Читать книгу Caminos y fundaciones: Eje Sonsón-Manizales - Jorge Enrique Esguerra Leongómez - Страница 29

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Uno de los aspectos más importantes relacionados con la llamada “colonización antioqueña” es el de la fundación de poblados, hasta tal punto que se ha considerado como el proceso fundacional más grande que se ha emprendido en el territorio que hoy corresponde a Colombia, después del que protagonizaron los españoles en el período colonial. Se calcula que “a ese tenaz esfuerzo colonizador se debe la existencia de más de cien poblaciones grandes y pequeñas, que constituyen un común denominador antropogeográfico” (Santa, 1993, p. 17). Las particularidades de ese proceso y su diferencia con el que le antecedió se pueden detectar sin mayores dificultades, pero es muy difícil precisar el momento histórico, así como el área geográfica en que ocurrieron esos cambios, porque existe evidentemente una continuidad entre ambos. De manera arbitraria se puede establecer como mojón histórico de diferenciación –tal como se ha hecho con tantas periodizaciones sociales y culturales– el cambio político ocurrido con la emancipación del dominio hispánico; desde esta óptica, las fundaciones de Sonsón y Abejorral serían “coloniales”, Aguadas correspondería a la “Independencia”, y Salamina, Neira y Manizales se catalogarían “republicanas”. Pero ¿cuál sería, en esencia, la diferencia entre la génesis de esas seis poblaciones cuando encontramos básicamente los mismos protagonistas y similares móviles, y hallamos condiciones geográficas y climáticas semejantes? Pero, si queremos ir aún más atrás en el tiempo y comparamos esos primeros trazados en cuadrícula del siglo XVI, con su plaza y sus edificios importantes en el centro, con los de los antioqueños con similares características, lo que encontramos son permanencias de prácticas consuetudinarias de cuatro siglos, que están respaldadas por modos de vida y costumbres que poco se modifican, pese a que ocurran cambios políticos de trascendencia innegable. Entonces, sería aconsejable una indagación que apunte menos a lo tangible y más a la esencia de ambos fenómenos, de tal forma que permita encontrar el punto de quiebre diferenciador. Este es el cometido de este aparte, y lo iniciaremos precisando que el modelo fundacional traído a América no es un invento hispánico, sino que tiene una continuidad histórica que se puede remontar incluso al nacimiento del fenómeno urbano en el mundo.

Caminos y fundaciones: Eje Sonsón-Manizales

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