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PERTENENCIA: ENCAJAR EN TUS GRUPOS SOCIALES

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En algunas comunidades religiosas, perder la fe puede suponer perder tu matrimonio, tu familia y todo tu sistema de apoyo. Es un caso extremo, pero todos los grupos sociales tienen creencias y valores y se espera que sus miembros las compartan, como: “el cambio climático es un problema serio” o “los republicanos son mejores que los demócratas” o “nuestro causa es noble” o “los niños son una bendición”. Es posible que discrepar no te valga la expulsión del grupo, pero sí te alejará de los otros miembros.

Para ser clara, adherirse al consenso no es una señal inherente de la mentalidad de soldado. En el webcomic XKCD, un padre plantea a su hijo la pregunta retórica milenaria: “Si tus amigos saltaran de un puente, ¿también lo harías?”. La respuesta correcta es un: “No, claro que no” de mala gana. Pero en el cómic, el niño responde: “Tal vez”, porque a fin de cuentas, ¿qué es más probable, que todos sus amigos enloquezcan al mismo tiempo o que el puente se incendie?18 El niño tiene razón. En ocasiones, adherirse al consenso general es estrategia pura, porque no puedes investigar todo, en cada ocasión, y otras personas saben cosas que tú ignoras.

Se trata de razonamiento motivado cuando ni siquiera quieres saber si el consenso era erróneo. Una amiga mía, Katja, creció en lo que describe como un pueblo “hippie” en el que todos tenían firmes opiniones ambientales, incluida ella. Pero cuando entró a la preparatoria, Katja empezó a encontrar argumentos en línea o en sus libros de textos de economía que aseguraban que algunas políticas ambientalistas no son eficientes y que las empresas de explotación forestal no son tan nocivas como se cree.

Empezó a buscar defectos en la lógica del argumento. Sin embargo, en ocasiones, para su asombro, los argumentos parecían… correctos. En esos momentos sentía que el corazón se le paraba: “Me sentía mal cuando estaba frente a ‘la respuesta incorrecta, cuando encontraba un argumento en defensa de las ciencias forestales para el que no tenía un buen contraargumento”, me contó.

Encajar no se limita a coincidir con el consenso general. También demostrar tu lealtad al grupo rechazando cualquier evidencia que ponga en riesgo su honor. Quienes se identifican como “gamers” de corazón (es decir, respaldan afirmaciones del tipo “cuando alguien critica a los gamers, lo considero un insulto personal”) son más escépticos frente a investigaciones que demuestran que los videojuegos violentos son nocivos.19 Quienes se identifican como católicos ortodoxos (es decir, respaldan afirmaciones del tipo “los católicos son buenas personas”), son más escépticos cuando se acusa a un sacerdote católico de abuso sexual.

Y en algunos grupos, encajar supone restricciones respecto a lo que puedes querer o creer de ti mismo. Se le denomina síndrome de alta exposición: se degrada a cualquiera que parezca destacar, que muestre demasiado amor propio o ambición. Si quieres encajar en dicha cultura, podrías adoptar el hábito de restarle importancia a tus méritos y logros, incluso en privado.

Cuando consideras lo mucho que empleamos la mentalidad de soldado, se hace evidente por qué los remedios de siempre son inútiles. Esos remedios incluyen palabras como “enseñar” o “entrenar”, por ejemplo:

Es preciso que enseñemos a los alumnos qué son los sesgos cognitivos.

Es preciso que preparemos a la gente para desarrollar pensamiento crítico.

Es preciso que entrenemos a la gente a desarrollar buen juicio y lógica.

Ninguno de estos enfoques ha demostrado ser efectivo para cambiar el pensamiento de las personas a largo plazo o fuera del salón de clases. Y eso no debería sorprendernos. Empleamos el razonamiento motivado no porque no tengamos otra opción, sino para proteger las cosas que nos son vitales: la capacidad para sentirnos bien sobre nuestras vidas y nosotros mismos, la motivación para intentar cosas difíciles y no rendirnos, la capacidad para quedar bien y convencer a otros, así como la aceptación que tenemos en nuestras comunidades.

Que recurramos a la mentalidad de soldado en automático para obtener resultados no necesariamente quiere decir que sea una buena estrategia. Para empezar, puede ser contraproducente. En la sección sobre la persuasión vimos que los estudiantes de derecho en un caso simulado leen los materiales del caso y se convencen de que su parte tiene la superioridad moral y legal. Sin embargo, esa seguridad no es útil para convencer al juez. Todo lo contrario, es mucho menos probable que ganen los alumnos que confían de sobra en los méritos de su cliente, tal vez porque no contemplan ni se preparan para cuando refuten sus argumentos.20

Incluso cuando la mentalidad de soldado no es contraproducente, sigue sin ser evidente que sea nuestro mejor recurso. En vez de estimular la autoestima negando tus defectos, podrías hacer lo mismo identificando y resolviendo esos defectos. En vez de buscar aceptación social omitiendo tus desacuerdos con tu comunidad, lo mejor sería buscar otra en la que encajes mejor.

Este capítulo comenzó con la pregunta de la reja de Chesterton: ¿qué fin tiene la mentalidad del soldado? ¿Podemos estar seguros de derribarla? De momento ya abordamos la primera mitad de la pregunta. Para aproximarnos a la segunda parte, debemos resolver si podemos obtener las cosas que valoramos con la misma eficiencia, o incluso mayor, sin la mentalidad de soldado. De eso trata el siguiente capítulo.

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