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ОглавлениеCapítulo XV
5 de noviembre, 2012.
—Tienes que ver esto —dice Katherine llegando hacia mí con Adam en sus brazos.
Le doy toda mi atención mientras deja a Adam sentado sobre el suelo, él frunce el ceño a la vez que succiona su mano y nos observa, Katherine rueda sus ojos.
—Vamos, Adam, camina —pide—, ponte de pie cariño.
Adam parpadea y la señala antes de ver alrededor, no puedo evitar reír. Hoy es el primer año de Adam y Keith y Bridget lo celebran por lo alto con una gran fiesta de cumpleaños en un salón de fiesta.
El cumpleaños es de animales de granja, razón por la cual Adam justo ahora está disfrazado de oveja y se ve sencillamente hermoso. Bridget, al parecer, realmente ama disfrazarlo.
—Papá… —dice Adam buscando a Keith a su alrededor—. Pa…Papá.
—Te llevaré donde tu papá si caminas —dice Katherine agachándose un poco—, vamos, nene, ven con tía Ka, ven.
Adam ríe y comienza a gatear hacia Katherine, pero ella, a mitad de camino, lo detiene y lo vuelve a ubicar a la misma distancia, razón que hace que Adam se queje.
—¡Adam Louis! ¡Camina! —exige Katherine y yo no puedo evitar seguir riendo, incluso Adam niega con su cabeza mientras parece que nota a Keith a una distancia hablando con un amigo.
—Papá… —lo señala y comienza a gatear hacia él, lo seguimos con la mirada aun cuando todos lo hacen porque nadie quiere pisar al cumpleañero.
Cuando le falta muy poco para llegar, Adam se sienta y comienza a pararse, se tambalea un poco pero da cortos y rápidos pasos hacia Keith quien le da una gran sonrisa. Katherine hace un baile tonto.
—¿Lo ves? ¡Adam ya camina! —dice emocionada—. Ahora solo me falta Halle.
—Bueno, a Halle le queda mucho tiempo —digo mirando hacia el coche que Harry pasea de un lado a otro pretendiendo dormirla sin cargarla, monopolizando a su hija como siempre, ya que Harry Daniel juega con un grupo de niños muy reducido, excluyendo al resto de los niños.
—Oye… ¿Doug no vendrá?
—¿Por qué debería saber?
—Porque te has besuqueado con él más de dos veces.
Tuerzo mis ojos y la dejo hablando sola mientras camino hacia Grace, quien está siendo retenida por algún invitado que parece decidido a encantarla.
—Oye, Grace, vamos por algo —digo tomando su mano y dirigiéndonos hacia dónde están las bebidas.
—Gracias, él comenzaba a asustarme —dice riendo—, es un primo muy lejano de Keith. Quería mostrarme su colección de insectos, dijo que yo podría ir un día a su casa y verlo —acepta la cerveza que le tiendo mientras tomo una—, pensé que eso sonaba como un código para tener sexo.
No puedo evitar reír tragando rápido el líquido para no ahogarme, Grace es sumamente divertida y espontánea.
—Parece que por hoy Andrew y Dexter son los únicos BG.5 solteros.
—¿Solo por qué Ethan vino con Nanette? —pregunto—. Estoy sorprendida que después de un año él esté siendo visto con ella.
Ambas observamos como la mano de Nanette se mantiene aferrada al brazo de un fastidiado Ethan. No entiendo.
—Bueno, ella es bella.
—Como toda modelos, Grace —soy un trago a la cerveza—, aquí entre nosotras dos, Ethan no escoge a mujeres listas y solo son por un pequeño tiempo.
—Entonces, la prensa rosa no miente.
—No, pero la prensa rosa no sabe porqué lo hace.
—Nunca ha sido visto con una rubia, bueno, Nanette tiñe su cabello, así que no cuenta.
—¿Preocupada? —bromeo, dándole un suave empujón, ella ríe.
—Solo digo que a las rubias nos han dejado en muy mala fama, soy rubia natural pero no soy tonta.
