona es la base para la comprensión y ejercicio efectivo de tales derechos y la plena vigencia de estos es un elemento clave para la existencia de una sociedad equitativa.

Tal como se plantea en diversos trabajos del libro, el principio de no discriminación es el eje rector de la protección de los derechos humanos. Así se ha consagrado en los diversos instrumentos internacionales y en las Constituciones de los Estados democráticos. De acuerdo a dicho principio, a lo largo de varias décadas los sistemas internacionales de protección de los derechos humanos, a nivel global y regional, han venido atendiendo cada vez con mayor énfasis a la situación de los diferentes colectivos que se hallan en situación de mayor vulnerabilidad, con la consiguiente afectación de su dignidad más elemental. A nivel interno de los Estados, sin embargo, los avances resultan muy dispares y, en general, se aprecia una enorme brecha entre el desarrollo de estándares internacionales en la materia y su concreción práctica.

En una serie de los trabajos que se recogen en el libro se revisa la situación de los colectivos en situación de vulnerabilidad y su relevancia para la construcción de una sociedad digna y equitativa. Desde un enfoque de derechos humanos, un desafío relevante para alcanzar la dignidad de quienes forman parte de dichos colectivos lo constituye la superación de las concepciones paternalistas, que les niegan o limitan seriamente su autonomía y reconocimiento como sujetos de derecho. Esto resalta especialmente en relación con la situación de los niños, niñas y adolescentes, de las personas que viven con discapacidades o de las mujeres, pero en rigor también es aplicable a los demás colectivos de personas que generalmente se encuentran en situaciones vulnerables.

Bajo el manto de un discurso pretendidamente protector de dichos colectivos, mediante el discurso y prácticas paternalistas en realidad se atenta contra su dignidad. Si bien en muchos países se aprecian avances al respecto, el camino pendiente de recorrer es aún muy largo. Se trata de una tarea en la que los organismos internacionales e internos dedicados a la defensa de los derechos humanos, la sociedad civil, la academia y otros actores tienen importantes contribuciones que llevar a cabo, de manera de influir en la opinión pública e incidir en las autoridades que adoptan las políticas públicas con impacto en la materia.

Otro aspecto importante se refiere a la participación de los grupos desventajados –cuya dignidad se halla afectada– en la esfera pública. Esto posee varias dimensiones. En primer lugar, se refiere a garantizar una serie de derechos humanos que confluyen en la participación, tales como la libertad de expresión, la libertad de asociación, el derecho de reunión y los derechos políticos, por señalar algunos de los más pertinentes. En segundo término, ello es central para la integración social de los grupos desventajados, de manera de evitar que queden aislados en compartimientos estancos. Lo cual es perjudicial tanto para ellos como para el resto de la sociedad, que queda desprovista de las contribuciones que dichos grupos puedan hacer. Finalmente, es una vía para que la voz de quienes ven más afectada su dignidad se haga oír y sea tomada en cuenta a la hora de decidir sobre temas que les conciernen. El colectivo de personas migrantes es un buen ejemplo de esta situación, ya que las habituales limitaciones que ellas enfrentan en materia de derechos políticos (sumadas a las que afectan otros derechos humanos) producen el efecto de que sus puntos de vista quedan marginados o seriamente disminuidos en el debate público y que sus demandas sean escasamente recogidas por las candidaturas en las elecciones.

El reconocimiento de la dignidad de quienes pertenecen a colectivos en situación de vulnerabilidad exige evitar su estigmatización y criminalización. Como Relator Especial sobre derechos humanos de los migrantes de Naciones Unidas, debo confrontar a diario este tipo de prácticas en las diversas regiones del mundo. Ellas producen graves efectos en dicho colectivo y conducen a su segregación, impidiendo su integración social. La estigmatización de los colectivos vulnerables suele comenzar de manera paulatina, en ocasiones por medios indirectos, pero una vez que aparece es muy difícil de revertir. Las autoridad, en este sentido, tienen el deber primordial de evitar ese discurso y de crear conciencia en la población acerca de los graves perjuicios que acarrea tanto para la dignidad de las personas directamente afectadas como para la sociedad como conjunto, cuya cohesión social se ve puesta en peligro.

Como temas transversales a resaltar, es necesario poner énfasis en la centralidad de adoptar un enfoque de género. Su alcance en modo alguno se circunscribe al fortalecimiento de los derechos humanos de las mujeres, sino que impacta en los diferentes colectivos en situación de vulnerabilidad, mostrando la interseccionalidad existente entre quienes pertenecen a tales grupos. Más allá de dichos colectivos, la adopción de un enfoque de género en las políticas públicas posee un impacto global sobre la sociedad, constituyendo un elemento decisivo para alcanzar una sociedad equitativa y respetuosa de la dignidad de las personas.

También es importante subrayar la importancia y el carácter transversal del derecho de acceso a la justicia –el cual– se revisa asimismo en el libro. Se trata de un derecho cuya garantía es indispensable para el adecuado ejercicio de los demás derechos humanos y que por ello incide de manera determinante en la construcción de una sociedad digna y equitativa. Las serias insuficiencias que subsisten en muchos países respecto del acceso a la justicia de los colectivos vulnerables ponen de manifiesto la especial desprotección de estos, ya que al no garantizárseles dicho acceso se les limita asimismo el ejercicio de sus demás derechos humanos.

En un contexto como el actual, en que la protección de los derechos humanos y la consiguiente afectación de la dignidad humana se ven puestas en tela de juicio en muchos países, el libro “Dignidad y equidad amenazadas en la sociedad contemporánea” presenta un amplio panorama de tales riesgos y propone vías para el fortalecimiento de nuestras sociedades.

Dignidad y equidad amenazadas en la sociedad contemporánea

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