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EL COMBATE DE JUDO CDC-ERC

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Mas comienza a dibujar las elecciones anticipadas, en las que intentará un movimiento envolvente sobre Esquerra

El código 11-9-11 se va definiendo antes de que voten en Escocia. Artur Mas comenzó a descifrarlo ante el Parlament de Catalunya, reunido en sesión plenaria para el debate anual sobre política general. La consulta no tendrá lugar si no se puede celebrar con plenas garantías y habrá que ir pensando en elecciones anticipadas, dio a entender el president. Comicios bajo el signo de la declaración de independencia, antes de que comience la gran batalla por el poder local, en mayo de 2015.

A lomos de la extraordinaria movilización social de la Diada, el veterano partido de gobierno en Cataluña, maltrecho por el escándalo fiscal que ha provocado la muerte civil de su anciano fundador e intoxicado por el polonio que los aparatos del Estado vierten en su café (mediante la filtración de informes confidenciales que no pasan por el juez), intentará promover un frente común del soberanismo. Una candidatura unitaria de amplio espectro, que sea capaz de obtener más de sesenta y ocho diputados en una coyuntura de fortísima competición y de imprevisible deslizamiento de los electorados.

La fascinación catalana por el acto de volver a empezar tiene un nombre antiguo, con olor a leña. «Foc nou». Nuevas siglas, nuevos nombres, nuevas estructuras y el fuerte deseo de una joven generación política e intelectual, crecida en el interior de las estructuras de poder de la Generalitat, de no querer morir junto con su ayer admirado fundador. Frase habitual estos días en los entornos de CDC: «Yo no tengo por qué cargar toda mi vida con las culpas de Pujol y de sus hijos».

La joven generación de CDC intentará una audaz metamorfosis. Convocará a ERC a la cohabitación electoral invocando el espíritu de la Diada, la experiencia societaria de la Assemblea Nacional Catalana, y el reclamo de voces independientes, con el aliento mágico de la palabra unidad. ¡Unidad, unidad, unidad! A ERC no le será fácil resistirse.

Si la nueva generación de CDC consigue su propósito, estaremos ante un acontecimiento político muy relevante. El más veterano partido de gobierno de Cataluña, junto con Unió —veintisiete años en el poder desde las primeras elecciones al Parlament en 1980—, se habrá transformado en un «nuevo sujeto político», por decirlo a la italiana manera. Lo «viejo» se habrá hecho «nuevo», lo cual no deja de ser un prodigio vistos los tiempos que corren y el panorama judicial y mediático al que se enfrenta al aparato político de la calle Còrsega de Barcelona.

ERC recela de este movimiento envolvente, puesto que su objetivo prioritario —el de verdad— es acumular fuerzas en las elecciones municipales de mayo, intentar conquistar la alcaldía de Barcelona, disputarle el máximo de alcaldías a CiU y al PSC, ensayar con los disidentes del PSC una nueva coalición ERCUnió Socialista de Cataluña, que tanto éxito tuvo en los años treinta, y vigilar con mucho cuidado su flanco izquierdo, puesto que Podemos va a entrar fuerte por el área metropolitana. En los barrios se habla de Podemos. La idealización de una gran Esquerra con dos alas, una más liberal y otra más socializante, topa con Podemos. Podemos es hoy el vector más ascendente: la gran incógnita que trastoca todas las encuestas.

El combate de judo será muy interesante. Mas, pese a los lentos efectos del polonio, conserva la autoridad presidencial y el éxito de la Diada le ha renovado fuerzas. Y ERC tiene un límite: para Oriol Junqueras sería una pesadilla y probablemente un verdadero desastre verse en la presidencia de la comunidad autónoma de Cataluña negociando por teléfono el pago de la nómina de los funcionarios de la Generalitat con el ministro español de Hacienda, Cristóbal Montoro.

En el judo, se trata de aprovechar el empuje del adversario en beneficio propio. ERC podría acabar respondiendo a la presión de CDC con la aceptación de una candidatura unitaria, encabezada por un (o una) independiente. Es decir, una alianza electoral tutelada por la Assemblea Nacional Catalana. Para Mas podría suponer la hora del adiós. Todo dependerá de la cantidad de polonio que siga recibiendo en las próximas semanas.

A la espera de nuevos movimientos tácticos, las siguientes entregas de este código 11-9-11 se escribirán en Edimburgo.

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