Me sobresalto cuando siento un empujón en mi pierna, me doy la vuelta y se trata un bastón que tiene el abuelo Luca. No puedo evitar sonreír.
—Vi a tan bellas damas conversando y quise pasar a saludar —dice pero no sonríe, me encanta—, a usted no la conozco bella joven.
—Soy Grace.
—Yo soy Luca Stuart, abuelo de una muñeca, un terroncito y un puto que entró en rehabilitación y ahora está casado —enumera—, bueno, olvidé mencionar que mi hijo es un empollón que hace berrinches y no me deja hablar y que él padre de los retoños de mi nieta mayor no sabe ponerse condón, sin contar que el niño me ve como mierda y mi nieta solo sabe mearme cuando la cargo.
—¡Ídolo! —escucho la voz de Dexter tras de mí—. Te estaba buscando, debemos tomarnos una jodida foto.
—Oh, bueno, olvidé mencionar de igual forma que tengo a esta nenita tras de mí oliendo mi culo por una foto —entrecierra los ojos hacia mi hermano—, deberías crecer, esto no es Disney y yo no soy el maldito ratón.
Dicho eso, el abuelo Luca huye de Dexter, quien nos guiña un ojo riendo antes de decirnos como le gusta sacar de quicio al abuelo Luca y va tras él una vez más.
—Nunca había visto un abuelo como ese —asegura Grace riendo.
—Créeme, yo tampoco, pero es una genialidad.
—Ya veo, acabo de conocerlo y ya lo amo.
—Es lo típico —aseguro viendo a mi alrededor.
Doug no ha llegado, lo que significa que Doug no viene.
• • •
—¿Entonces usted asegura que es realmente fácil tejer? —cuestiono divertida a la abuela de Kaethennis, Kim, ella me sonríe.
—No es nada complicado, mi niña, cuando gustes puedo enseñarte.
—Sí, algo como eso me dijo la madre de Doug, pero no lo he intentado, suena bien —digo mordiendo mi galleta de chocolate.
La abuela Kim ríe mientras señala con su cabeza hacia donde Harry Daniel juega con Adam alejados de otros niños, solo ellos dos divirtiéndose.
—Es tan hermoso ver a los hijos de mis nietos, me alegra vivir para este momento y sé que Luca se siente igual que yo —murmura ubicando las manos de manera elegante en su regazo.
—Sí, ha de ser lindo ver a tu familia ampliarse —murmuro.
—¿Quieres tener tu propia familia Hilary?
—En unos años, sí, me gustaría. Creo en la familia, fraternidad y amor, creo que puedo conseguir eso en mi vida.
—Eso está muy bien, eres una mujer lista y tienes ese brillo especial en tus ojos, tendrás una buena vida.
Palmea con dulzura mi mano y yo le sonrío, no tengo ninguna abuela con vida, solo al abuelo Scott y es dulce tener este momento con Kim, es realmente algo lindo. Le doy una sonrisa antes de inclinarme y besar su mejilla.
—Hola cuñada y hola, bella dama —dice la voz de Jeremy detrás de nosotras haciéndonos voltear.
Lo veo con sorpresa, pensé que él no vendría, quizás eso quiere decir que…
—¡Viniste! —señalo lo obvio mientras él besa mi mejilla.
—Sí, creo que te refieres a algo como «oh, viniste, eso quiere decir que sabes quien también vino» —me guiña un ojo sonriéndole de manera galante a Kim—. ¿Cuál es el nombre de tan hermosa dama?
—Tan hermosa dama es Kim y es mi chica, jovencito, clava tus colmillos en otra carne —dice el abuelo Luca frunciendo el ceño, Jeremy ríe.
—Tranquilo, abuelo, ya decía yo que tanta belleza no podía ser soltera.
—Yo no soy tu abuelo —asevera—, cada vez aparecen más desalmados en esta familia, nunca seremos normales.
Me pongo de pie y me desplazo hacia la mesa de dulces acompañada de Jeremy, dejando a Kim y el abuelo Luca tener una de sus graciosas disputas.
—¿Y bien?
