Читать книгу El arte de argumentar: sentido, forma, diálogo y persuasión - Enrique Dussel - Страница 25

Preámbulo

Оглавление

Desde 1947 a la fecha, el desarrollo de la teoría de la argumentación moderna puede describirse a partir de dos movimientos epistemológicos distintos: por un lado, las teorías que en la contemporaneidad establecieron o restablecieron —en un sentido racional y, también, un tanto histórico— los acercamientos lógicos, dialécticos, retóricos y lingüístico-discursivos; en segundo lugar, las teorías de la segunda ola que continuaron el trabajo fundador o propusieron nuevas evaluaciones de la argumentación, y que acabaron de configurar el actual conjunto de posiciones dentro del campo, en un periodo de expansión, contacto e integración.

El periodo anterior a 1947 como totalidad, contrasta con la nueva teoría de la argumentación surgida tras la segunda posguerra mundial en cuanto se presentan en ésta, entre otras, las siguientes características distintivas con relación al enfoque grecolatino, medieval, renacentista y posrenacentista:

• Lógica: aplicación de la lógica no silogística a la argumentación (además, claro, de la continuidad de la silogística) en medio de un estallido, con raíces en el siglo XIX, de la lógica formal en diversas lógicas no tradicionales, algunas específicamente argumentativas: lógica formal, lógica dialéctica, lógica propedéutica, teorías del malentendido.

• Dialéctica: el tratamiento del debate dialéctico desde perspectivas inéditas: criterios de juicio e interpretación relativamente novedosos de los productos argumentativos (relevancia, adecuación y suficiencia, principio de caridad interpretativa, etcétera), tratamiento pragmático y formal moderno de las falacias, definición de criterios contemporáneos en las consideraciones sobre la argumentación en tanto procedimiento racional que recorre determinadas etapas y responde a determinados principios compartidos.

• Retórica y semiótica no verbales, así como argumentación multimodal: creación (en curso) por vez primera de una retórica de lo visual y de lo no lingüístico en general; inicio de las reflexiones sistemáticas sobre elementos no «lógico-lógicos» de la argumentación y de la racionalidad (es decir, sobre lo emocional, lo intuitivo, las creencias y el contexto físico y social) dentro de la teoría de la argumentación.

• Lingüística y discurso: creación de escuelas de análisis de la argumentación que cubren desde la sintaxis (el orden) y la semántica (el sentido) hasta la pragmática (el uso), la interpretación (como en las reflexiones de Gadamer, Ricoeur o Thompson, un poco por fuera del campo mundial, que se desarrolla bajo la hegemonía lógico-dialéctica) y el discurso (estudio de la argumentación en su contexto de producción, circulación y recepción).

• Orientación pragmática: reencuentro paulatino pero decisivo del discurso argumentativo natural, de su complejidad y de su dimensión contextual e interactiva, pragmática (del uso) en oposición a una lógica o una dialéctica descontextualizadas.

• Géneros: interés en nuevos géneros discursivos, en especial los propios de la era de los medios masivos, como la publicidad.

• Aplicaciones tecnológicas: el estudio de la argumentación computacional, que hoy comprende incluso aspectos mecanizables de la descripción emotiva.

La división entre la antigua y la nueva forma de la teoría de la argumentación en realidad no es tajante en todos los aspectos, conlleva la existencia de eslabones intermedios, de antecedentes, de mediaciones ampliamente matizadas en el curso del trabajo y susceptibles de rastrearse, como en el caso del aporte de los modistas medievales al estudio argumentativo-lingüístico.

El arte de argumentar: sentido, forma, diálogo y persuasión

Подняться наверх