Читать книгу A pesar de todo... ¡No nos falta nada! - Enrique Chaij - Страница 20

NO NOS FALTARÁ SU CUIDADO

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Un chico deambulaba desesperado por la calle pidiendo ayuda. Y entre la gente que detuvo, dio por fin con el Sr. Salazar. Éste, en un primer momento decidió no ayudar al niño. Pero había algo en ese rostro infantil que lo hizo vacilar.

–Si te doy dinero, ¿qué harás con él? –le preguntó el hombre.

–Comprar pan, señor –respondió el niño.

–¿No has comido nada hoy?

–No, nada, señor.

–Pero, ¿me dices la verdad? –preguntó el Sr. Salazar, mirando fijamente a los ojos del niño.

–Sí, señor, le digo la verdad.

–Pero, ¿acaso no tienes padres? –volvió a preguntar el hombre, quien ya comenzaba a interesarse vivamente en el chico.

–No, señor, mi papá murió. Y mi mamá murió anoche. Venga conmigo, y le mostraré dónde está.

Y tomando la mano del niño, el Sr. Salazar lo acom­pañó por una estrecha calle de la ciudad, hasta que llega­ron a una miserable vivienda. Entraron en ella, y el niño señaló hacia su madre muerta.

–¿Quién estaba a su lado cuando ella murió?

–Solamente yo, señor –balbuceó el niño inundado en lágrimas.

–¿Y te dijo algo tu mamá antes de morir?

–Sí, me dijo: “Dios cuidará de ti, hijo mío”.

Y maravillosa providencia, en ese instante se cumplía la palabra de la madre, pues el Sr. Salazar, cristiano de buen corazón y de buena posición económica, decidía hacerse cargo del niño y de su educación.

Tal como el niño recibió providencialmente el cuidado que necesitaba, así Dios nos cuida y ampara en la hora de necesidad. El mismo Dios que da de comer a las aves, que embellece de color y perfume a las flores, y que viste de mil matices la hierba del campo, ¿cómo no hará mucho más por nosotros? (S. Mateo 6:26-30). El rey David escribió: “Fui joven, y he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni a sus hijos mendigar el pan” (Salmo 37:25).

¿Sientes a veces que nadie cuida de ti? Recuerda que en el caso extremo, aunque una madre se olvide de sus hijos, “yo nunca te olvidaré” , dice Dios (Isaías 49:15). ¿Cómo el Pastor habría de olvidarse de sus ovejas, siendo que las ama con ternura y solicitud? Podemos descansar en esta seguridad: Dios nunca nos hará faltar su cuidado paternal. Y con su cuidado vendrá también su infaltable protección.

A pesar de todo... ¡No nos falta nada!

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