—¿Y bien qué? —pregunto tomando un cupcake de chocolate.
—¿Cuándo vas a preguntar por Doug?
—¿Por qué preguntaría yo por Doug?
—Quizás porque la última vez que los vi juntos estaban fusionando sus labios de manera apasionada.
Rápidamente tapo su boca con mi mano, los ojos de Jeremy brillan con diversión. Veo alrededor, nadie escuchó, respiro con alivio. Retiro mi mano y presiono un dedo sobre mis labios pidiendo silencio.
—No lo grites —murmuro, entrecerrando los ojos—, solo fue un beso.
—No es eso lo que me dijo Doug…
Estoy tentada a preguntar a Jeremy qué dijo Doug, pero no quiero caer en su trampa, aunque muero por saber qué es lo que él dijo.
—Estoy muy curioso por saber cómo es que Doug y tú solo son… Cada quien por su lado —toma mi cupcake—, ciertamente cuando me fui tenía la esperanza de que algo pasara, pero ustedes siguen en donde los dejé, que es absolutamente en nada.
—Es porque no hay nada.
—Claro, por supuesto que te creo —dice en burla—, la banda es lo más importante para la rubia, Hil, está claro que eso es el gran muro de Doug para no hacer nada y comportarse como un imbécil y cobarde ¿Cuál es tu excusa?
Me quedo mirándolo sin encontrar respuesta que me justifique.
—No tengo ninguna.
—Exacto, ¿qué pasa con eso de estamos en el siglo XXI y existe la igualdad de género? Si Doug no da el paso es porque necesita un empujón. ¿Qué haces que no lo empujas?
—Tal vez Milla lo empuje —digo antes de apretar mis labios, viendo a Doug conversar con una rubia identificada como Milla.
Ella está usando un vestido ajustado y su cabello está recogido, se ve esbelta y bonita.
—¿Es en serio Hilary? ¿Milla será tu excusa?
—Si él la trajo consigo por algo será.
—¿Has oído acerca de Milla siendo gran amiga de Nanette, la rubia teñida junto a Ethan? —cuestiona—. ¿Cómo crees que Doug conoció a Milla?
—¿Estás queriendo decir que…?
—Que ella vino por Nanette, quien se tomó el atrevimiento de invitarla. Doug no tiene nada que ver, deja de buscar excusas.
—Debes buscarte una novia, de verdad que necesitas una en la cual puedas soltar todo el romanticismo que tienes —palmeo su hombro.
—Cobarde —me reta.
—Puedo vivir con ese hecho, no dije que no fuera hacer nada, solo me estoy tomando un descanso comiendo golosinas.
—¿Crees que Doug no sería capaz de hacer grandes cosas por ti?
Me mantengo muy quieta mientras traslado observo a Doug que asiente a algo que Milla dice, pero luego arrastra sus ojos hasta detenerlos en Harry que tiene el coche con Halle. Doug sonríe dice algo a Milla y camina hacia mi hermano.
—Yo creo que él haría muchas cosas locas por ti solo si lo ayudas a explorar lo que puede existir entre ustedes.
—¿Quién eres? ¿Cúpido?
—Sí, solo que dejé mis alas y flechas en el otro traje, eres tonta.
—También dejaste el pañal, ¿o lo llevas bajo el jean?
• • •
—Eres una cosita tan hermosa —murmuro hacia mi sobrina que me observa acostada en mis brazos—, provoca raptarte.
—No tía, Hil —dice mi sobrino negando con su cabeza.
—Solo bromeo —aseguro riendo viendo a Halle bostezar y quejarse un poco, la mezo porque lo último que deseo es que llore.
—¿Eres la pequeña Jefferson? —pregunta una voz femenina, alzo mi vista encontrándome con Milla y Nanette.
—Bueno, no soy pequeña, pero sí soy la hermana menor —digo haciendo una mueca—. Hola, Nanette.
—Hola, Hilary… ¿A que no te esperabas verme de nuevo?
—Ciertamente, no —respondo mientras mi sobrino las observa con curiosidad.
