Читать книгу Vagos y maleantes - Ismael Lozano Latorre - Страница 17

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ONCE

El uno de junio, ochos semanas después de que Ramiro se marchara, la desesperanza provocó que Remedios hiciera algo de lo que se arrepentiría el resto de su vida. A las diez y media de la noche, después de cerrar la tienda, la chica se escondió en el almacén con el corazón en un puño y el rostro cubierto de lágrimas.

Miedo, tristeza, desesperación…

Era una noche estrellada, y Remedios, con una foto de Ramiro en el monedero, esperó pacientemente hasta que no quedaba nadie en la mercería.

Lágrimas, lágrimas y suspiros, el rímel manchando su rostro, mientras sus manos temblorosas se apoyaban para levantarse del suelo.

—Perdonadme —rogaba, aunque nadie podía oírla.

Remedios, con la maleta, salió de su escondite. La chica sabía perfectamente dónde estaba la caja fuerte y la contraseña, sus padres guardaban allí sus ahorros y el dinero de la tienda y ella había tenido que abrirla más de una vez para pagarle a los proveedores los días que ellos no estaban presentes.

—¡Que nunca te vea nadie poner el código! —le había avisado su padre—. Uno no puede fiarse de nadie, ni siquiera de sus amigos.

Ni de sus amigos… Ni de su hija.

Remedios estaba tan desesperada que cometió una atrocidad, llenó una bolsa de dinero y salió corriendo de la tienda arrastrando su maleta.

Ramiro… Ramiro… La foto de su novio en la cartera observándola con devoción…

—¡Haré lo que sea! ¿Sabes? ¡Lo que sea! ¡Haré cualquier cosa por estar junto a él!

Remedios abandonó la ciudad aquella noche estrellada sin que nadie la viera. Huyó como una ladrona para reencontrarse con su amor. Llevaba dos meses llorando y echándolo de menos. Su prima Encarna le había aconsejado que no lo hiciera, pero ella no la escuchó. Quizá, si la hubiera escuchado, su vida habría sido distinta, pero no lo hizo. Se fugó antes de que llegara la segunda carta en la que Ramiro le pedía que no fuese a las Islas Canarias.

«He conocido a otra», ponía con letra clara, pero ella no lo leyó.

Vagos y maleantes

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