—¿Son esos los niños de Harry?
Asiento mientras Milla se acomoda a mi lado y Nanette frente a mí.
—Bueno, verás, Hilary —comienza Nanette—, te preguntarás por qué estamos abordándote de esta forma.
Asiento de nuevo, aunque en realidad también me pregunto por qué Ethan está teniendo una «cita» o lo que sea con ella una vez más.
—Voy con papi —dice mi sobrino aburrido de la presencia de desconocidas antes de ir corriendo hacia mi hermano.
—Qué encantador —murmura Milla ahora concentrada en Halle—, los hijos de tu hermano son realmente hermosos.
—Lo son.
Estoy impaciente de que digan lo que quieren seguir y creo que Nanette también se impacienta mientras observa a Grace acercarse.
—Hilary, vengo por Halle, Kae va a darle de comer —anuncia Grace aceptando a Halle cuando se la entrego.
Veo a mi sobrina con anhelo, dándome cuenta de que ahora estoy sola con dos mujeres que no trato.
—Muy bien… ¿Entonces qué tienen que decirme?
—Bueno al grano, creo que sabes que ella es Milla —la señala y la susodicha me sonríe—, ella tuvo como «algo» con Doug.
—Por algo supongo que te refieres a sexo una noche con Doug —la interrumpo con una falsa sonrisa, no es como si ella hubiese estado en una relación con él, y, por Dios, solo fue una noche, no tiene que agrandarlo ni hacerlo lucir como que fue un «algo». Vale, estoy celosa.
—Son detalles técnicos —dice Nanette haciendo un gesto con su mano—, a Milla le gusta Doug y no solo lo quiere para una noche, lo quiere para ella, por eso recordé que tú pareces llevarte muy bien con todos ellos, así que quizás puedas ayudarla y…
No puedo evitar comenzar a reír. Es la broma más divertida que he escuchado en este mes. Yo ayudando a Milla con Doug, yo haciendo que Doug se fije en Milla, yo haciendo que los besos que ansío sean para Milla y no para mí, el chiste se cuenta solo.
Ellas me observan, no entendiendo al parecer el chiste. Sacudo mi cabeza y me inclino un poco hacia ellas.
—No, no va a suceder —murmuro y justo Ethan llega hasta nosotras.
—Te estaba buscando Nanette, quiero hablar contigo sobre algo…
—Claro, Ethan, vamos, vamos —creo ver que Ethan rueda sus ojos mientras se la lleva, dejándome sola con Milla.
—Soy una grandiosa mujer con muy buenas cualidades para hacer feliz a Doug —veo hacia sus pechos grandes que aún no sé si son verdaderos o falsos pero le lucen bien.
—Apuesto a que sí tienes muchas cualidades —me pongo de pie—, cuando quieres algo Milla, luchas por tenerlo, te lo ganas, no vas pidiendo ayuda.
—Pensé que eras dulce.
—Pensé que eras inteligente y sabrías ver cuando un hombre dice no —digo antes de comenzar a caminar hacia el baño del salón.
Cuando estoy en el baño me observo frente al espejo. Mis mejillas lucen sonrojadas mientras que la piel se encuentra caliente, es estúpido que esa proposición me haya molestado más que la de Robert.
Cierro los ojos con fuerza y respiro hondo.
«Calma, Hilary, ella no sabe que te gusta y no sabe que ante su proposición solo quieres sacarle los ojos, no sabe que está haciéndote tener pensamientos violentos», murmuro para mí misma.
¿Por qué siquiera ellas están en cumpleaños de Adam? No es como si ellas tuvieran una importancia o relevancia en la vida del niño.
Suspiro y lavo mis manos antes de posarlas sobre mis mejillas intentando disipar el rubor, pero este se queda en mi piel porque aún estoy molesta ante el hecho de que alguien me pidiera ayuda para conquistar al hombre que me gusta.
Creo que no estoy enojada, quizás la palabra idónea para describir cómo me siento es la indignación.
Me doy un último vistazo en el espejo antes de salir del baño y caminar por el pequeño pasillo para llegar a la fiesta.
El destino o casualidad es algo muy hermoso.
Doug viene caminando, distraído, revisando su celular y no me ve venir cuando lo empujo presionando su espalda contra la pared, jadea de la sorpresa.
Eso ha sido un grandioso impulso de mi parte.
—¡Mierda! —dice respirando hondo—, Hilary, ¿te crees una ninja o algo así? Me has asustado.
—Pensé que no venías —murmuro, estrechando mis ojos hacia él.
—¿Qué? ¿Me extrañabas?
—¿Por qué llegaste tan tarde? —Ladeo mi cabeza. Es agradable tenerlo acorralado, tomar las riendas de la situación.
Su pecho se eleva ante la larga respiración que toma notando que realmente tengo mi rostro muy cerca del suyo.
—No iba a venir, pero decidí hacerlo.
—De acuerdo —concedo.
Nos mantenemos en silencio solo viéndonos y antes de que pueda darme cuenta de mis movimientos, estoy presionando mi boca sobre la de Doug.
Antes de darme cuenta, estoy besando a Doug.
Él, con velocidad, abre su boca y atrapa levemente mis labios antes dejarlos ir, creo que sonrío un poco antes de presionarme contra él y sentirlo hacer el mismo movimiento de atrapar mis labios entre los suyos una vez más.
—¿Qué está haciendo? —escucho una voz infantil.
Me alejo de Doug al instante y encuentro a mi sobrino viéndonos con curiosidad. Paso una mano por mi boca y aclaro mi garganta.
—Yo… Yo estaba ayudando al tío Doug, pero vamos, vamos, volvamos a la fiesta —digo y camino hasta él tomando su mano entre la mía.
Volteo brevemente mi vista hacia atrás y Doug mantiene dos dedos sobre sus labios mientras me observa.
Cada vez la tentación es más grande.
• • •
—Estás callada —murmura Asthon, mientras espera junto a mí a que Katherine llegue de la fiesta de Adam luego de quedarse un poco más con su familia.
—Solo estoy pensando —murmuro jugando con las puntas de mi cabello, alzo mi vista para verlo con curiosidad—, tengo una pregunta para ti.
—De acuerdo, hazla.
—Si Katherine y tú nunca hubiesen estado juntos o si no lo estuvieran, aunque no sé si lo están —él ríe—, si ustedes hubiesen tenido un poco de acercamiento, pero luego ella parece querer hacer algo pero se detiene… ¿Tú harías algún movimiento?
Ladea su cabeza de un lado a otro, si aún tuviera el cabello algo largo y ondulado este seguro hubiese caído en su frente, pero él pasa una mano por su cabello oscuro despeinándolo.
—Creo que quién sea al que te refieres te gusta tanto como para tenerte pensativa, entonces tú no debes esperar a que él haga algo. Tú puedes muy bien darle un empujón, a veces los hombres somos muy lentos, Hilary, y a veces malinterpretamos las situaciones decidiendo no actuar y dejar todo en manos de las causalidades y destinos.
—Eso suena lógico —murmuro viendo mis dedos jugar con mi cabello—, debo salir.
—¿A esta hora?
—Sí, sí, tomaré mi auto, tienes razón, yo puedo dar el primer paso. Un gran paso —murmuro poniéndome de pie y tomando las llaves del auto—, puedes sentirte como en casa, dudo mucho que vayas a robar algo. Kathe está por llegar.
Beso sonoramente su mejilla y lo abrazo con fuerza haciéndolo reír mientras digo «gracias» muchas veces.
Cuando voy a la puerta me devuelvo y tomo una botella de algún licor que ni idea de que sea.
—¿No pensarás conducir bebiendo, verdad?
—No, esto solo es un poco de valor que tomaré cuando llegue a mi destino.
—¡Éxito!
—¿Qué pasa con la suerte? —pregunto antes de salir.
—La suerte es para los perdedores, y tú tienes pinta de ser una ganadora —me guiña un ojo.
—Tienes razón —río, suspiro y cierro la puerta—. Doug, aquí voy.